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TRÍO DE FLAUTA Y HAMMOND

ISABELLE BODENSEH, Flowing Mind (GLM Records, 2023)

El trío de Hammond (órgano, guitarra y batería) tiene habitualmente como invitado al saxo tenor, pero este álbum enfrenta a dos instrumentos de tímbrica peculiar, el Hammond y la flauta. Y vale la pena escucharlo no solo por lo inusual sino por el resultado. La flautista Isabelle Bodenseh nos ofrece en Flowing Mind ese contraste moviéndose en todos los rangos del instrumento (también en la flauta baja) con soltura, expresividad y un swing fabuloso. El disco llega tras el obligado parón de la pandemia y después de más de 30 colaboraciones, dos discos de su grupo Jazz à la Flute y uno a dúo con el guitarrista Lorenzo Petrocca.

Isabelle Bodenseh, mitad francesa mitad alemana, se formó en la música clásica pero entendió pronto que ahí no encontraría la expresión que buscaba. Estudió jazz con James Newton en Los Angeles, buscando en la improvisación su propia voz. Luego fue a Cuba, de donde se ha traído ideas que aparecen en este álbum y que su flauta combina de manera muy inteligente con el trío de órgano formado por Lorenzo Petrocca a la guitarra, Thomas Bauser al órgano Hammond y Lars Binder a la batería . 

Foto: Renée van der Voorden
La guitarra, cuyo lenguaje contrasta tan bien con la cadencia del Hammond, toma la iniciativa en algunas ocasiones con mucha frescura y crea una simbiosis muy interesante con la tímbrica de la flauta, un diálogo que nos trae al recuerdo inevitablemente a aquella colaboración de George Benson con el músico de Return to Forever Joe Farrell (Benson & Farrell, CTI, 1976). Bodenseh, sin embargo, busca una vitalidad distinta en los temas, dejándoles fluir con fuerza. Los aires latinos de algunos temas ("Dog Rose", "ASAP") recuerdan mucho la virtuosa síncopa de Jorge Pardo cuando su flamenco se acerca a aires latinos. Bodenseh tiene, como el español, ese gusto especial por los discursos largos y bien armados. También es capaz de hacer esto mismo con delicadeza en temas más nostálgicos como "Mediterranean Bossa". Hay mommentos fabulosos e intensos como, por destacar alguno, el solo de Bodenseh en "Molecular Cooking" o todo el tema "Chilly Chally", donde sopla con una garra fabulosa, no exenta de funk, un elemento que está presente en casi todo el álbum.

La anécdota cuenta que Isabelle Bodenseh perdió la capacidad de soplar (y respirar) a causa del virus, pero que las ganas de volver a tocar le dieron las fuerzas necesarias para volver y la inspiración para el tema que da título al álbum, ""Flowind Mind".
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UNA ESCUCHA SOSEGADA DE DJANGO

REZ ABBASI, Django-shift (Whirlwind Recordings, 2020)

He comentado muchas veces con placer lo alargada que es la sombra de Django Reinhardt,, pero nunca pensé que pudiera adoptar formas como las que adopta en las versiones que el guitarrista Rez Abbasi nos propone en su último trabajo titulado Django-shift, un cambio de punto de vista, una nueva mirada a la obra de Django a través de un trío que suena a blues por momentos, progresivo siempre, nada clásico y mucho menos manouche; todo ello con trío de guitarra (Abbasi), órgano (Neil Alexander) y batería (Michael Sarin). ¿Están preparados para un Django diferente?

Rez Abbasi, de origen paquistaní, creció en Los Angeles,  donde estudió guitarra antes de perfeccionarse en Nueva York y de mudarse a la India para estudiar tabla. esto podría definir su estilo heterodoxo de enfocar el jazz. Durante algún tiempo colaboró con el saxofonista  Rudresh Mahanthappa en dos de sus grupos (Indo-Pak Coalition y Dakshani), pero también ha trabajado con Dave Liebman, Gary Versace, Kenny Werner... 

Lo más reseñable aquí es que Abbasi no toca swing. Uno puede quedarse prendado de su heterodoxia y de su erudición, pero su música resulta muy alejada de la filosofía original de Django, opuesta incluso, y puede herir sensibilidades "puristas", aunque, después de escuchar su anterior A Throw of Dice, uno se da cuenta de que a Abbasi no le gusta lo simple. En algunos temas ("Hungaria", por ejemplo) sigue presente un cierto swing, pero otros son más complicados de entender, como "Swing 42", donde solo perviven algunas armonías y restos de las melodías originales, o "Django's Castle", convertido aquí en una delicada balada donde pervive la melodía, tocada en single line con una delicadeza que las baquetas redondean con mesura y elegancia.

Michael Sarin, Rez Abbasi y Neil Alexander

Un experimento soberbio pero rompedor, razón de ser del jazz, que puede molestar a muchos amantes de Django pero que gustará a los amantes de lo progresivo, a los inconformistas y a los que entren en estos temas sin prejuicios¿Avant-garde? ¿Fusión? Etiquetas inútiles aparte, Django-shift resulta un disco recomendable para que los que no aman el swing escuchen a Django.




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* Web: www.reztone.com

* Fotos: Kiran Ahluwalia.

EL AMOR EN TODAS SUS FORMAS

KATE McGARRY, KEITH GANZ, GARY VERSACE
The Subject Tonight Is Love (Binxtown Records, 2018)

Kate McGarry es una cantante de Massachusetts graduada en jazz y música afroamericana en la Universidad de Amherst, nominada al Grammy de Mejor Disco de Jazz Vocal en 2009, nombrada rising star por Down Beat dos años después, que ha sido Embajadora del Jazz tres años, y que, a pesar de haberse forjado en clubes, mantiene una voz lírica y limpia. Su nuevo trabajo (creo que es el octavo) recopila canciones de amor en todas sus formas.

No es la primera vez que hablamos de la relación entre poesía y jazz, relación lógica y pasional y lógicamente pasional. Hace unos meses nos llegó la nota de prensa de un homenaje a Walt WhitmanJazz at Lincoln Center presents Leaves of Grass, con música de Fred Hersch, a cargo de la Fred Hersch Ensemble con los vocalistas Kurt Elling y Kate McGarry, a quien tenemos hoy sonando en el equipo de música con un álbum que toma su título (precisamente) de un poema persa del siglo XIV (del poeta Hafiz de Shiraz). El álbum en cuestión presenta diez canciones de amor con un prólogo (el poema, adaptado por Daniel Ladinsky, que escuchamos recitado sobre una improvisación sobre los arreglos de Keith Ganz de "My Funny Valentine", canción que aparece más tarde en el disco. A partir de ahí, como decimos, el amor en todas sus formas, en forma de canciones, casi todas standards, con muy buenos momentos. 

Junto a la cantante, Keith Ganz, que toca la guitarra (acústica, eléctrica o guitarra baja) y que ha trabajado con grandes como Harry Connick Jr., Kurt Elling, Christian McBride, Fred Hersch... y, en los teclados, Gary Versace, colaborador de John Scofield, John Abercrombie, Al Foster, Regina Carter, Maria Schneider, Madeleine Peyroux..., que toca aquí piano, órgano y acordeón con una versatilidad magnífica.
Algunos temas merecen mención especial. "Secret Love" (Fain/Webster) tiene un ritmo sincopado que sugiere un aire de bossa pero muy sublimado, nada agresivo, casi pop, matiz que salva la improvisación de Ganz a la guitarra. Hay tantas versiones de esta canción, desde Doris Day hasta Carmen McRae... "What A Difference A Day Made", con el órgano como compañero (casi) vocal sí tiene un aire más descaradamente bossa y el estilo le viene bien a la voz de la cantante y permite a guitarra y piano desarrollar un jazz elegante y nada usual.


En otros temas es el blues el elemento dominante. "Climb Down / Whiskey You're The Devil", escrito por McGarry, es un potente blues cargado de misterio que tiene su clima en el solo de órgano, casi esotérico, de Gary Versace, que brilla de igual manera aquí en el órgano que en el piano eléctrico, versatilidad que demuestra en temas como "Gone With The Wind" (otro tema fascinante, aunque, como la mayoría de los temas, quedan atado por la sentimentalidad contenida de la voz de McGarry, nunca fuera de control) o "Fair Weather" (el tema de Benny Golson y Kenny Dorham que cantó Chet y que aparecía en Round Midnight de Bertrand Tavernier).


La voz de McGarry posee una textura y un sentimiento que se aferra al jazz y toca esa fibra emocional en el oyente que sólo saben tocar las cantantes de jazz, a pesar de que los arreglos de muchos de los temas, aunque bellos e intensos, se alejen bastante del swing y del blues, como su "My Funny Valentine", con unos arreglos deliciosos pero que quedan más cerca del Sting de los 90 que del amado estándar de Chet Baker.

La coda es breve y sorprendente, original. En lugar de abusar del tan usado "All You Need Is Love" de The Beatles, el trío se limita a esbozar el tema en minuto y medio (lo que definen en el libreto como "una despedida improvisada" el último día de grabación), con la trompeta de Obed Calvaire como solista, acompañamiento original y un final que llega casi al comenzar, un mensaje que suena como un jingle comercial y es que, en el fondo, es en lo que se ha convertido el tema de Lennon y McCartney y (¿por qué no decirlo?) en lo que se ha convertido la palabra amor, de la que se abusa en películas, canciones, poemas... y blogs.



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* Web oficial: www.katemcgarry.com

ENTREGA ESPECIAL

THE LEVIN BROTHERS, Special Delivery (2017)


Creo que es una manera genial de comenzar el año presentarles un discazo de jazz inspirado en el cool, un disco lleno de swing y de improvisaciones a toda máquina. Special Delivery es el segundo disco que graban juntos The Levin Brothers (Pete y Tony). El combo del álbum está formado por Erik Lawrence (saxo y flauta) y Jeff "Siege" Siegel (batería), además de Tony Levin al contrabajo y chelo y Pete Levin, que toca órgano y piano.


Después de décadas de colaborar con otros músicos y de tocar en solitario, Tony y Pete Levin grabaron su primer álbum juntos en 2014. En sus instrumentos, la experiencia de haber tocado y grabado con gente como Buddy Rich, Steps Ahead, Gary Burton, Herbie Mann... El resultado de todo esto es un álbum que suena a cool jazz, que nos retrotrae a esa época dorada de los '50s, cuando el jazz tenía clase y algunos, que miraban a la West Coast, hacían estas maravillas con sonidos elegantes, comerciales pero seductores, expresándose con una pulsión calmada, huyendo de los vertiginosos ritmos del bebop. Y, aunque los hermanos Levin aceleren de tanto en tanto llevados por la melodía ("Fire Drill"), el combo habla de jazz con serenidad y mucha clase.

Special Delivery es su segundo disco juntos, como decía, y contiene temas extraídos de la grabación de tres conciertos durante la gira del año pasado presentando su anterior álbum. En concreto, se grabó en Rochester (Nueva York), Natick (Massachusetts) y Schenady (Nueva York).


El disco comienza con un tema lleno de ritmo titulado "Gimme Some Scratch", para continuar con una swgingueante melodía sincopada de las que se quedan en la cabeza ("Special Delivery"). Ahí Pete Levin nos engancha con uno de esos irresistibles solos de órgano. "Ostropolya" es un tema clásico, para amantes del mainstream, pegadizo y con mucho swing, como casi todos los temas de The Levin Brothers, con un melódico solo de saxo de Erik Lawrence. En el siguiente tema, el sentido del ritmo y la veloz digitación de Tony Levin convierten "Fire Drill" en una carrera contrarreloj. 

Y hasta ahí las composiciones originales. El disco continúa con la balada "Scarborough Fair", en la que Lawrence con la flauta expande un aire místico al principio y muy jazzy conforme avanza el tema, mucho más allá del original de Simon & Gartfunkel. El delicado (y a la vez apasionado) solo de Pete al piano engrandecen un tema que podría haber sonado fantástico en su interpretación más fácil y que en las manos de estos artistas alcanza un nivel espiritual. El siguiente tema que suena es una balada compuesta por Erik Lawrence, muy protagonista durante todo el álbum. "Weight of Action" es una de esas baladas donde el saxo parece contener el paso del tiempo dotando al tema de una solidez pétrea, como una balada de Dexter Gordon. Incluso el lacónico solo de Tony Levin al contrabajo suena duro y categóricamente triste. El resto de los temas son homenajes a Ennio Morricone ("Theme From Cinema Paradiso"), Astor Piazzola ("Milonga del Angel")... 

Pero el tema indiscutible del álbum es "Pete's Blues". Tiene un arranque bestial en el órgano, con una intro falsa que rompe en puro ritmo, con un diálogo muy interesante entre saxo y órgano, para convertirse en un solo enorme a las teclas que despliega muchos recursos pero, sobre todo, un gran uso de la mano izquierda y del vibrato. El solo de saxo resulta demasiado moderno para el disco pero el ritmo lo estaba pidiendo... Se convierte en pura velocidad. El final, en un toma y daca con la batería, sube la temperatura y contagia al órgano para, de nuevo al unísono, redondear un tema que es una bomba. La coda la pone Pete al piano, con una balada compuesta por el batería Jeff "Siege" Siegel y que aparecía en su álbum King of Xhosa.

Para amantes del jazz sin fisuras.


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* Web oficial: www.thelevinbrothers.com

MAURI SANCHIS' MODERN ORGAN TRIO

Nuevos lenguajes del viejo Hammond B3
(+entrevista a Mauri Sanchis)

What Did You Expect? (BHM, 2011) es la materialización en CD de lo que vimos y oímos hacer a Mauri Sanchis en directo este otoño pasado. En la época de los sintetizadores y de los loops informatizados, este organista de Alcoy no sólo reivindica el sonido del Hammond B3 sino que se propone darle una vuelta de tuerca al instrumento con un formato original, muy diferente al sonido de su Superband: el trío (órgano/guitarra/batería), un formato que resulta innovador y flexible, ya que permite sentir los instrumentos más cerca, con más fuerza y más nitidez, poniendo en valor cada nota y dando lugar a más solos de lo que una gran banda permitiría. Lo ha bautizado como Mauri Sanchis' Modern Organ Trio.

En este sentido, el acierto a la hora de la elección de los músicos es determinante: Blas Fernández está en la batería, íntimo o delirantemente potente cuando es necesario; el guitarrista Razl, a quien el sonido directo no favoreció cuando lo oímos por primera vez, sigue deleitándonos con sus desvaríos e improvisaciones, en ocasiones mimetizándose con el sonido del Hammond hasta hacer que ambos instrumentos "hablen" el mismo idioma. "As for me" es un buen ejemplo:


Porque de eso es de lo que se trata, de música para la improvisación desde una nueva perspectiva, nuevos grooves con ese soul del vibrato que hace tan distinguible al Hammond ("Whysky Bob", "Nightmare") y poderosas baladas en las que la fuerza (contenida) del teclista impresiona por su sensibilidad ("In a Blue Mood" o "Lowdown", que recuerda irremediablemente a las baladas de su primer álbum, Less is More).


What Did You Expect? confirma lo que ya sabíamos, que Mauri Sanchis es un maestro del Hammond y un compositor inspirado, méritos que amplía con el abanico de sonidos inéditos de este álbum; también sirve de advertencia: si Mauri Sanchis sigue recorriendo los escenarios de Europa a este ritmo corremos el riesgo de que el mejor organista de jazz fusión europeo pase desapercibido en su país, y esto es algo a lo que tenemos tendencia en España.


Conversamos con Mauri Sanchis para desvelar los entresijos del disco.


EL HAMMOND ÍNTIMO
Entrevista a Mauri Sanchis

Jazz, ese ruido: Has grabado con grandes músicos como Randy Brecker, Bill Evans, Dean Brown... Tu nuevo álbum What did you expect? prescinde de las colaboraciones y se centra en la estructura íntima del trío. ¿Por qué?

Mauri Sanchis: Es lo que me pedía el cuerpo, simplemente. Mi último disco, Groove Words fue un disco con un montón de pistas por tema. Sólo en mi rol como instrumentista había varias partes de órgano, diferentes pianos eléctricos, clavinet y Moog. Aparte de lo mío, diferentes guitarras, muchas voces y metales, etc…Fue un disco planteado en plan super-producción. El resultado fue muy gratificante para mí tanto en estudio como en directo. Sin embargo, estar en un escenario con 10 personas más condiciona absolutamente la libertad de los temas ya que ha de estar todo “relativamente” cerrado para que nadie se pierda. El trío es algo absolutamente opuesto a eso y me apetecía mucho el desorden después de algo tan organizado.

J,ER: Aparte de esto, ¿qué tiene de innovador tu nuevo disco?

MS: Me gustaría pensar que es innovador dentro del mundo Hammond en cuanto al concepto de producción/composición, algo que afecta al sonido de forma contundente. Creo conocer bastante el panorama Hammond a nivel internacional y la mayoría de proyectos derivan a 2 estilos. Unos hacia el standard de Jazz con influencias básicamente de Jimmy Smith y otros hacia el funk de órgano incluso con estética de los 60. Salvo genios como Medeski, Martin & Wood, no suele haber mucha innovación o, si la hay, ni los sellos les hacen caso ni ellos mismos se mueven por redes sociales ni blogs especializados porque entonces los conocería, claro. Además, creo que los propios amantes del sonido Hammond están de alguna manera anclados en esos sonidos y se abren poco a nuevas tendencias. Espero que este disco sea una excepción.

J,ER: Escribes los temas. Cuando suenan en directo y los ves crecer, ¿hasta dónde permites que llegue la improvisación? y, sobre todo, ¿qué parte del músico de directo hay en el compositor?

MS: El grado de improvisación en nuestro caso depende mucho del estado de ánimo en que nos encontremos y cómo veamos al público. No cierro puertas a nada. Recuerdo un concierto en una asociación cultural para 500 chavales, todo humo y ambiente, donde hicimos y deshicimos todos los temas y salió chulísimo. En otros conciertos, la improvisación se centra en los solos pero nos mantenemos firmes en la estructura del tema. Hay que estar abierto a lo que pida la noche. Y, desde luego, en este disco hay más del Mauri de directo que en cualquier otro disco. Pero en ese sentido, sigue siendo un disco de estudio. En directo, a veces, hay temas de 4 minutos, que acaban durando 12. Eso no tiene sentido en un disco a no ser que sea un concierto, claro.


J,ER: En directo te hemos visto el fantástico XK3, un Hammond pequeño y con un sonido espectacular. ¿Qué órganos has usado en esta grabación?

MS: Grabo siempre con mis viejos B3 y Leslie 122 hasta que pueda hacerme con el nuevo B3 con Leslie 122xb, que es lo mismo pero con tecnología digital.

J,ER: Me han gustado tus músicos. Blas Fernández a la batería es una máquina del ritmo y Razl literalmente hace "hablar" a la guitarra.. ¿Dónde los encontraste?

MS: Con Blas llevo desde 2005. El técnico con el que estaba preparando mi disco Good Vibes!!! me habló de él y contacté en seguida. Desde entonces hemos sacado 3 discos y un DVD y no podemos dejar pasar una semana sin hablar una o dos veces por teléfono. Blas es de Bilbao y yo de Alcoy así que es la manera en la que nos podemos comunicar mejor. Es imprescindible para mí. Tiene un groove imperturbable y una personalidad que cualquiera quisiera para su proyecto.
A Razl lo conocí por Internet. Por myspace para ser exactos. Cuando contactó conmigo y me envió su disco Rotonova me pareció que era el guitarrista más interesante de España. Su capacidad creativa y rítmica está, en mi opinión, a nivel internacional, algo que demuestran las críticas que reciben sus discos en USA. Después, a nivel personal, creo que jamás he conocido a nadie tan diferente a mí con el que pueda llevarme tan bien en lo musical y personal. Es algo a estudiar…cuando comentamos los gustos de cada uno nos sorprendemos de ver cómo hemos encontrado un punto en común con esta música y lo bien que nos llevamos en la carretera donde hemos compartido muchísimas horas juntos.

J,ER: Desde el festival de San Javier al de Pori en Finlandia, te has recorrido Europa tocando. También Estados Unidos. ¿Qué proyectos tienes en directo para este año?

MS: Lo de Pori fue una experiencia maravillosa pero la verdad es que no hemos hecho nada más fuera de España. Lo de USA fue cuando era muy joven, tanto que ya casi ni lo recuerdo. Uno de los principales alicientes de un proyecto es poder llevarlo fuera pero, en mi opinión, es algo que no se ha de hacer de cualquier manera. Muchos músicos aceptan tocar en cualquier condición solo por salir de aquí. Hasta la fecha yo no he querido hacerlo. Es posible que vayamos a Alemania y Suiza con el sello (BHM) y también hemos hablado de ir a Argentina, Uruguay y Chile con Blue Art pero ahora mismo son más sueños que otra cosa.

J,ER: Finalmente, ahora que el disco está en las tiendas, ¿algún nuevo proyecto ya en mente?

MS: Estoy trabajando ya en directo con un proyecto llamado Íntimo donde pretendo reinventar mis temas y llevarlos a un terreno más acústico pero entre unas cosas y otras aún no le he dedicado el tiempo necesario. En este momento estoy centrado en el trío, que ha recibido tanto en directo como con el disco unas críticas magníficas que no esperaba, la verdad. Además, tenemos grabados un par de conciertos en lo que será el próximo CD+DVD así que no tengo demasiada prisa y con la dichosa crisis, menos aún.

El disco, publicado por BHM/Indigo Records (Tok Tok Tok, Fred Wesley, Metro) sale a la venta ya y se presenta en directo el 2 de Julio en el Festival Caixa Penedés Vijazz compartiendo cartel con Branford Marsalis, Tower of Power, Terence Blanchard, Bill Evans + Randy Brecker + Medeski, Martin & Wood.
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* Página oficial: www.maurisanchis.com

RHODA SCOTT + KENNY CLARKE

Los milagros del Hammond B-3

Cuando Laurens Hammond comercializó su primer órgano eléctrico en 1935 (el modelo Hammond A) ya hacía diez años que Fats Waller había usado el órgano de tubos para hacer jazz. Sin embargo, la intención original de Hammond no era la de crear un órgano para la música popular sino la de fabricar un instrumento que pudiera sustituir a los órganos de iglesia, grandes, caros de mantener y complicados de afinar. Tardaría 30 años en darse cuenta de que sus principales clientes eran bandas de rock’n’roll, rhythm & blues y jazz.

Aunque en un principio se dejó de fabricar en 1955, la popularidad del Hammond B-3 lo ha hecho pervivir hasta nuestros días y lo ha convertido en el órgano más usado de todos los tiempos, sobreviviendo a la llegada de instrumentos electrónicos más sofisticados, que incluían chips de memoria con melodías y arpegios pregrabados. ¿El secreto? La excitante sonoridad del B-3 se debe al efecto vibrato, que lo hace inigualable, y a ese efecto chorus, capaz de sonar como un órgano de tubos. Ambas características dotan al instrumento de un sonido “propio” e identificable.

Si Fats Waller introdujo el órgano en el jazz, Jimmy Smith lo elevó al trono de los instrumentos solistas con su espectacular forma de tocar. No hay ejemplo más evidente para poner nombre al B-3 que Jimmy Smith, pero gracias a Dios (el Dios del Jazz es benévolo y pródigo) su carrera ha tenido continuación en nombres brillantes como Joey de Francesco, Lou Bennet, John Medeski... o, por citar músicos españoles, Mauri Sanchís y Albert Sanz. Mi último descubrimiento detrás de un Hammond es Rhoda Scott. La acabo de pillar con las manos en las teclas.

No conocía a esta teclista nacida en New Jersey en 1938, pero por opiniones de amigos me entero de que es la sucesora de otra Scott, Shirley. Rhoda Scott, Shirley Scott. Simple coincidencia de apellidos y de virtuosismos a las teclas de un Hammond. Rhoda, que es la que suena ahora mismo en mi equipo de música, es una jazzwoman que domina los recursos armónicos y rítmicos del B-3 con una delicadeza increíble. Consigue abusar del vibrato sin romper la fluidez rítmica de los temas, que funcionan como una locomotora en plena carrera, llenos de adrenalina pero sin estridencias.

Nos hemos conocido gracias a uno de los últimos discos que he añadido a mi colección: Rhoda Scott + Kenny Clarke, de la colección Jazz in Paris de Gitanes, una grabación de 1977 que explica claramente el peso que un órgano puede tener en un combo de jazz: lo es todo, puede suplantar a casi todos los instrumentos y, como en este caso, sólo necesita la percusión para conformar un conjunto sonoro completo, cosa curiosa porque precisamente el Hammond B-3 es el único órgano de su familia que incluye acompañamiento de percusión, pero ¿quién renunciaría a tener a Kenny Clarke a la batería? Fue nominado entre los 5 mejores “baterías acompañando a un órgano” (Nominee in the category of the best “Organ drummer”, que dicen los americanos). La grabación incluye nada más y nada menos que nueve temas mano a mano, Scott y Clarke, órgano y batería, una combinación explosiva que alrededor de baladas impresionantes como It’s impossible y de fuegos artificiales del tamaño de Satin doll, y que es capaz de colorear de sonoridades nuevas a standards como On Green Dolphin Street o Now’s the time. Para enmarcar.