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11 DE MARZO

Bueno, es mi cumpleaños

No es una gran fecha, no cumplo una cifra redonda ni estoy en el mejor momento de mi vida, pero se me antojaba regalarme una entrada. Nunca seré músico de jazz, puede que ni consiga dominar ningún instrumento (se me ha pasado la edad para ser rising star ;-p ) ni consiga llegar a aprendiz de Nat Hentoff o Leonard Feather. Quizás sólo aspire a que alguna referencia cruzada en mis relatos o en mis novelas recuerde vagamente a los deslices melómanos de Cortázar... Pero puedo dedicarme una pequeño bio. ¿Por qué no?

Nací el año en que Herbie Hancock publicó su Maiden Voyage y Miles Davis grabó su E.S.P., el año en que Ronnie Scott trasladó su club al 47 de Frith Street, doce meses de una época en que los genios se salían (Lee Morgan lanzó Cornbread y The Gigolo mientras que Coltrane hizo un maratón de pasos de gigante grabando los álbumes Ascension, The John Coltrane Quartet Plays, Kulu Se Mama, Transition, Sun Ship, Live in Seattle y, ya en noviembre, Meditations) pero fue un mal año para los pianistas porque murieron Tadd Dameron, Clarence Williams y Nat 'King' Cole. También murió Red Nichols en junio. En el lado contrario de la vida, el 28 de julio nació el menos famoso y el menos Marsalis de los Marsalis, Delfeayo, el trombonista.

En resumen, han llovido muchos discos desde entonces y he pasado de ser un niño gordito y rubito a convertirme en un tipo algo desengañado que intenta que la vida siga sorprendiéndole. Me he alimentado de muchas músicas en este tiempo, pero ninguna como el jazz me ha puesto los pelos de punta. Las 224 entradas de este blog no son suficientes para describir lo que siento. Sigo siendo un aficionado estupefacto ante la enormidad y la universalidad de esta expresión del Arte

Charo, que no entiende el jazz pero me entiende a mí, me ha regalado un giradiscos. El que tenía estuvo un tiempo esperando una aguja nueva y, al final, no sobrevivió a la última mudanza. Ha sido una gran sorpresa, aunque no tan grande como descubrir que no tenía tantos discos de jazz en vinilo como yo pensaba (hay también muchas cosas en cassette, en cajas de cartón pero no olvidadas), lo que no ha sido obstáculo para que ahora esté (re)descubriendo, noche a noche y disco a disco, sonidos que tenía olvidados y que no suenan igual sin las quejas de la aguja caminando por los surcos, el sonido del pasado.

HISTORIA DE UN PERDEDOR

Sidney Bechet (1897?-1959)

La historia de Sidney Bechet es la de los genios que lo tienen todo a favor y, sin embargo, dan todos los pasos erróneos que son posibles y, a pesar de ello, consiguen que su memoria y su música llegue hasta nuestros días. Hechos convulsos, un carácter nada adecuado a su profesión y malas decisiones jalonaron constantemente su biografía. Sin entrar en detalles, éste era Sidney Bechet, el clarinetista y saxo soprano más sorprendente de su época.

  • Sus digitaciones poco ortodoxas, que eran fruto de su formación autodidacta, causaban admiración en sus colegas y rechazo en los puristas.
  • Su espíritu superviviente (el menor de siete hermanos) le hacía coger todos los trabajos que le ofrecían, pasando épocas demasiado largas tocando en orquestas de vodevil o en comedias musicales, alejado de los escenarios de jazz.
  • La hiperactividad y la avaricia de SB agotaba a sus sidemen hasta el punto de hacer abandonar a más de uno. Formó muchos grupos, pero se comportaba de forma despótica con sus músicos. Por otro lado, como componente de orquestas donde no era líder, se comportaba de igual manera: era impuntual, independiente y desobediente.
  • De carácter violento, diversas trifulcas hicieron que fuera expulsado de Inglaterra en 1922 y de Francia en 1929.
  • La popularidad y las buenas críticas en Europa le hacen quedarse allí más tiempo del deseado. Su vuelta coincidió con el fin del revival que había puesto de nuevo de moda la música de Nueva Orleáns. El momento había pasado y Bechet había estado demasiado lejos...
  • Inagotable, no tenía reparos en grabar para varios sellos discográficos a la vez o en abandonar con frecuencia a su grupo para tocar en conciertos puntuales en Nueva York o en Suiza.
  • Admirado por muchos como el mejor clarinetista de su generación, solía mostrarse descortés con sus colegas. En 1949, vendió a los Reinhardt un clarinete que le había regalado Selmer.

Sin embargo...

Tenía un don para la música. A los 6 años aprendió a tocar el clarinete sin profesor y sin ayuda, tocaba en bandas a los 8 e hizo su primera gira a los 17, con Clarence Williams. Tocaba de oído, inventando sobre la marcha las digitaciones necesarias para las notas que "oía" en su mente. En Europa entró en contacto con otras músicas que le eran desconocidas (clásica, eslava, gitana y rusa) e imaginó la forma de sintetizarla en sus interpretaciones sin que dejaran de sonar a jazz. En 1941 grabó algunos temas tocando todos los instrumentos (piano, bajo, clarinete, saxo soprano y tenor), algo absolutamente inusual para la época. Sidney Bechet, espíritu inquieto y cambiante, adelantó lo que hoy es la improvisación en el jazz. Afincado finalmente en Francia en los 50, se convirtió allí en una estrella, vendiendo millones de discos, mientras en USA era denostado y olvidado. 

Aquí les dejo un video en el que se aprecia su particular vibrato. Está acompañado por la orquesta de Claude Bolling (a quien habría que dedicar una entrada) y fue grabado en Francia en 1958: "Premier Bal".

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* The Sidney Bechet Society: www.sidneybechet.org