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IMAGINANDO NUEVAS FORMAS

RAFAEL BARRERA, Imaginante (2024) 

Rafael Barrera es un pianista, compositor e improvisador mexicano formado en el Royal Welsh College of Music en Reino Unido, al que conocimos en 2017 con su álbum Amser, donde experimentaba con un jazz electroacústico que nos sedujo desde la primera escucha. Centrado ahora en un sonido más contemporáneo y europeo, vuelve en 2024 con Imaginante, un disco donde sigue buscando esa visión vanguardista del jazz, esta vez con un trío de piano clásico formado por Arturo Báez al bajo eléctrico y contrabajo, Tlacatl Mazatl a la batería, dos músicos de la joven escena jazzística mexicana, con los que Barrera, que toca aquí piano y Rhodes, explora paisajes sonoros inspirados por los sueños, el soñar despierto y las fronteras entre realidad y ficción. Y lo hace a través de sus propias composiciones.

Pero la perspectiva contemporánea del trío de piano de Rafael Barrera no elude la belleza, al contrario; su narrativa alrededor de lo onírico le lleva a explorar melodías bellísimas y llenas de luz, con un sonido muy limpio en los fraseos. Esto se nota desde el primer tema ("Moving Pulse"), donde una melodía cantable deriva en una descarga de energía tremenda y en un solo vertiginoso. Con un lenguaje moderno más cercano a pianistas de ACT o ECM que al jazz tradicional, Barrera construye melodías introspectivas y estructuras que invitan a una escucha atenta. Los acordes repetitivos de "Pursuit", por ejemplo, crean una tensión que él apacigua de una manera magistral. Algo similar ejecuta en "Esférica", donde crea la tensión con la mano izquierda para contrastar con la melodía. 

El uso del Rhodes en el álbum está muy alejado de la estética blues con que normalmente suena, y contribuye aquí a crear un paisaje sonoro onírico sobre el que Barrera lleva al oyente a la introspección, mientras que el piano es quien mantiene esa intensidad en casi todos los temas ("Forward Motion"). Cercano por momentos a la música clásica pianística, el disco está lleno de momentos de exploración (rítmica, armónica, tonal) y va siempre más allá con un repertorio donde no hay dos temas iguales. 

Pero, de todo el álbum, nos quedamos con la belleza detenida de "Great Small Lovers", donde el piano es protagonista absoluto y Barrera se expresa sin prisas, nota a nota, y con un brillante sentido de la lírica que podría explicar, de una manera más sutil, todo lo que quiere expresar en este proyecto. Recomendable.
 




* Fotografía: Marcocodrilo Photography (fuente: Facebook): https://marcocodriloph.wixsite.com/marcocodrilophotography

INTERLINGUA

Shashank SUBRAMANYAM, Mike HERTING, Paul SHIGIHARA
The Language of Music (Eden Records, 2020)

En la película Blade Runner (Ridley Scott, 1982), aparecía un policía que hablaba una mezcla de lenguas que se llamó interlingua en la versión española (cityspeak en el original). Algo parecido es lo que se puede escuchar en este álbum, una extensa y agradable conversación entre tres instrumentos y tres músicos de muy dispar origen y con muy distintos lenguajes que se comunican con fluidez y naturalidad.

El hindú Shashank Subramanyam es un reconocido intérprete de flauta de bambú que aúna el clásico con lo étnico, aportando sonidos ancestrales que van desde la India hasta inflexiones árabes muy reconocibles, y llevando la improvisación a sonoridades que parecían imposibles en este instrumento. Por su parte, el alemán Mike Herting (piano, Rhodes, teclados), aporta su experiencia en la fusión con músicas del mundo y una base de jazz moderno, ecléctico, muy lírico, que marca la pauta del álbum. El músico de origen japonés afincado en Alemania Paul Shigihara se mueve con su guitarra en la frontera de lo clásico, el blues, la fusión... creando solos y acompañamientos de gran intensidad. Los tres desarrollan a lo largo de los siete temas del álbum una conversación fluida, apacible y casi poética, como dice el título del álbum, en el lenguaje de la música.


El pianista, compositor y arreglista Mike Herting es conocido por sus eventos interculturales, en especial con músicos de la India, y por sus originales colaboraciones con la WDR Big Band. Este disco, fruto de las actividades del Atelier des Cultures, nace con un concierto el 5 de abril de 2019 en los estudios Riverside de Colonia (Alemania), el que se reúne con el flautista Shashank Subramanyam y con el guitarrista Paul Shigihara. Su lanzamiento en CD nos permite apreciar este experimento con calma y saborear todas las texturas que las diversas influencias culturales y el virtuosismo de los tres músicos son capaces de convertir en una mezcla única.

Desde el primer tema ("Raga Sri") se aprecia la fusión de jazz moderno con influencias étnicas. Alguna reminiscencia de blues adorna las frases de la guitarra. En "Raga High" encontramos una influencia árabe más nítida. También más inspirada, con un Shashank que lleva la melodía a extremos increíbles con sus improvisaciones. El diálogo es constante entre los dos instrumentos, que se alternan acompañando o llevando la melodía con naturalidad, como si no hubiera dos conceptos más alejados entre sí que un piano de cola, una flauta de bambú y una guitarra de jazz. 

Pero, como pueden escuchar, todo es posible.


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* Mike Herting: www.mikeherting.de

* Shashank Subramanyam: www.shashank.org

* Paul Shigihara: www.facebook.com/shigihara.official

LA INTROSPECCIÓN DEL CORREDOR DE FONDO

MARCOS SÁNCHEZ, Runner (Youkali Music, 2012)

A la primera escucha, cuando el disco de Marcos Sánchez empieza con un sampler (¿Miles?), el efecto es desorientador, uno piensa que este músico que alterna el piano con el Rhodes y los sintetizadores va a martirizarnos con una intro como la de Medeski, Martin & Wood en su Free Magic, pero muy al contrario, nos encontramos con una lógica de esas que sólo son capaces de argumentar los músicos inspirados, y el sampler da paso a un tema delicioso, de tempo lento, con un saxo (Miguel Fernández) que entabla un diálogo impresionante, sereno, casi contemplativo, junto a un piano que sabe comunicarse con el resto de los instrumentos y con unas composiciones que generan libertad en éstos para crear melodías sutiles, a ratos melódicas y a ratos desgarradas en arrebatos de free jazz que, sin embargo, no rompen la estética general del disco (la contemplación, el éxtasis de lo inmóvil) sino que acentúan este concepto que, en lugar de chocar con el título (Runner) nos hace pensar en un suave río de pensamientos en la mente de un corredor de fondo.

Marcos Sánchez no es un músico nuevo. Salió del Musikene y ha pasado por varias formaciones. Toca piano, sintetizador y Fender Rhodes. Lo acompañan en Runner (Youkali, 2012) Miguel Fernández (saxo tenor), Jorge Abadías (guitarra eléctrica), Aritz Luzuriaga (bajo eléctrico y contrabajo) y Hasier Oleaga (batería). Lo cierto es que, intros aparte, Marcos Sánchez consigue que al oírlo nos olvidemos de qué instrumento toca. Los temas, compuestos por él, salvo dos standards, tienen ese desarrollo que tanto nos gusta en el jazz y que permite que los temas vayan creciendo, evolucionando y arrastrándonos como si nunca antes hubiéramos escuchado a unos músicos crecerse al interpretar un buen tema. El álbum, en conjunto, posee una insólita y compleja modernidad que antes sólo habíamos escuchado en discos de ECM, por poner un ejemplo ilustrativo. Sí, hay algunos efectos electrónicos de fondo, pero es una parte mínima, no resta valor a la sonoridad de los instrumentos tradicionales y, lo que es más acertado, contribuye a resaltar el carácter místico, contemplativo y sereno que hace tan personal y recomendable este disco.

Dos casos aparte que, sin romper la estética sonora del disco, ensalzan al músico son, significativamente, standards: "I'll Remember April" y "Autumn in New York". Ahí, arropado por el saxo y por dos músicos distintos a los del resto del álbum (Javier Callén al contrabajo y Fran Gazol a la batería) la rítmica del piano se manifiesta, cual espíritu del jazz, en formato de trío. Marcos Sánchez se muestra más audaz, más swinger, pero sin abandonar la filosofía del resto de los temas.

Para escucharlo una y otra vez.

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* Para escuchar samplers de los temas: 
http://www.youkalimusic.com/index.php/catalogo/120-marcos-sanchez-runner

** Fotografía tomada de su página web:
http://iojazzexperimentalproject.wordpress.com/quienes-somos

CRÓNICAS DEL FESTIVAL (y III)

Día cuatro

Hoy he pasado. El concierto de esta noche puede que esté bien porque sigo a Vicky Luna desde hace tiempo y me gusta su voz y porque cuando presentaba aquel programa en Canal Sur la oí cantar y podría hacer jazz con solvencia. Sin embargo, el CD que ha grabado con Ismael Sánchez (aparte de una bossa y un par de temas con aires manouche) tiene menos jazz que Sade (que, por cierto, me encanta, aunque admito que me molesta que en las tiendas lo clasifiquen como "jazz") y la cosa podría convertirse en un recital de cancioncitas de las que voy a pasar.

...

Día cinco

Parece que hoy va a haber un buen aforo. Fue una pena lo del concierto de Pablo Vázquez Trío, por todos los que se perdieron el soberbio recital de buen jazz. Como viene siendo costumbre, comienza con un cuarto de hora de retraso, pero ¿quién tiene prisa?

Por fin, aparecen Candelaria. Sobre el escenario, la formación es visiblemente distinta de la del disco. Sólo hay cinco músicos. Faltan los dos percusionistas. La ausencia del africano me convence en segundos de que va a sonar distinto al CD. Pero qué energía. Éstos entran a saco, a toda marcha y con un sonido que me gusta. Parece una proyección del pasado, quizás de principios de los 70, por la estética post-hippy y por la fusión jazz / rock / funk / músicas étnicas / electrónica, que suena como aquellos combos previos al violento rupturismo de Miles. Me gusta. Desde el primer tema se aprecia la vocación de demostrar que se puede improvisar cuando se tienen ideas.


Segundo tema. El solo de saxo es bestial. Aunque con un sonido más rockero que jazzístico, este músico es un improvisador nato y (¡joder!) qué cosas es capaz de sacar de su saxo. Jamás había escuchado a nadie hacer esos sonidos. Y sus lamentos son feroces...

Juan Carlos Aracil (así se llama el aparente líder de la formación) usa tres flautas. En algunos temas, me recuerda más a Gwendal que a Herbie Mann y, en cierto momento, demuestra el poder de la síncopa con una energía desbordante que me recuerda a cierto tema de St. Germain (no recuerdo el nombre del músico porque siempre he pensado que Ludovic Navarre usaba samplers...) pero Aracil lo hace de una manera más natural y fluida, más emocional. Juega a dialogar con los demás músicos. El juego de llamada y respuesta es convincente e intenso. También continuo. Parece que Candelaria huye de los temas fáciles. No hay una estructura continua en ninguno de los temas sino que son un derroche cambiante de recursos y exhibicionismo: todos los músicos van a tener a lo largo del concierto más de una ocasión de hacer solos sin el soporte de los compañeros, a pelo. Candelaria está siendo el concierto más sorprendente del festival.

El público no es sólo más numeroso hoy, es más cálido y entendido que el del jueves.

Desde aquí no alcanzo a distinguir si el tenor ha cambiado su instrumento por un soprano curvo. O puede  que se trate de un sopranino. Tenía que haberme sentado más cerca.

Solo de bajo como introducción. Parece casi un tema completo. Otro punto para Candelaria. ¿No hay solo de batería? Lo habrá, pero antes de que llegue ya estaré convencido de que este baterista es un monstruo del jazz-rock. Enlaza perfectamente con la filosofía del teclista, que abusa de los sonidos retros improvisando en el Rhodes como si se tratara de un revival de Return to Forever: lo mejor del concierto junto con el flautista.

Pero el momento más espectacular llega ahora. El saxofonista ha vuelto a sacar el sopranino (?) y sorprende tocando los dos saxos ¡a la vez!, algo que dicen que hacía Roland Kirk pero que jamás había visto en directo.

El bis es espectacular y lo confirmo: Candelaria es el evento más sorprendente del festival. Nada tiene que ver con lo esperado, dado el currículum que la publicidad del festival había hecho correr. Estos ex-miembros de El Bicho hacen un jazz arriesgado, moderno y progresivo. Un aplauso para la organización (KST Música) porque, aunque el festival no ha contratado artistas internacionales ni figuras de renombre, ha traído una visión amplia del jazz actual, músicos con ideas y la esperanza de que un festival de jazz en Huelva es posible. Esperemos que continuará...

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Como en otras ocasiones, aprovechamos la generosidad de los amigos de Youtube que comparten con nosotros sus imágenes para dejar constancia de parte de lo que disfrutamos: