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DOS CIGARRILLOS EN LA OSCURIDAD

KEITH OXMAN, Two Cigarettes in the Dark 
(Capri Records, 2020)

Keith Oxman, últimamente muy prolífico, se une a Houston Person en Two Cigarettes In The Dark sin más pretensiones que deleitarnos con buen jazz, clásico y sentimental, poniendo el foco no en la innovación sino en una interpretación llena de alma y sentimiento, ese sentimiento que solo el saxo tenor es capaz de compartir. Durante toda la Historia del Jazz han sido muchos los saxofonistas que han destacado por saber explotar esa sentimentalidad que solo es posible en el tenor y en la suavidad de sus graves (Webster, Young, Rollins, Gordon...), cualidad que Oxman y Person comparten.

El año pasado fui a un concierto de Houston Person en la Universidad Iberoamericana de La Rábida pero, a última hora y por motivos de salud, Person no llegó. Lo sustituyó Jesse Davis, que dio un concierto magnífico... pero tengo la espina clavada de no haber escuchado al tenor de Carolina del Sur. Ahora, Keith Oxman nos lo trae en este formato ya tan clásico de two-tenors-album del que hablamos no hace mucho cuando hablábamos del álbum de Enric Peidro y Ray Gelato.

Desde el swingueante "Voss Is Boss" hasta el blues de "Sweet Sucker" pasando por el soul jazz ("Wind Chill"), el álbum explota este formato con un repertorio de temas clásicos y también originales, y lo hace sobre una sección rítmica muy clásica y eficaz formada por Jeff Jenkins al piano (un contrapunto excitante a las melodías de ambos tenores), Ken Walker al contrabajo y Paul Romaine a la batería. La cantante Annette Murrell se suma en dos canciones ("Everything Happens To Me" y "Crazy He Calls Me"), aportando un tono aún más anacrónico, atemporal.

A toda esta intención clasicista hay que sumar la gentileza de indicar en la contraportada en qué canal suena cada saxofonista, algo que se agradece (y que ya se hacía en los discos clásicos de principios del estéreo) para que el aficionado escuche y disfrute de la diferencia, con esa calidez llena de sentimentalidad de Person y esos fraseos largos, inspirados, sentidos, de Oxman.


El tema más estimulante del disco es, sin duda, el que le da título. "Two Cigarettes In The Dark" fue escrita para el musical Kill That Story en 1934 por Lew Pollack con una letra de Paul Francis Webster que luego cantó Betty Carter y que aquí no aparece, pero la versión instrumental cantada por ambos tenores a dúo es fabulosa al tiempo que delicada. Sobre la base rítmica del piano, con sus acordes a tempo medio, complacientes, Oxman despliega la melodía clásica en toda su extensión para ofrecer a Person, mediado el tema, la oportunidad de replicar con elegancia. El piano hace de árbitro con un solo central bien desarrollado y lleno de recursos. Oxman, respondido por Person, culmina el tema con esa atmósfera que solo el jazz clásico puede ofrecer.

El álbum ha sido lanzado en marzo pero fue grabado el 14 de diciembre de 2018 en los estudios Mighty Fine Productions, en Denver, donde vive Keith Oxman.


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* Más artículos sobre Keith Oxman:
   http://jazzeseruido.blogspot.com/search/label/Keith%20Oxman

* Fotos: Daniel James.

DESTELLOS

KEITH OXMAN, Glimpses (Capri Records, 2018)

"Keith Oxman ha aprendido a trabajar con un pie en el presente y otro en el futuro, al tiempo que se inclina fuertemente hacia el futuro", dice Benny Golson. Esta contundente frase del gran tenor de Filadelpia encabeza la nota de prensa que anuncia el nuevo disco de Keith Oxman, un saxofonista que aporta calidad y frescura a un tema que algunos modernos consideran conflictivo: mirar al pasado. Claro que Oxman, como bien dice Golson, no se queda ahí sino que bebe de la tradición para mirar al futuro.

Con este inconformismo musical y la calidez de su manera de frasear, Oxman practica un hardbop elegante, especulativo pero cálido con su cuarteto (Jeff Jenkins al piano, Ken Walker al bajo y Tood Reid a la batería), a los que se une el incombustible David Liebman en los saxos tenor y soprano. Admirador y estudioso, Keith Oxman admite haber repasado, escuchado y transcrito solos de Parker y Coltrane a lo largo de cuatro décadas. De alguna manera (y a otro nivel) hay mucho de Coltrane en las composiciones que Oxman ha grabado en este disco, pero esta inspiración coltraniana no es algo tan banal como unas versiones o unas transcripciones. Tiene que ver más con la inspiración y la personalidad (léase armonías, técnica, fraseo...) y para ello ha contado con una colaboración de lujo en el álbum, la de David Liebman, quien, después de más de 200 discos como líder, últimamente parece hiperactivo y omnipresente, apareciendo en muchas grabaciones que nos llegan. Liebman conoció a Coltrane y fue el punto de partida para dedicarse al jazz. Posteriormente, grabó homenajes personales a Trane como Homage To John Coltrane (Owl Records, 1987), Joy: The Music Of John Coltrane (Import, 2014), o con compañeros de lujo como Joe Lovano: Compassion: The Music Of John Coltrane (Resonance, 2017) o como Wayne Shorter en A Tribute To John Coltrane (Columbia, 1987). 


En el disco que nos ocupa, resulta brillante la conjunción de estos dos tenores (Liebman toca también el soprano en algunos temas), un tándem que no surge por casualidad. Ambos beben de Coltrane y de una época (no olvidemos que Liebman tocó con Miles, con Elvin Jones...), por lo que, como el título sugiere, hay destellos de mucha Historia del Jazz en algunos pasajes. Lo atestiguan los solos de "Trane's Pal", una composición de Oxman que alterna un chorus muy hardbop con solos inspirados y elegantes, que recuerdan a la primera época, la más bop, de Coltrane, aunque mi tema favorito es el pegadizo "Shai", también compuesto por Oxman, que lleva esta filosofía al máximo, con un estribillo adictivo, cercano al soul jazz o al funk si prefieren la definición, con una sucesión de solos afinados a la altura de un jazz que sólo parecía posible en la Costa Oeste en una época lejana y que hoy resulta inspiradora.  

Glimpses es un buen disco. Dejará satisfechos a los aficionados al jazz, aunque Coltrane es Coltrane y los reflejos son sólo eso, reflejos.