CALEIDOSCOPIO

FELIPE SALLES INTERCONNECTIONS ENSEMBLE,
Home Is Here (Tapestry, 2023)

Tras su The New Inmigrant Experience, publicado en 2020, Felipe Salles sigue incidiendo como compositor en la inmigración como leitmotiv de su obra y como base de su música, tan mestiza como el jazz en sí. Su Interconnections Ensemble, inaugurado con The Lullaby Project (2018) reúne a 19 músicos de diferentes orígenes y un punto de vista tan heterogéneo que se adapta perfectamente a la sincrética filosofía musical de Salles. 

Nacido en São Paulo, Felipe Salles es, desde 2010, profesor asistente de Jazz and African-American Music Studies en la University of Massachusetts Amherst. Desde que comenzó a tocar en 1995, se ha subido a los escenarios con gente de la talla de Randy Brecker, David Liebman, Melissa Aldana, Lionel Loueke, Jerry Bergonzi... y ha girado por Europa, India, Australia y toda América como líder y como sideman. Home is Here es el tercer álbum de su Interconnections Ensemble. 


Foto: Jeff Schneider

Los ocho temas que presenta en su nuevo disco comienzan con el singular sonido del clarinete de Paquito D'Rivera, mezcla de jazz y música clásica, con una reinvención ("Re-Invention") de un tema de Bach, que se mueve por momentos a ritmo de tango, de chorinho brasileño o de sones cubanos. Entre esa reinvención y el final, una tensa melodía donde el elocuente saxo tenor de Melissa Aldana nos arrastra como un hábil narrador de historias, hay media docena de temas en los que confluyen folkores, polirritmias y tantos sabores como cabría esperar. Un caleidoscopio, en definitiva, como los que suele dibujar en sus partituras Felipe Salles, adornado con los colores de invitados como cantantes como Magos Herrera, la argentina Sofia Rei, el saxofonista francés (de Guadaloupe) Jacques Schwarz-Bart, la fliscornista australiana Nadje Noordhuis, el saxofonista y percusionista cubano Yosvany Terry y el guitarrista brasileño Chico Pinheiro, amigo de Salles desde la infancia. 




Además de los solistas e invitados, estos son los músicos que Salles dirige en su Interconnections Ensemble: 

Viento madera:
Jonathan Ball, saxos alto y soprano, flauta y piccolo
John Mastroianni, saxos alto y soprano, flauta y clarinete
Mike Caudill, saxos tenor y soprano, flauta y clarinete
Carl Clements, saxos tenor y soprano, flauta y flauta alta
Tyler Burchfield, saxo barítono y clarinete bajo

Trompetas y fliscornos:
Don Clough
Jeff Holmes
Seth Bailey
Bill Fanning
Jerry Sabatini

Trombones:
Clayton DeWalt
Randy Pingrey
Bob Pilkington
Angel Subero


Sección rítmica:
Kevin Grudecki
, guitarra
Luke Giavanovits, vibráfono
Nando Michelin, piano
Keala Kaumeheiwa, bajo
Bertram Lehmann, batería y percusión

* Más info: www.sallesjazz.com

LA BELLEZA DE LA EXPERIENCIA

TSUYOSHI YAMAMOTO TRIO, A Shade of Blue 
(Evosound, 2023)

El pianista Tsuyoshi Yamamoto debutó como líder en 1974. Desde entonces, con algunos lapsos entre medias, no ha parado de tocar y grabar, acumulando una experiencia que se manifiesta en la solvencia y la precisión con que se expresa en las 88 teclas. Este mes, con 75 años cumplidos, graba por primera vez con el sello Evosound. A Shade of Blue es un álbum (casi) perfecto, con algún tema original y versiones llevadas al más alto nivel. Sus acompañantes en el trío son el bajista Hiroshi Kagawa (el más joven del trío, con 61 años) y el baterista Toshio Osumi, que ha acompañado a Yamamoto desde su debut. Enrre los tres suman 215 años. La experiencia al poder.

El álbum comienza con el único tema original ("Speed Ball Blues"), un prodigio de control del ritmo y de la tensión, con momentos muy intensos que desembocan en el inevitable juego de llamada/respuesta para culminar un tema perfecto. Estos son algunos detalles, aparte del sonido brillante y ortodoxo del trío, que hacen que recordemos con aprecio los tiempos de Wynton Kelly, Red Garland, McCoy Tyner, Errol Garner... De este último aparece aquí una monumental versión de "Misty", lo que refuerza la afirmación de que Yamamoto se siente cómodo en las notas altas del piano y que, además, consigue extraer ahí oro sin caer en lo hortera.

El magnífico interplay entre los músicos aporta una naturalidad fantástica a los temas, especialmente si uno sabe que el disco ha sido grabado en directo (en el Gotanda Cultural Center Music Hall de Tokio). Esta compenetración favorece el equilibrio entre sutileza e intensidad, dos elementos que se alternan en cada temas y en el repertorio a lo largo del disco, creando una narrativa emocional muy cuidada. A temas rítmicamente efervescentes ("Like Someone in Love") se contraponen otros muy líricos, donde la búsqueda de la belleza absoluta es patente, como "The Way We Were" o la delicadeza con que Yamamoto convierte el tema de "Last Tango in Paris" en una joya. Un tema que siempre ha sido comercial, fácil para el público, se convierte aquí en una joya con una entidad nueva, sugerente pero delicada, llena de sutilezas y notas precisas. Yamamoto no juega ningún acorde sin desplegar algún recurso o alguna sorpresa. Un ejemplo podría ser el blues "Midnight Sugar", que contiene esas notas sentimentales, profundas, que hacen de un blues algo orgánico.

El disco, presentado en distintos formatos (digital, MQACD, SACD- Hybrid Multi-Channel, vinilo doble de 180g audiophile) es una delicia para amantes del jazz auténtico, y un muy recomendable, en especial para explorar (hacia atrás) a Tsuyoshi Yamamoto y su discografía, no tan extensa como su carrera, que estamos descubriendo emocionante.

El único tema original del álbum es "Speed Ball Blues".



* Info: https://evosound.com/

FUSIONES MEDITERRÁNEAS

APEL·LES CAROD, Abismes i flors (Microscopi, 2023)

En la tradición que fusiona jazz y músicas folklóricas europeas se encuadra la música que hace Apel·les Carod. La poesía que destila su violín se acerca por momentos a la canción popular y por momentos al jazz, siempre con un aire nostálgico y lírico cuya belleza puede alejar a algún aficionado al jazz más negro, aunque responde a patrones contemporáneos que hemos escuchado en otros músicos de la misma generación. 

El disco comienza con un instrumental muy inspirado en el que nos adelanta el guion del disco: temas sosegados donde la melodía es la protagonista, extensos discursos llenos de improvisación (sin perder ese lirismo del que hablábamos), impresionismo, armonías exóticas y un espacio sonoro bien diseñado que se apoya en una sección rítmica cálida y efectiva (Max Villavecchia al piano, Manel Fortià al contrabajo y Josep Cordobés a la batería). La naturaleza es la fuente de inspiración de estos temas, con el mediterráneo y las montañas de fondo. Se aprecia un gusto por lo natural y lo bucólico, algo también muy propio del barroco, cuyas huellas musicales se perciben aquí y allá y, más nítidamente, en el solo de piano (Villavecchia) en "Se m'emporta el riu".

Foto: Pau Requesens

Apel·les Carod (Cambrils, 1989) fue el primer graduado en violín de jazz en España (ESMUC, 2010-2015). Se formó posteriormente en The New School for Jazz and Contemporary Music (Nueva York). Ha sido galardonado en dos ocasiones con el segundo premio en la International Zbigniew Seifert Jazz Violin Competition (2014 y 2016, Polonia). Forma parte del cuarteto Emsembling (del guitarrista Adriá Plana), de la Barcelona Art Orchestra y de la Orquesta de Músicas de Raíz de Cataluña. Ha tocado con Lluís Vidal, David Xirgu, Dani Pérez... Es profesor de violín de jazz y combo en la ESMUC y del Taller de Músics.

Puede que no sea un disco para los lectores más puristas de este blog, pero Abismes i flors contiene todos los elementos para disfrutar, inspirarse y para descubrir una voz nueva, la del violín de Apel·les Carod.




STANDARDS, STANDARDS, STANDARDS...

NOAH HAIDU, Standards (Sunnyside Records, 2023)

Los no aficionados al jazz suelen preguntarme por qué se siguen grabando discos de standards en lugar de "música nueva". Es fácil explicarles que en el jazz siempre hay algo nuevo en cada estándar, en cada interpretación, en cada compás... Pero hay muchas más razones. La primera es que no podemos escapar a las influencias que nos hacen crecer. Otra importante es averiguar qué tiene un músico que decir sobre una melodía concreta. Siguiendo la estela de su anterior álbum (Slowly), donde homenajeaba a Keith Jarrett con temas originales, el pianista Noah Haidu revisa 9 clásicos y lo justifica remitiéndose al recuerdo del inigualable Standards, Vol. 1 (ECM, 1983), que grabaron Keith Jarrett, Gary Peacock y Jack DeJohnette, el primero de 21 álbumes del que se llamó Standards Trio. En el texto del disco, Haidu manifiesta:
"Quizás porque desarrollé un amor por su música gradualmente, con el tiempo he podido mantener una distancia respetuosa, disfrutando más como oyente que como pianista. Una vez que analizamos el arte, a menudo pierde la magia que poseía cuando nos encontrarnos con él la primera vez, pero me gustaría pensar que he aprendido algo esencial de su obra: sus interpretaciones de standards me proporcionaron inspiración, consuelo y felicidad, y espero que este álbum pueda hablarle a usted de esta manera. Ese es mi único objetivo con este proyecto, eso es todo lo que importa."
El repertorio de Noah Haidu está muy bien elegido, no tanto por su importancia dentro del recuerdo colectivo sino porque nos permite revivir melodías con la magia del trío de piano. Haidu usa en este disco un trío donde alternan dos contrabajistas (Buster Williams y Peter Washington), con Lewis Nash a la batería y un saxofonista invitado en algunos temas (Steve Wilson). Una formación perfecta donde Haidu absorbe todo el protagonismo con sus fraseos sincopados, sus progresiones de acordes, sus cambios de ritmo y su facilidad para expresar eso que esperamos todos los aficionados al jazz con mayúsculas. 


Foto: Chris Drukker

El álbum comienza con "Old Folks". Es lo que uno espera de un disco de jazz, ese aire que suena a negro pero también al lirismo de Jarret (sin ánimo de comparar). Después (sin ánimo de ser exahustivo), disfrutamos de la vertiginosa digitación de Haidu en "Just In Time" (y esa complicidad con la sección rítmica, especialmente en el juego de llamada y respuesta antes del chorus final). También hay un homenaje a Hoagy Carmichael a piano solo ("Skylark") pero, entre los clásicos más destacados del disco, vale la pena pararse a escuchar "Someday My Prince Will Come", un tema que ha evolucionado mucho desde que lo compuso Tchaikovski, lo robó Frank Churchill para Disney en 1939, lo convirtió en estándar Miles Davis en 1961 y Peter Washington hace aquí el solo de contrabajo con las sutiles respuestas de Haidu al piano... 

Todos son standards excepto los dos últimos temas: "Last Dance I" y "Last Dance II". Noah Haidu compuso y tituló así en homenaje al último concierto de Jarrett en el New Jersey Performing Arts Center, evento al que asistió (y cuya historia ya contamos aquí). Haidu recuerda que Jarrett bromeó con el público diciendo: “No intenten esto en casa.” Al recordar esa noche de 2014, Haidu afirma: "Creo que inconscientemente lo tomé como un desafío. No para seguir sus pasos, sino para construir sobre mi propia voz con el trío y estas canciones”. Y aquí está el resultado, clásicos reinterpretados con solvencia y una filosofía post-bop que hace que parezcan originales, ya que sus aportaciones y sus improvisaciones son fieles al espíritu del original, nueva vida para estos temas sin contradecir en modo alguno al compositor, todo con una elegancia soberbia, algo que a veces se echa mucho de menos en el panorama jazzístico actual. 




* Web del artista: www.noahhaidu.com


NOVEDADES APRIL RECORDS

Con un ritmo inagotable de lanzamientos, el sello danés April Records está llenando el panorama europeo de producciones de muy alta calidad, tanto en el concepto del disco físico como en el catálogo de músicos, que llegan a este blog de manera habitual y, a veces, en número superior al tiempo que necesita cada disco para una escucha seria, detenida y respetuosa. Pasamos revista a tres de sus últimas (y más interesantes) producciones con la esperanza de que alguna gira traiga a estos artistas a escenarios cercanos para poder disfrutarlos en directo.

ANDREAS TOFTEMARK QUARTET feat. Gerard Presencer, 
La Gare (April Records, 2023)

Con un estética que recuerda a las bandas del final del hardbop (eso sí, con un sonido más brillante, depurado y quizás menos negro), el saxofonista tenor Andreas Toftemark lanza su segundo álbum titulado La Gare, donde despliega un jazz elegante, inspirado y lleno de sutilezas. Con ritmos contenidos y ricas harmonías, sus temas adaptan esa estética americana de los '60 al lenguaje del jazz nórdico.


El cuarteto de Toftemark continúa con el sonido de su primer álbum (A New York Flight) con la misma formación: Calle Brickman en el piano y Andreas Svendsen en la batería, mientras que se estrena Matthias Petri en el bajo. Como invitado, el trompetista Gerard Presencer (Danish Radio Big Band, Niels-Henning Ørsted Pedersen, Chick Corea, Herbie Hancock) aparece en dos de los temas del álbum con un sonido cálido y melódico. 

Toftemark es uno de esos tenores con un lenguaje claro y fluido, uno de esos tenores capaces de hacer sonar este enorme instrumento con la fluidez de una flauta. Sus composiciones denotan influencias muy diversas, desde la música clásica hasta armonías en los vientos que nos recuerdan a Nueva York. Cada tema (todos originales de Toftemark) contiene el recuerdo de un lugar. Desde "La Gare" (el club parisino que se llama igual que la estación) hasta "Chimney Lullaby", que cierra el disco, cada tema cuenta la historia de una experiencia que debe ser narrada, la de un músico (como todos, en eterna formación) que absorbe las vivencias como parte de su carrera musical. Y Andreas Toftemark lo hace con un sentido melódico y armónico que trae el hardbop a un estilo mejorado, brillante y contemporáneo.





JESPER THORN, Dragør (April Records, 2023)

¿Qué define lo que es jazz? Es una pregunta que nos hacemos los aficionados con frecuencia, una cuestión que sirve para discutir y para amar más el jazz y que, cuando nos pregunta algún profano, nos ofende de manera superlativa. Escuchando el disco del contrabajista danés Jesper Thorn, podríamos decir que el jazz moderno (por definir el jazz en un contexto más limitado) es una mezcla de improvisación y búsqueda, una manera de abrir caminos (el jazz ha abierto tantos caminos en los últimos cien años...) donde solo existe un parámetro que cumplir: debe haber emoción

Foto: Tom McKenzie
Dragør es una suite en dos partes, pero no es todo el álbum. El álbum es un recorrido conceptual por los sentimientos que rodean a las relaciones ("About Fathers And Sons", "Boy", "About Fathers") cuya emoción reposa en delicados arreglos y en el contraste entre las atmósferas desoladas creadas por los sintetizadores (Marc Méan y el mismo Jesper Thorn) y las intervenciones solistas del piano (Méan), del saxo (Cecilie Strange), la corneta (Tobias Wiklund) y, en un lenguaje mucho más profundo, el contrabajo de Thorn, que parece cantar. El resultado es un marco musical melódico donde los solistas ponen la síncopa y la improvisación, convirtiendo en jazz una enorme suite casi cinematográfica. Sin duda, uno de los discos más singulares y emocionales que hemos escuchado recientemente. 



* Web oficial: www.jesperthorn.com




HUMAN BEING HUMAN, Disappearance (April Records, 2023)

Disappearance es también un disco sobre las emociones. Human Being Human, el trío danés formado por el pianista Esben Tjalve (Cecilia Stalin, Red Kite), el bajista Torben Bjørnskov (James Moody, Matthew Herbert, Billy Cobham) y el baterista Frederik Bülow (Misceo Collective), nos propone un repertorio inspirado en la pérdida pero mirando hacia la belleza de la fragilidad, en lugar de llorar la desaparición. Reinventando la estética del trío de jazz (entre otras cosas, tanto Tjalve como Bjørnskov tocan sintetizadores en algún momento), buscan esa belleza en riffs pegadizos, grooves obsesivos ("Continuation Day"), pasajes líricos e introspectivos ("Together Again") y una versatilidad rítmica y de color.

Foto: Mathias Lassen

Con estos argumentos, el mensaje vitalista queda patente porque hay un goce (musical, por supuesto) que brilla por encima de tanta complejidad ("When You Find It, You Will Know" podría ser un buen ejemplo de ello). Con momentos muy en la tradición del jazz, como el solo de piano en "Disappearance" y pasajes muy líricos ("Aware"), el disco está lleno de patrones rítmicos obsesivos (novedosos, también desconcertantes). Tjalve, Bjørnskov y Bülow proponen un nuevo concepto de trío de piano al contener elementos electrónicos (sutiles, hay que leer la etiqueta para saberlo), novedoso también por su empleo de ritmos inesperados, pero se mantiene, sin embargo, esa sobriedad del trío como contraste entre protagonismo y conjunto. La personalidad de Human Being Human está en el equilibrio entre su concepto contemplativo y el dinamismo con que lo expresan. Recomendable.



BELLEZA

DOUYÉ, The Golden Sekèrè (Rhombus Records, 2023)

Creo que la palabra belleza se queda corta para describir la maravilla que va desplegándose alrededor de nuestros oídos cuando escuchamos el álbum The Golden Sèkèrè de la cantante nigeriana, establecida en Los Angeles, Douyé. El álbum, a priori, no es más que otra colección de standards, pero la voz de Douyé hace milagros con las melodías del Great American Songbook, convirtiendo en un asunto personal cada tema. Sus fraseos, su timbre y el color con que interpreta las canciones convierten un repertorio conocido en algo realmente nuevo.

Tras la sorpresa inicial, una versión cantada de "Cherokee", algo que pocas veces se escucha, asistimos a una re-invención de unos temas que conocemos y reconocemos, pero que vienen cargados de polirrítmias que delatan el origen africano de Douyé y que aportan muchos niveles de interés. "Speak Low" o "Green Dolphin Street" son buenos ejemplos. Incluso la lacónica "The Very Thought of You" contiene en su lentitud ritmos inéditos. 

Merece una mención aparte la versión con big band de "I've Got You Under My Skin", donde festivas cadencias africanas dan a la canción un ambiente mestizo que nos recuerda que estos ritmos llegaron (distorsionados) a los músicos de jazz (Sonny Rollins podría ser un buen ejemplo) a través de la música caribeña, que había sintetizado estas tradiciones de manera secular.  




El guitarrista Lionel Loueke interviene en dos temas, aportando esa sutil fluidez de su guitarra. Dapo Torimiro, cantante y multi-instrumentista nigeriano nacido en Lagos (Douyé hizo el camino inverso, naciendo en Nigeria y estudiando en Lagos) interviene en el original enfoque de "Afro Blue", que aquí suena más afro que nunca gracias a los arreglos en las percusiones. Los arreglos del disco son de Bada Ken Okulolo, Tosin Aribisala y Zem Audu. Entre los músicos, el guitarrista Dokun Oke y el percusionista  Najite Agindotan. Como invitados, los citados Loueke y Torimiro, además del trompetista Sean Jones, que pone un toque más cercano a Miles que a Chet en “My Funny Valentine”. Destaca el contrabajista Buster Williams en "Devil May Care", donde la voz de Douyé juega con los ritmos que le proponen percusión y bajo y reinventa así, de esta manera excitante, la seductora melodía de esta canción.

The Golden Sèkèrè (el sèkèrè es un instrumento) es el quinto álbum de Douyé, y una buena excusa para conocer su perculiar y bella manera de hacer jazz. En este caso, sobre standards a los que aporta su sello personal. Muy recomendable.




* Más info: douyemusic.com

ICONOCLASTA, PERO PEGADIZO

LAFAYETTE GILCHRIST, Undaunted (Morphius, 2023)

Ya habíamos disfrutado de la increíble inventiva de Lafayette Gilchrist en su inconmensurable disco a piano solo, una manera de perfecta de iniciarse en su filosofía de un músico prácticamente desconocido en España. De aquel Dark Matter de 2019 en solitario quedan muy buenos momentos en el recuerdo. Ahora  viene en formato de sexteto con el saxofonista tenor Brian Settles, el trombonista Christian Hizon, el bajista Herman Burney, el perscusionista Kevin Pinder y el baterista Eric Kennedy, para hacer un hardbop heterodoxo, muy libre y, como sugiere el título del álbum, sin miedo. 

El disco comienza con el tema que da título al disco ("Undaunted"), un tema bailable y pegadizo que se mueve sobre el hábil juego de Burney al contrabajo y que permite alternar juguetonas armonías en los vientos con la expresividad de Gilchrist al piano en su solo (por momentos suena barroco) pero, sobre todo, cuando acompaña a los vientos en el chorus.




"Ride It Out" es otra pegadiza melodía que se apoya en un ritmo roto y repetitivo para luego exponer muy buenos solos (primero Settles, luego Hizon y, finalmente, Gilchrist) a un tempo moderado que permite al oyente sentir todo el mensaje sin explosiones ni efectos especiales. "Into The Swirl" comienza con un vertiginoso ostinato que vuelve siempre al mismo lugar creando una energía creciente. Es un tema sugestivo e hipnótico del que solo se sale momentáneamente cuando la pareja Settles-Hizon aportan un poco de calma en medio de este tornado. "Southern Belle" es otro evocador tema que nos trae la percusión y las armonías de un baile sensual que sube de nivel cuando llega el solo de Gilchrist para luego descender a un estadio más intimo con el solo de contrabajo (Burney) antes de regresar de nuevo a la melodía principal. El disco termina con un homenaje al sonido go-go (originario de Washington D.C.) y a la escena deep house de Baltimore, como un tributo a ambas ciudades. Aquí en "Metropolitan Musings (Them Streeets Again)" la protagonista es la percusión (Kevin Pinder), con unos vientos que nos recuerdan los temas de series televisivas de los 70, mientras que Gilchrist presenta un solo brillante y evocador de resonancias latinas. 




A lo largo del álbum nos van llegando por momentos sonidos de R&B, de blues primitivo o incluso de stride, pero Undaunted es un disco donde las influencias y la tradición se diluyen en un sonido propio, muy personal, que nos recuerda que la genialidad, muchas veces, es encontrar una voz propia con la que expresarse.


UN NUEVO BOP

JAKOB DINESEN/ANDERS CHRISTENSEN/LAUST SONNE,
Moonlight Drive (April Records, 2023)

Amantes del riesgo conocemos muchos en el mundo del jazz, pero siempre hay alguien que viene a dar una vuelta de tuerca y a sorprendernos. El trío formado por Jakob Dinesen, saxofonista tenor, Anders Christensen al contrabajo y el baterista Laust Sonne aúna la filosofía del rock con la estética del jazz escandinavo en su disco Moonlight Drive. Tres músicos representativos de la escena jazzística danesa cuya filosofía musical mezcla conceptos del bebop con la sobriedad de la música de cámara, la contundencia del rock y la elegancia del jazz nórdico; todo ello en un trío sin piano: un potente trío de saxofón, bajo y batería. 

Ya desde el primer tema ("Ingrid") nos dejamos seducir por el groove del contrabajo (Christensen), algo insólito porque aquí el tempo es muy tranquilo en casi todos las composiciones. El largo discurso del bajo en su solo es otra nota distintiva, solo comparable con el derroche expresivo de Dinesen en el tenor. La serenidad de la batería (Sonne) consolida toda esta improbable mezcla como un pegamento perfecto. En el segundo tema encontramos esa reminiscencia que nos recuerda al bebop. "Blue Ace" entra en nuestros oídos como un contrafact fugaz (es el tema más breve del disco, apenas 3:34 minutos) de "Straight No Chaser" (Monk). Compuesto por el contrabajista, acelera dramáticamente el disco gracias a la sección rítmica y, sobre todo, al poder del contrabajo.

Foto: Eddie Michel

Pero el álbum se consolida como un espacio reflexivo e intimista donde se alternan ritmos y melodías heterodoxas, impuras, que mezclan lirismo con bop ("Aveny T"), seductoras melodías ("Slacker", compuesta por el baterista) o atonalidades ("Moonlight Drive", donde Sonne toca también el saxo alto) que conviven con ricas texturas armónicas. El resultado es un sonido original y nuevo que, sin embargo, suena a tantas cosas que cualquier aficionado se sentirá reflejado en sus temas. Con intensidad.

Para muestra, este "Aveny T", compuesto por Laust Sonne recordando su paso por el teatro del mismo nombre en Copenhague. Ojo al cambio de ritmo justo en la mitad del tema.



* Más info: www.jakobdinesen.com

BABEL

WORLD CITIZEN BAND, Antares (KDK Music, 2023)

Aparte del sentimiento, la fusión de estéticas, tradiciones e intenciones es la base esencial del jazz. Todo lo demás es teoría y papel. Esto queda patente de una manera muy estimulante para el oyente en el disco de World Citizen Band. El nombre de la banda es toda una declaración de intenciones, título que engloba a un quinteto formado por el saxofonista Uri Gurvich (israelí residente en Nueva York), el guitarrista Ramiro Olaciregui (argentino residente en Berlín), el pianista Marcos Merino (Madrid, España), el contrabajista Kenneth Dahl Knudsen (Aalborg, Dinamarca) y el baterista Rodolfo Zuniga (costarricense afincado en Los Angeles), músicos nómadas con orígenes muy diferentes y lenguajes (musicales) en apariencia opuestos. Sin embargo, oyendo su disco Antares, uno percibe que, al contrario que en el relato bíblico, se produce el milagro de que cada músico habla un idioma distinto y todos se entienden a la perfección. 

La World Citizen Band estará en España en octubre presentando su álbum en Valencia (día 5, Jimmy Glass), Madrid (día 6, Club Matador), Málaga (día 7, Clarence Club) y en Barcelona (día 10, Jamboree), para continuar su gira europea por Francia, Dinamarca, Lituania y Alemania, donde comenzó todo (según cuenta su página web), con una colaboración entre el guitarrista Ramiro Olaciregui y el bajista Kenneth Dahl Knudsen, que habían llegado a Berlín buscando nuevos horizontes musicales y que ya formaban parte de la escena jazzística local. La banda completa se formó con el objetivo primario de participar en el Festival de Jazz de Ecuador. 

Foto: Lucas Illanes

El disco está formado por un crisol de composiciones de los miembros del grupo, a las que cada uno de ellos aporta su visión personal en improvisaciones muy libres. Interplay y virtuosismo podrían ser dos buenas palabras para definir este segundo álbum de la banda. La sección rítmica dirige literalmente los temas, con un complejo trabajo de Zuniga a la batería y un continuo tour de force de Kenneth Dahl Knudsen al contrabajo. Como solistas, brillan Gurvich y Merino, destacando los elaborados discursos de Olaciregui. 

Músicos inquietos, exploradores, melodías originales, a veces alejadas del jazz estándar y otras con claras reminiscencias del jazz tradicional (se definen descendientes de McCoy Tyner, Melhdau, Jazz Messengers...) y armonías atrevidas discurren por el álbum escondiendo momentos y sorpresas, desde ritmos de samba ("Samba Pra Kuki"), referencias blues ("CM's Blues"), jazz rock ("Antares"), solos inspirados ("Verás Mijín")... El disco incluye de todo menos autocomplacencia. 





* Más info: worldcitizenbandmu.wixsite.com

TORMENTA DE IDEAS

MARCO MEZQUIDA, Tornado (2023) 

Que Marco Mezquida es una mente inquieta no es ningún secreto. Basta escuchar dos de sus grabaciones para ver que no se conforma con el siguiente paso en el camino: busca siempre ir más allá. En su nuevo disco, Tornado, juega con la energía de un trío que se completa con el bajista Masa Kamaguchi y el baterista Ramón Prats, músicos también con mucha personalidad y, al mismo tiempo, la versatilidad necesaria para adaptarse a las composiciones de Mezquida que, en este álbum, muestran un abanico de contrastes tan complejo como original.


A lo largo del repertorio del álbum, Mezquida va conformando una tormenta de ideas en la que parece no querer dejar nada atrás. Este apabullante despliegue de recursos surge como un big bang donde todo explota al mismo tiempo. La velocidad y la energía nos arrastran desde el comienzo del disco para luego ofrecernos composiciones más íntimas. Mezquida posee el virtuosismo necesario para que esta velocidad no mate a la intención. Tormenta y posterior calma. 

“Mi deseo con este disco y nuevo proyecto como líder es crear un viaje sonoro que nos evoque la fuerza natural de un tornado con un trío de jazz. Sentir como entramos en una tormenta musical, una tormenta estética, un viaje removedor, más intenso, pasional, visceral y libre. La idea de la borrasca, del acecho de un acontecimiento inquietante como es el posterior tornado/tifón, que es el punto culminante del disco, y eje principal de las composiciones, ya que casi todas las composiciones contienen su propio tornado interno, en mayor o menor grado, y pasado el tornado aparecen piezas más lúdicas y de vuelta a la calma, una calma que potencia la expresividad y la introspección” (Marco Mezquida)

Todo en Tornado suena visceral. Las melodías se disparan, las armonías se suceden de una manera insólita, mezclando blues con inspiraciones clásicas (eso que algunos llaman música culta), con momentos que nos llevan al Romanticismo, pasajes impresionistas y otros en los que la potencia del trío acobardaría a cualquier grupo de jazz rock... Es un disco de contrastes, como hemos dicho, de estéticas cambiantes, una montaña rusa donde se suceden baladas especulativas ("Adiós, abuela"), vertiginosas melodías que se rompen y reconstruyen ("Tornado"), percusiones latinas acompañando grooves rockeros ("Bon Ball Tenim"), ritmos de rock'n'roll llenos de improvisación ("Fellini"), delicadas melodías en las que la percusión parece inspirarse en la lenta cadencia de las marchas de semana santa ("Pasión") y pasajes exóticos que reflejan sus experiencias japonesas ("Otosan" o "Taifü (Japanese Typhoon)", tema que, curiosamente, está firmado por Prats).



Para quien no lo conozca aún, Marco Mezquida es el pianista español más activo y también el más demandado, con incursiones como acompañante en campos tan diversos como la música clásica, la canción, el free jazz... Menorquín nacido en 1987 y licenciado en la Escuela Superior de Música de Cataluña, como líder ha grabado más de 20 álbumes y 50 como sideman, y son innumerables sus conciertos por Europa, Asia y América. Esta hiperactividad le ha granjeado numerosos premios (Premio Alicia 2021; 5 premios Enderrock a mejor disco de jazz del año; premio BMW Welt Jazz Award en Munich en 2022; Premio Ciudad de Barcelona en 2019; Músico del Año por la Asociación de Músicos de Jazz y Moderna de Cataluña hasta cuatro veces; Premi Altaveu 2015, y elegido Menorquín del Año en 2018).

Tornado no es un disco para mentes sensibles o ancladas en lo estándar: no es un disco cómodo para el oyente sino un revulsivo que despierta su atención y su inteligencia, pero es una prueba más de que Marco Mezquida es el pianista con más personalidad del panorama jazzístico español. Y de que está a un nivel incomparable.



* Más info: marcomezquida.com

* Fotos: Mireia Miralles (www.mireiamiralles.es)