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AH, ESE SONIDO CLÁSICO...

JORGE ROSSY & MICHAEL KANAN, Red on Maroon 
(Underpool, 2025)

Siempre me ha preocupado escuchar juntos el vibráfono y el piano. Bajo mi percepción, son dos instrumentos de percusión armónicos cuyos lenguajes y tímbricas se acercan demasiado. Es cierto que la Historia del Jazz está llena de diálogos entre vibráfono y piano, y son gloriosos en su mayoría, como estos que aparecen en el álbum Red on Marron, firmado por el pianista Michael Kanan y el enorme Jorge Rossy, pianista, percusionista y aquí vibrafonista.

Descubrimos en este álbum a Michael Kanan, un pianista bostoniano que comenzó a tocar jazz con 10 años y que arrastra una carrera longeva y heterogénea. Como solista, ha dirigido su trío desde los años noventa, y ha tocado y grabado con Mark Turner, Kurt Rosenwinkel, Jimmy Scott y Jane Monheit. 

Jorge Rossy (percusionista, pianista, trompetista...y sidemen reclamado por los mejores músicos de la actualidad) tocó por primera vez con Kanan en 1989 y, desde entonces, les une una complicidad que confluye en este álbum "a solas" donde explotan el sonido de sus instrumentos con la sabiduría de la experiencia y con la pasión del trabajo de toda una vida. 

Lo más apasionante del disco es que han escogido solo un tema original (compuesto por Kanan, el que da nombre al álbum) y un repertorio clásico del American Songbook, temas que habrán tocado mil veces y que aquí funcionan con un interplay lleno de naturalidad. Sonidos clásicos en músicos modernos. Kanan, que tiene un cierto poder bop que me recuerda a Tristano (aunque menos salvaje) escribe en las notas del disco: "Esta grabación es el resultado de una conversación musical que dura ya 35 años. [...] Aunque a menudo hemos tomado caminos musicales distintos, a lo largo de los años hemos sido capaces de reunirnos para encontrar un lugar común y hacer que la conversación continuara fluyendo". También afirma que este proyecto a dúo, largamente madurado, entró en el estudio sin ensayos, solo con una lista de canciones que ambos adoran, consultando, siempre que era posible, las partituras originales.

El resultado es esta colección de temas llenos de sentimiento y complicidad, donde dos músicos modernos pero experimentados aúnan ética y estética. Estética que busca la perfección y la conexión con lo tradicional, y ética de un jazz sincero y hecho con esa simbiosis de técnica y alma que hace que el jazz conecte con el oyente. Muy recomendable.

CRISÁLIDA

EVA VERDE & DANILO TARSO, Chrysalis (Microscopi, 2024)

La crisálida del título es la metáfora del cambio y del desarrollo; en este caso, de dos músicos (la vocalista Eva Verde y el pianista Danilo Tarso) que presentan en Chrysalis una ecléctica amalgama de canciones que van desde la sensibilidad rítmica y poética de Cole Porter, pasando por Antonio Carlos Jobim o canciones tradicionales italianas hasta temas originales escritos en italiano, catalán e inglés. Una mezcla aparentemente heterogénea que, sin embargo, encuentra un estilo propio, homogéneo, en la combinación de voz y piano a lo largo de todo el álbum.

Los dúos de este tipo siempre son arriesgados. La voz suena más desnuda sin un grupo detrás, con el simple apoyo de un instrumento armónico pero único. Eva Verde lo solventa con personalidad y fuerza (fuerza también en la ternura de temas como la canción tradicional salentina "Bella ci dormi") o en juegos musicales como "Potser una papallona" o "Nunca es como parece", y temas donde vale la pena escuchar a Eva Verde mostrando una potencia emocional ("So In Love" de Cole Porter) mientras el piano ofrece su delicado contrapunto...


Foto: Laura Soriano

Danilo Tarso, pianista y compositor, fue el ganador en 2019 del Premio Lelio Luttazzi como mejor joven pianista de jazz italiano. Comenzó a estudiar piano a los trece años y se graduó en el Conservatorio "Giovanni Paisiello" de Taranto con matrícula de honor. Más tarde descubrió el jazz y la improsisación, y terminó sus estudios en la Siena Jazz University. Ha tocado con Logan Richardson, Joe Sanders, Nasheet Waits, David Krakauer... Entre sus trabajos discográficos destacan Locomotive Young Jazz Live Compilation (2015), Playing chess keyboard (2019), Coaction (2020), Still we dream (2023)... Actualmente, mantiene varios proyectos (Pianeta Solo, en solitario; Still We Dream, con Donatella Montinaro; y Terrestre, con Beatrice Arrigoni Cuarteto). 

Eva Verde es una habitual de la escena musical barcelonesa, donde actúa con músicos como David Xirgu, Demian Cabaud, Chino Swingslide, The Summer Lovers, Piero Frassi, Eddie Mejía... Comenzó a estudiar piano clásico a los cinco años, y posteriormente flauta, canto coral y lenguaje musical en Sant Andreu. Recibió una beca para cursar estudios superiores en el Conservatorio de Música del Liceo de Barcelona dentro de la modalidad de Cante Jazz y Música Moderna, estudios que completó en Italia, en la Academia Nazionale de Jazz (SJU) con profesores como Gerald Clayton, Michael Kendrick, Jason Palmer... Ha grabado varios discos, como Folc a l'estudi (2020), con dieciocho composiciones originales, y Unexpected (2020). Conoció a Danilo Tarso durante su residencia en Italia, donde surgió este proyecto. 

Chrysalis contiene una amalgama de temas que se escapa a menudo del marco del jazz, pero que merece la pena escuchar por su colorista versatilidad y por lo que estos dos músicos son capaces de ofrecer en sus respectivos instrumentos. No todo es jazz en toda la extensión de la palabra, pero son dos músicos que sorprenden, y eso es mucho decir. Como canta Eva en una de sus canciones (con música de Tarso), "Hay cosas que, por suerte, no son lo que parecen". 







CLÁSICOS QUE SUENAN LATINOS

CLARE FOSTER, Kumbhaka (2021)

Si la voz es el instrumento más complicado (según dicen) la inglesa Clare Foster es dueña de la complejidad. Escuchando su nuevo álbum Kumbhaka, certificamos su versatilidad, tanto en estilos como en el dominio del fraseo, del ritmo, de la síncopa. Y lo hace con un estilo muy personal y que, sin embargo, recuerda a tantas cantantes clásicas... También es compositora, letrista y educadora, pero en este álbum nos ofrece una colección de standards en adaptaciones sorprendentes.

Nacida en Inglaterra, Clare Foster se mudó a Nueva York con 20 años con la idea de formarse. Asistió a clases con Barry Harris y la vocalista Judy Niemack, y consiguió subirse a los escenarios neoyorquinos y a los de Nueva Orleans, su siguiente parada. De vuelta a Londres, se diplomó en la Guildhall School of Music y se convirtió en habitual de la escena en vivo de Londres y también de Amsterdam, donde grabó su primer álbum titulado Clare Foster Sings Wayne Shorter (Groove, 1993). Después trabajó en Canadá con músicos locales y en 1998 el guitarrista de Elvin Jones Ryo Kawasaki la invitó a participar en su disco Cosmic Rhythm y la llevó de gira a Nueva York. Su carrera la ha llevado a diversos escenarios de América del Norte, Europa, Asia y Brasil, de donde ha adoptado un gusto especial por la bossa nova y los ritmos latinos más delicados y expresivos, como demuestra en algunos temas de este álbum, que hace algo así como el número 14 en su discografía.

En Kumbhaka hay varias interesantes revisiones deL American Songbook a través de ritmos y estéticas traídas de Latinoamérica. Por ejemplo, "Just One of Those Things" (Cole Porter) suena nuevo y fresco al ritmo de la bomba, un estilo autóctono de Puerto Rico, mientras que "I'll Remember April" se mueve a ritmo de candombe, "Singin' In The Rain" se convierte en bossa nova, el delicioso "What Are You Doing The Rest Of Your Life" de Michel Legrand suena a milonga... y todo ello con honestidad, frescura y una voz versátil que se adapta a todo. El disco se completa con varios temas originales, de los que destacaremos "Quem Canta Os Males Espanta", escrita por Clare Foster con Sue Jarvis, una seductora samba cantada en inglés y portugués.

En resumen, Kumbhaka contiene una buena colección de canciones para conocer a una cantante que posee experiencia y una manera muy original de traer los temas a su propio estilo, un estilo innovador y a la vez clásico y adecuado para cualquier oído purista.




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* Web oficial: www.clarefostermusic.com

* Álbum digital disponible en: clarefoster.bandcamp.com

DESDE EL ORIGEN DEL AMERICAN SONGBOOK


Visionando De-Lovely (Irvin Winkler, 2004)
  
A vueltas con Cole Porter. Después de publicar la entrada en la que hablaba de Ester Andújar y de su disco Celebrating Cole Porter, me he hecho (por recomendación de una amiga) con la peli sobre la vida del compositor: el musical De-lovely, dirigido por Irvin Winkler. No puedo decir que no me haya gustado la cinta. Hay cosas muy buenas: los efectos visuales son extraordinarios (y sutiles, aunque en las secuencias en blanco y negro la película gana más), la banda sonora está llena de temazos (aunque en versiones de gente del jazz, posteriores, suenan mejor) y siempre es estimulante “conocer” cómo trabajaban los músicos que admiramos. Así, con un hábil guión de Jay Cocks, algo excesivo en su planteamiento pero original, las canciones de Cole Porter van hilvanando con sus letras lo que fue su desordenada vida, la de un genio como todos los genios, atormentado en este caso por un sentido de la vida en el que primaba la diversión por encima de todo. Sólo su mujer, que fue su musa y su principal sostén, logró centrarlo un poco. 


El histriónico y oscarizado Kevin Kline interpreta a Cole Porter con menos teatralidad de lo que suele actuar, con menos sobreactuación y menos pantomima, salvo la necesaria para sugerirse lo suficientemente afeminado para parecer gay. ¿Se le notaba esto a Cole Porter? Yo, particularmente, hace tiempo que no soporto a Kevin Kline, pero aquí está bien. De su parte está el guión, muy teatral, y la controversia generada por el interés de la película de mostrar el lado gay de Cole Porter (hoy día no hay personaje que no vuelva de la tumba para decir que en su tiempo no pudo salir del armario). Lo peor es que no se puede basar el interés del público por un artista (o por una biografía o por una obra) en su vida sexual. No tiene sentido que hoy día tenga más valor “la diferencia” que la genialidad de unas composiciones que ya existían antes de (digamos) que naciera gente como por ejemplo Joshua Redman. 

Resumiendo, he visto la película hasta el final y, como a mí me gusta ser positivo y sacar algo de todo lo que veo, me quedo con los cameos (sería más correcto decir actuaciones) en la película, lo mejor: canciones y apariciones de Natalie Cole, Diana Krall, su marido Elvis Costello, Alanis Morrisette, Mick Hucknall de Simply Red, Sheryl Crow o el inclasificable Robbie Williams, todos ellos interpretando a cantantes de la época y poniendo voz a los standards de Cole Porter. Especialmente brillante es el tema que interpreta Alanis Morrisette. No es una de mis cantantes preferidas, pero en la película canta "Let’s Do It, Let’s Fall in Love" a caballo entre su propio y peculiar estilo y el más puro años 30. Realmente fabulosa. Vaya voz. 

Lo peor (bueno, lo anecdótico) reconocer que tantos standards del jazz como "Night and Day" o "I Got You Under My Skin" nacieron como numeritos de Broadway para las comedias musicales. Que nadie espere oír en la película una versión como la que hace Sarah Vaughan de "Just one of those things" (o la que hace Charlie Parker). En De-lovely estos temas aparecen orquestados (magníficamente orquestados: parece un trabajo muy serio), pero cuando uno ha oído estas canciones a Frank Sinatra o en versiones instrumentales a gente como Miles Davis o Bird, la cosa resulta un poco floja y lejana, vamos, “orquestada”. 

En cualquier caso, Cole Porter fue un gran compositor y sus temas seguirán versionándose (espero que durante muchos años más) para placer de todos. Yo, ahora mismo, me voy a escuchar el The Cole Porter Songbook de Charlie Parker enterito, que también tiene orquesta y coros, pero se salva por el saxo alto del maestro pájaro. 

UNA CELEBRACIÓN DE COLE PORTER

ESTER ANDÚJAR, Celebrating Cole Porter (Omix, 2005)

Esta mañana me he levantado con una melodía en la cabeza y le he estado dando vueltas hasta que la he identificado. "Night and day", de Cole Porter, tal como aparecía en La alegre divorciada, cantada por Fred Astaire o por Ella Fitzgerald o por Frank Sinatra o dormido por el saxo de Charlie Parker o acariciado por los dedos de Oscar Peterson… Cuando llegué a casa ya tenía una idea clara de qué quería oír. Tengo una versión increíble de esta canción en un disco made in Spain. El álbum en cuestión es un disco homenaje: Celebrating Cole Porter de Ester Andújar.

Ester Andújar es una de esas raras flores del jazz que crecen en la península como insólitos especÍmenes, solitarios en el desierto. Valenciana de nacimiento, viene avalada por una buena cantidad de premios y por su experiencia como profesora de canto en el Aula de Música Alameda de Valencia y Espai-C.A.R.E. (Centro de Alto Rendimiento Escénico). A pesar de esto, derrocha una frescura en escena inusual. El verano pasado tuve la oportunidad de escucharla en directo. Venía en formación de cuarteto y tocó al aire libre. No es lo mismo que oírla en un club, claro, pero me llegó. Del disco original (su segundo álbum) sólo trajo a Ricardo Belda, un pianista muy personal que suplió con su experiencia las deficiencias del equipo de sonido. Algunas fusiones, sobre todo de temas brasileños, y la habilidad de la cantante para conectar con un público de lo más heterogéneo hicieron de aquella una noche memorable.

Volviendo al disco, esta revisión de 13 standards de Cole Porter producida por Ximo Tebar se aleja del primer disco de Ester Andújar, Tristeza de amar, donde mezclaba con destreza música española y jazz, un trabajo nominado y alabado en su día, pero que a mí me parece muy falto de jazz, todo lo contrario que este segundo disco, donde sobresalen favoritas como "Just one of those things"; baladas intimistas como "Easy to love", donde la guitarra de Ximo Tebar y el Hammond de Rob Bargad están impresionantes; "Ev’ry time we say goodbye", que cierra el disco de forma intimista con el piano y los arreglos de Helen Sung; o scats fabulosos como el de "From this moment on" o el de "All of you", con su sensacional duelo voz/guitarra.

Algunas de las composiciones cuentan ya 75 años, pero éste no es un disco retro. No hay ni swing manido ni violines. Este disco deja un regusto fantástico porque el conjunto es una revisión personal del songbook de Cole Porter, una visión particular como debe ser toda obra de arte, una relectura personal y amplia que repasa desde todos los puntos de vista, desde el bop hasta el soul jazz, el repertorio del compositor. Eso sí: sin excentricidades post modernas, sin revisionismos absurdos ni desvaríos ni extravagancias para llamar la atención y parecer moderno (léase Madeleine Peyroux, por ejemplo), lo que hace que este álbum no amenace con perder interés con el paso del tiempo. Tendrá el mismo valor y el mismo placer dentro de diez años. Lo dicho, un clásico. Sólo en el tema que me obsesionaba, Night and day, reaparece el ambiente original, el aire retro con que se cantaban las composiciones de Cole Porter en los 30, en el fabuloso juego de voces entre Ester Andújar y JD Walter. Buenos temas y mucha improvisación. En fin, jazz.

Los créditos de grabación son éstos: Ester Andujar, voz; Ben Street, bajo; Adam Cruz, batería; Helen Sung, piano; Ximo Tebar, guitarra; Rob Bargad, Hammond B-3, piano y Rhodes; Peter Berstein, guitarra y JD Walter, voz.



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* Web oficial: https://omixrecords.wixsite.com/omixweb/ester-andujar