AVISO · NOTICE · AVÍS · ABISUA · ADVARSEL

Estimados lectores, amigos, músicos... 

Motivos personales y laborales me obligan a tomarme un descanso de este blog. Demasiados proyectos sobre la mesa requieren todo mi tiempo y toda mi energía.

En estas semanas antes de tomarme estas "falsas vacaciones", he podido reseñar las últimas y fascinantes grabaciones que me han llegado, pero agradezco a los músicos y discográficas que no envíen más material porque va a ser prácticamente imposible dar cuenta de ello. Gracias por todo el apoyo y el interés prestado desde que, en 2007, comencé esta aventura, cuyo único objetivo era establecer contacto con músicos y creadores y, de paso, difundir la pasión por el jazz

Volveré.

FélixAmador 

FEROZ

FREDDIE HUBBARD, On Fire (Resonance Records, 2025)

Feroz y poderoso, anclado en la tradición pero camaleónico, el trompetista de Indianápolis Freddie Hubbard supo adaptarse al hardbop y al postbop sin renunciar a sus raíces. Su estilo es hijo de Clifford Brown y sobrino de Lee Morgan, pero tiene esa personalidad propia que ha trascendido las décadas. Resonance Records acaba de publicar una de sus cuidadas ediciones con los archivos recuperados de su concierto en un club del Bronx, el Blue Morocco, regentado por Sylvia Robinson, cofundadora de Sugar Hill Records, en 1967, en su mejor momento, cuando grababa para Atlantic.

Tres LP's (o 2 CD`s) recogen la música grabada por el ingeniero Bernard Drayton en aquel momento y ahora remasterizada por Matthew Lutthans con los masters para vinilo de Bernie Grundman. Los músicos que acompañan a FH son el saxofonista Bennie Maupin, el pianista Kenny Barron, el bajista Herbie Lewis y el baterista Freddie Waits

El álbum está llenos de sonidos que nos retrotraen al paso de Freddie Hubbard por los Jazz Messengers o por los grupos de Sonny Rollins, y su trompeta destila un hardbop con un punto de rabia, muy negro, que recupera recursos del hot jazz, algo que nunca abandonó en su estilo. Por aquel entonces se proclamaba el mejor trompetista del mundo. Habrá opiniones para todos los gustos, como las hubo en aquel momento, pero su energía, patente en esta grabación intenta demostrarlo. 

Fotografía de Tom Copi
Los temas son gran intensidad, incluso los de tempo medio, y casi todos duran más de 15 minutos, por lo que en cada cara del triple LP hay uno o dos temas a lo sumo. Esto (para los que amamos los vinilos) redunda en la calidad del surco. Desde "Crisis", que abre el concierto, con una sección rítmica estimulante, Hubbard llena el espacio sonoro de rabia, de referencias musicales, de giros inesperados, volviéndose ácido en las notas de blues de la meditativa "Echoes of Blue" (Bob Cunningham), uno de los pocos temas no compuestos por él que aparecen en el disco, post-bop e hipnótico. Habría que destacar "Bye Bye Blackbird", una joya de 23 minutos que nos devuelve a la época dorada del bop, de los improvisadores y del jazz honesto. "Summertime", por otro lado, retoma el discurso dramático de Miles Davis pero da una vuelta de tuerca al tema y lo hace más duro, más salvaje, más bop. El disco termina con "Breaking Point", el tema más corto del álbum (7 minutos), el más diferente (con aires tropicales) y el más festivo, con una exhibición de virtuosismo de todos los miembros del quinteto. 

En resumen, Freddie Hubbard en lo más alto de su carrera, con fraseos seguros y limpios, y una fuerza arrolladora sin recurrir a fuegos artificiales ni a ritmos vertiginosos, demostrando una solidez que le acompañaría en los siguientes años hasta grabar su disco más celebrado, First Light (CTI, 1971) y antes de que problemas con los labios le obligaran a retirarse en los años 90. 



* Más info: resonancerecords.org

AH, ESE SONIDO CLÁSICO...

JORGE ROSSY & MICHAEL KANAN, Red on Maroon 
(Underpool, 2025)

Siempre me ha preocupado escuchar juntos el vibráfono y el piano. Bajo mi percepción, son dos instrumentos de percusión armónicos cuyos lenguajes y tímbricas se acercan demasiado. Es cierto que la Historia del Jazz está llena de diálogos entre vibráfono y piano, y son gloriosos en su mayoría, como estos que aparecen en el álbum Red on Marron, firmado por el pianista Michael Kanan y el enorme Jorge Rossy, pianista, percusionista y aquí vibrafonista.

Descubrimos en este álbum a Michael Kanan, un pianista bostoniano que comenzó a tocar jazz con 10 años y que arrastra una carrera longeva y heterogénea. Como solista, ha dirigido su trío desde los años noventa, y ha tocado y grabado con Mark Turner, Kurt Rosenwinkel, Jimmy Scott y Jane Monheit. 

Jorge Rossy (percusionista, pianista, trompetista...y sidemen reclamado por los mejores músicos de la actualidad) tocó por primera vez con Kanan en 1989 y, desde entonces, les une una complicidad que confluye en este álbum "a solas" donde explotan el sonido de sus instrumentos con la sabiduría de la experiencia y con la pasión del trabajo de toda una vida. 

Lo más apasionante del disco es que han escogido solo un tema original (compuesto por Kanan, el que da nombre al álbum) y un repertorio clásico del American Songbook, temas que habrán tocado mil veces y que aquí funcionan con un interplay lleno de naturalidad. Sonidos clásicos en músicos modernos. Kanan, que tiene un cierto poder bop que me recuerda a Tristano (aunque menos salvaje) escribe en las notas del disco: "Esta grabación es el resultado de una conversación musical que dura ya 35 años. [...] Aunque a menudo hemos tomado caminos musicales distintos, a lo largo de los años hemos sido capaces de reunirnos para encontrar un lugar común y hacer que la conversación continuara fluyendo". También afirma que este proyecto a dúo, largamente madurado, entró en el estudio sin ensayos, solo con una lista de canciones que ambos adoran, consultando, siempre que era posible, las partituras originales.

El resultado es esta colección de temas llenos de sentimiento y complicidad, donde dos músicos modernos pero experimentados aúnan ética y estética. Estética que busca la perfección y la conexión con lo tradicional, y ética de un jazz sincero y hecho con esa simbiosis de técnica y alma que hace que el jazz conecte con el oyente. Muy recomendable.

LA HISTORIA QUE QUEDABA POR CONTAR

GEORGIA MANCIO & ALAN BROADBENT, 
A Story Left Untold (Roomspin Records, 2025)

A Story Left Untold es la conclusión lógica y brillante de una trilogía, la comenzada por el pianista Alan Broadbent y la vocalista Georgia Mancio con Songbook (2017) y Quiet Is The Star (2021), que ya reseñamos en este blog en su momento. Diez temas nuevos conforman este álbum, algunos donde la cantante se acompaña de Broadbent, del bajista (y coproductor) Andrew Cleyndert y del baterista Dave Ohm, y otros donde piano y voz establecen un diálogo íntimo que da relevancia tanto a los dos instrumentos como a las letras de Mancio... para terminar el disco con un tema (el que le da título) donde podemos oír a la FAME’S Skopje Studio Orchestra, dirigida por Oleg Kondratenkouna, con 42 músicos que nos traen a la memoria aquellos sonidos grandiosos del disco Developing Story (Eden River, 2017).

Con letras de Georgia Mancio y música de Alan Broadbent, las canciones se mueven entre inspiraciones románticas y vitales en las que la dulce y bien modulada voz de Georgia fluyen sobre la música de piano, que pone un contrapunto sincopado y sutil, perfecto para este tipo de dúos, no en vano Alan Broadbent tiene esa manera de construir las frases tan vocal. En "In The Afternoon", por ejemplo, propone una cadencia de blues sobre la que la cantante entona una melodía dulce aunque llena de nostalgia sobre el paso del tiempo. Letras para degustar sin prisas, con una taza de café en las manos, y un piano y una voz que dan color a sentimientos que no se pueden escribir. Mi favorita, la optimista y swingueante "From Me To You".



* Web de Alan Broadbent: www.alanbroadbent.com

* Web de Georgia Mancio: www.georgiamancio.com

RITMOS, RITMOS, RITMOS

ESTER QUEVEDO, Garabato (Underpool, 2025)

Cuando escribimos acerca del primer disco de Ester Quevedo, subrayábamos su capacidad para jugar con ritmos e intervalos a la altura de Monk. Escuchando este nuevo álbum, titulado Garabato, confirmamos no solo esto sino que es un placer disfrutar de su inagotable capacidad para frasear al piano y sorprender. Ya desde el inicio (ese temazo lleno de swing y juegos rítmicos que lleva por nombre "One for The Lion"), el oyente sabe que va a disfrutar del disco. Cuando termina el brillante y cambiante "Little Nick", uno solo desea que Ester Quevedo tenga una larga carrera y siga regalándonos placeres sonoros como estos. 

Esta pianista madrileña, formada en el Conservatorio de El Escorial y, posteriormente en la Escuela de Música Creativa, en la ESMUC y en el conservatorio Codarts de Rotterdam, ha sido alumna de grandes nombres como Ignasi Terraza y Albert Bover. Compaginando su actividad académica, Quevedo toca con varios grupos entre los que se incluyen la Clasijazz Valparaíso Big Band. su propio quinteto y, ahora, su propio trío.

Foto: Sergi Felipe

No nos cansamos de repetir que el trío de piano es la formación perfecta. Aquí, esta joven pianista que nos enredó con sus Trabalenguas en 2020, nos vuela la mente con Garabato, un complejo (aunque altamente fácil de gozar) entramado de recursos que ha compuesto y tocado con aires de jazz atemporal y que suena tradicional y nuevo al mismo tiempo. Hay rebeldía en los cambios de ritmo, en la manera en que maneja los intervalos, en sus acordes cargados de energía... Una manera de hacer jazz que agradecemos.

A ritmo de Nueva Orleáns se mueve "¿No sabes?", tema lleno de tensión y con una Ester Quevedo acometiendo una melodía compleja y sincopada que muestra su gusto por la tradición, su virtuosismo como instrumentista y su valor como compositora. Más ágil y complicada es "Estatua de hielo", sobre todo al piano, y contiene el esperado solo de batería de un Andreu Pitarch que es protagonista todo el álbum. Pero también en las baladas sorprende. Escuchen "Neska" o, mejor, "Esta vez no", con ese solo de contrabajo de Pau Sala, tan complicado (y tan bello) en un tempo tan lento. Ambas baladas mantienen esa filosofía rítmica y momentos brillantes. Recomendable por encima de todo, el tema "Garabato", que da título al disco y que es el resumen de todo lo escrito sobre el mismo. 

Lo mejor del álbum, la complicidad entre los músicos; lo peor, solo dura algo más de treinta minutos. Confiemos en que el azar (o los promotores) hagan que Ester Quevedo se cruce en nuestro camino en algún festival, porque el disco promete directos muy buenos. 





UN JAZZ LÍRICO Y LLENO DE COMPLICIDADES

BIEL HARPER, Ocell (Microscopi, 2025)

Ocell (Pájaro en catalán) es uno de esos discos insólitos, inclasificables pero ineludibles, que saltan del jazz a lo inesperado, que despiertan interés en cada pasaje y que uno tiene que escuchar una y otra vez. El responsable de esta rara avis es Biel Harper, un pianista y compositor barcelonés que persigue con sus temas un lirismo que emocione y conecte a los músicos con la audiencia. Y escuchando su disco parece que lo consigue.

Si hace unas semanas hablábamos de identidad al escuchar el disco de Carlos 'Sir Charles' González, aquí podemos decir que también aparecen elementos folklóricos sublimados dentro de la filosofía musical de Harper. En el tema inicial ("Despertar"), por ejemplo. Pero en el álbum hay muchas más infuencias, sonidos e intenciones. "Ocell", la composición que da nombre al disco, es un tema etéreo donde la trompeta crea una atmósfera bucólica en complicidad con el piano, transportando al oyente a un paisaje imaginario y plácido, algo muy diferente a lo que hace el mismo Ocón en "Dunes", en el que la trompeta nos deleita con un discurso enorme, expresivo e inabarcable, dejándose los labios con pasión. 

Foto: Nikolai Olshansky 
"L'Hort d'en Sergi" nos ofrece un énfasis diferente en su ritmo y en su melodía, tan cantable, con su mensaje de comunidad, y un Harper al piano preciso, expresivo y con referencias clásicas. Más energético es "Intrepid", donde podemos apreciar la sección rítmica (en especial a Zibulski) derrochar nervio en contraposición a la sutileza con que había contribuido a las atmósferas líricas de Harper en temas anteriores. Nuestro tema favorito, sin embargo, es una montaña rusa de emociones y color titulada "Espiral", con ritmos cambiantes, un Ocón elocuente a la trompeta y un piano que dirige desde el contrapunto. El virtuoso solo de contrabajo de Tabea Kind aborda la melodía más cantabile del tema. La respuesta de Biel Harper al piano, con sus síncopas y sus progresiones es breve pero precisa. Es el elemento que responde a los solos, también al de trompeta (brutal). Hay complicidad, y se nota. Puede que "Espiral" no sea el tema que define la estética global del disco pero es el más espectacular y justifica la escucha por sí solo. 

Foto: Dianne Checa

Biel Harper (Barcelona, 1999) se formó en el Conservatorio Superior del Liceu, donde se graduó en Piano Jazz con maestros como Marco Mezquida, Bill McHenry y Roger Mas, entre otros. Actualmente, estudia un master en Interpretación y Composición en la Jazz Campus de Basilea (Suiza). Ha tocado en proyectos como Aura i Briel (con Aura Mauri), Giulia Valle, ML Quartet... recorriendo festivales y escenarios por España, Alemania, Italia y Suiza. En 2021, cofundó con Txema Riera y Roger Mas el festival Zona Jazz en Mediona (Barcelona). En este disco viene acompañado por Álvaro Ocón a la trompeta, Tabea Kind al contrabajo y Lucas Zibulski a la batería, un cuarteto que explora los paisajes sonoros de Harper con una sensibilidad destacable. Desde el primer tema ("Despertar"), con su ritmo pausado y contemplativo, el oyente se da cuenta de que está ante un disco para disfrutar a pequeñas dosis. Cada composición ofrece novedades cromáticas y armónicas con respecto al anterior. La improvisación es patente: hay espacios para todos los músicos y eso les permite expresarse. Y al final del disco uno se siente en la necesidad de escucharlo de nuevo.

* Más info: www.microscopi.cat

EN EL MOMENTO ADECUADO

RASMUS SØRENSEN, At The Right Time 
(April Records, 2024)

El joven pianista danés Rasmus Sørensen nos enamoró con su jazz moderno pero cargado de esencia en su debut en 2024, cuando April Records lanzó simultáneamente sus dos primeros álbumes el mismo día. Su jazz, lírico y lleno de matices, no elude la tradición. Es por eso que Sørensen se mudó a Nueva York para explorar nuevos sonidos que fueran más allá del jazz nórdico que inunda las colecciones de los aficionados al jazz desde hace un par de décadas. En Estados Unidos grabó Balancing Act con Alexander Claff y Kendrick Scott. Ahora, tras cinco años consolidándose en la compleja escena neoyorquina, ha vuelto a Dinamarca para grabar un disco a trío, su tercera grabación en dos años. 

Contemporáneo y vivo, su jazz tiene una voz muy personal que no desagradará a clasicistas ni a modernos. Con 26 años sabe fusionar todas las influencias de su formación y su experiencia en vivo para crear unos temas de gran musicalidad, modernos pero cálidos, siempre cálidos, que hace que sigamos sintiendo la misma devoción por el joven pianista danés 

Desde la brillante melodía de "The Sun", que da comienzo al álbum, uno percibe una elocuente serenidad en el jazz de Sørensen, un rasgo muy maduro que denota a un compositor / pianista con las ideas claras. Esta paz de espíritu reina en todo el disco, con melodías inspiradas y un fraseo en las teclas lleno de precisión y seguridad en sí mismo. Nos encanta el swing sin prisas de "Retreat", la tensión rítmica de "Perennial Youth", la belleza de "Ocean Waves", que parece detenida, sin tempo, la sutileza de "Earthlings" y el juego rítmico de "Shoes Off", con unas progresiones de acordes que vuelan sobre la base rítmica, donde Francesco Ciniglio sostiene todo con precisión y ese contrabajo de Jon Henriksson es hipnótico, vertiginoso, perfecto. 

Doce temas para disfrutar de las composiciones y el toque de Rasmus Sørensen y convencerse de que aquellas primeras y prometedoras grabaciones no eran un espejismo y tienen confirmación en este disco.


ELLINGTON Y BACH SE DAN LA MANO

MICHAEL ARBENZ Meets ANDY SHEPPARD, 
From Bach to Ellington - Live (2025)

Hace unas semanas hablábamos de música clásica y jazz cuando escuchamos las nuevas Recreations Tímbriques de Sergi Sirvent y David Viñolas, un dúo poco habitual formado por piano y batería. Hoy escuchamos otro dúo poco habitual (piano y saxofón) que se inspira en dos pilares fundamentales de la música: Bach y Duke Ellington, o como dice la nota de prensa, "la elegancia atemporal de Bach y la belleza lírica de Duke Ellington". El pianista Michael Arbenz y el saxofonista tenor Andy Sheppard juegan con este maravilloso material, buscando una insólita simbiosis entre el contrapunto barroco y la síncopa jazzística para conseguir algo nuevo y limpio, inspirado en estas influencias clásicas y siempre dentro de la tradición del jazz.  

Andy Sheppard es un saxofonista británico con una larga carrera detrás. Artista de ECM en sus últimas grabaciones como líder y también como sideman de Carla Bley y Steve Swallow, tiene 18 discos a su nombre y 60 como acompañante. Ha tocado con nombres importantes como Lee Morgan, Peter Erskine, Gil Evans...  Michael Arbenz es una figura fundamental en el panorama actual suizo. Fundador del trío VEIN (con su hermano Florian), ha tocado con Ron Carter, con Dave Liebman, Greg Osby... Este álbum podría considerarse una continuación de otros trabajos de Arbenz como Reflections of D (a tribute to Duke Ellington) (2023) y Classicism – A Point of View (2024), aunque no deja de ser singular en sí mismo, tanto por la frescura de los temas como por lo insólito de  la formación dual.


Dicen los musicólogos que Bach fue el primer improvisador de la Historia de la Música, y estos temas están llenos de improvisación gracias a unas partituras que dejan mucho espacio para la creatividad de los músicos, esto es evidente, pero además porque el álbum fue grabado en vivo en el Bird’s Eye Jazz Club de Basilea. Las texturas y complejidades de los dos compositores encuentran un camino aparentemente fácil en manos de estos dos músicos. Es cierto que asoman retazos de Bach muy evidentes que apelan al oyente despistado, pero hay que profundizar en la experimentación para disfrutar de la sofisticación de estos temas que son, sin embargo, fáciles de escuchar, quizás por la honestidad con que se han interpretado, ajena a esas rupturas salvajes y estériles en que muchas veces se autolesiona el jazz moderno.

El dúo nos introduce en esta singular grabación con una versión lírica y contenida de "Melancholia" de Ellington, con fraseos muy melódicos y contenidos al saxo y un piano sutil y brillante, algo que se repite en las baladas del Duque, como "African Flower". "Psalm" es una composición original de Michael Arbenz, en la que juega con esquemas barrocos de la "Cantata BWV 146".  Esta es la parte más excitante del álbum, contrafacts y juegos musicales donde se mezclan épocas y estéticas ¡con naturalidad!, como cuando Sheppard entona el "Preludio nº1 en Do Mayor BWV 846" de Bach y Arbenz construye sobre esta base su tema "When It Springs Into Being", para llegar a un clímax intenso en el piano que el saxo devuelve al plano lírico. Los dos últimos temas son de Ellington: "Reflections", balada que aquí suena poco jazzística pero igualmente bellísima, y "Warm Valley", que se aleja sensiblemente de la que grabó el Duque con su orquesta o en Money Jungle. En ese álbum la hacía a piano solo y Mingus y Roach entraban en el último minuto. Es curioso porque Ellington adoptaba una pose de concertista clásico, dándolo todo al piano, con recursos muy apasionados, y aquí Sheppard le da (con la ayuda de Arbenz al saxo) un toque quizás más jazzístico.

Una amalgama fascinante y que no dejará indiferente a ningún aficionado. Recomendable. 



Más info: www.arbenz.biz 

UN PRESENTE CON FUTURO

DANIEL FERRUZ, Un presente (Underpool, 2025)

El pianista Daniel Ferruz, zaragozano afincado en la escena jazzística barcelonesa, publica este año su tercer álbum, Un presente, tras sus Noctis (Fresh Sound New Talent, 2019) y Miradas (Underpool, 2022). Con un lenguaje pianístico propio, que suena a jazz contemporáneo y en algunos momentos también a clásica europea (Schumann) y española (Falla), el nuevo disco de su cuarteto (Joan Mas al saxo, David Mengual al contrabajo y Adrià Claramunt a la batería) persiste en este lenguaje con temas compuestos por el mismo Ferruz, donde expresa, sin prisas y sin artificios, su manera de hacer música: falsas baladas llenas de inspirados fraseos al piano y al saxo, ambos protagonistas; experimentaciones híbridas donde se alimenta de influencias reconocibles (y no solo jazzísticas); vitalismo en temas casi cantabile... y canciones llenas de poesía (con la voz de Eva Lago).


Lo más fascinante de este músico es que tiene una voz ecléctica. Baste escuchar el primer solo de este álbum para percibir que su piano se mueve de una influencia a otra sin dificultad. Este plurilingüismo musical a veces solo se puede sentir, no se percibe de manera consciente, ya que Ferruz pasa de un lenguaje a otro con una naturalidad engañosa. Lo mismo ocurre con las composiciones, todas originales. "La escuela" es un tema contemporáneo, cantable, que, de repente, se engancha a un solo de piano perfecto, dentro de la tradición, empujado por una sección rítmica potente (ese walkiing bass repentino).

De los aires festivos y tropicales de "Leo" al lírico "Ms. Rossoff" hay un salto cualitativo, con aires líricos que impactan por su brevedad. Como compositor, Ferruz sabe cómo jugar con los sentimientos. En "Un presente", por ejemplo, las notas largas del saxo de Joan Mas nos llevan a terrenos nostálgicos que el solo de bajo alimenta a la vez que nos prepara para un solo de piano que crece a medida que va dejando ideas acorde por acorde. El disco contiene joyas que sacuden al oyente, como "Doce", un tema  a piano solo (hay dos más en el álbum) que se aleja del jazz y que, sin embargo, nos remite, de una manera apasionada, emocional, lírica, a aquellos conciertos a piano solo de McCoy Tyner publicó en los 90.

Ferruz captura en Un presente la necesidad de vivir cada momento, y su disco late en cada tema, en cada compás, en cada nota, con guiños, sorpresas, modulaciones y juegos que piden escuchar el álbum con atención. 

* Más info: www.underpool.org/releases/un-presente/

JAZZ PARA ORQUESTA DE CÁMARA

MARK MASTERS ENSEMBLE featuring TIM HAGANS,
Sui Generis (Capri Records, 2024)

Poner el disco y que suene a orquesta de jazz clásica, sin aditivos y con un sonido limpio, es un sueño para todo aficionado. Los proyectos y arreglos de Mark Masters para su Ensemble, como ya hemos escuchado en otros discos suyos, tienen este poder de sugestión con arreglos brillantes, un sonido atemporal... En su nuevo álbum, nos propone una especie de "orquesta de cámara", un octeto que suena como una orquesta completa y donde destaca un invitado especial, el trompetista Tim Hagans, a quien Masters admira desde que, siendo un aspirante a trompetista, le escuchó tocar en la orquesta de Stan Kenton. 

Cintuenta años después, ha contado con él para este disco titulado Sui Generis. Tim Hagans, que ha evolucionado a lo largo de todas estas décadas por estilos tan distintos como el swing, big bands, jazz electrónico, post-bop, funk, contemporáneo... (aparece en más de 600 referencias en Discogs) aporta en esta grabación un conocimiento casi universal del jazz, y podemos escucharle con un dominio y una calma memorables (¡escuchen "Pebbles"!) que encajan perfectamente con la serenidad y solidez de la música compuesta por Masters, que ejerce, como siempre, de compositor, arreglista, productor y director.

Mark Masters por Shawna Sarnowski
En cuanto a los temas, habría mucho que destacar, pero nos quedamos con la entrada del álbum, ese "Doyle Hud's Two Step", que arranca con vientos melódicos, esa respuesta del piano, y los solos de Hagans y Dave Woodley al trombón, dos tímbricas distintas pero con la misma energía contenida a la hora de atacar una improvisación; "The Stoic", o cómo se puede hacer un jazz espectacular a un tempo medio; "Pebbles", del que ya hemos hablado; "Meet Me At Sal & Angie's", otro 
downtempo con un swing delicioso y solos de Jeff Colella al piano (delicado, swingueante, protagonista), Chris Colangelo al contrabajo (preciso y clásico) y, por supuesto, Tim Hagans a la trompeta (muy alto, brillante), con toda esa orquesta llena de color respaldándoles.

Otra delicia más de esas a las que nos tiene acostumbrados Mark Masters con sus partituras.



* Más info: caprirecords.com

* Web oficial: www.markmastersmusic.com