FEROZ

FREDDIE HUBBARD, On Fire (Resonance Records, 2025)

Feroz y poderoso, anclado en la tradición pero camaleónico, el trompetista de Indianápolis Freddie Hubbard supo adaptarse al hardbop y al postbop sin renunciar a sus raíces. Su estilo es hijo de Clifford Brown y sobrino de Lee Morgan, pero tiene esa personalidad propia que ha trascendido las décadas. Resonance Records acaba de publicar una de sus cuidadas ediciones con los archivos recuperados de su concierto en un club del Bronx, el Blue Morocco, regentado por Sylvia Robinson, cofundadora de Sugar Hill Records, en 1967, en su mejor momento, cuando grababa para Atlantic.

Tres LP's (o 2 CD`s) recogen la música grabada por el ingeniero Bernard Drayton en aquel momento y ahora remasterizada por Matthew Lutthans con los masters para vinilo de Bernie Grundman. Los músicos que acompañan a FH son el saxofonista Bennie Maupin, el pianista Kenny Barron, el bajista Herbie Lewis y el baterista Freddie Waits

El álbum está llenos de sonidos que nos retrotraen al paso de Freddie Hubbard por los Jazz Messengers o por los grupos de Sonny Rollins, y su trompeta destila un hardbop con un punto de rabia, muy negro, que recupera recursos del hot jazz, algo que nunca abandonó en su estilo. Por aquel entonces se proclamaba el mejor trompetista del mundo. Habrá opiniones para todos los gustos, como las hubo en aquel momento, pero su energía, patente en esta grabación intenta demostrarlo. 

Fotografía de Tom Copi
Los temas son gran intensidad, incluso los de tempo medio, y casi todos duran más de 15 minutos, por lo que en cada cara del triple LP hay uno o dos temas a lo sumo. Esto (para los que amamos los vinilos) redunda en la calidad del surco. Desde "Crisis", que abre el concierto, con una sección rítmica estimulante, Hubbard llena el espacio sonoro de rabia, de referencias musicales, de giros inesperados, volviéndose ácido en las notas de blues de la meditativa "Echoes of Blue" (Bob Cunningham), uno de los pocos temas no compuestos por él que aparecen en el disco, post-bop e hipnótico. Habría que destacar "Bye Bye Blackbird", una joya de 23 minutos que nos devuelve a la época dorada del bop, de los improvisadores y del jazz honesto. "Summertime", por otro lado, retoma el discurso dramático de Miles Davis pero da una vuelta de tuerca al tema y lo hace más duro, más salvaje, más bop. El disco termina con "Breaking Point", el tema más corto del álbum (7 minutos), el más diferente (con aires tropicales) y el más festivo, con una exhibición de virtuosismo de todos los miembros del quinteto. 

En resumen, Freddie Hubbard en lo más alto de su carrera, con fraseos seguros y limpios, y una fuerza arrolladora sin recurrir a fuegos artificiales ni a ritmos vertiginosos, demostrando una solidez que le acompañaría en los siguientes años hasta grabar su disco más celebrado, First Light (CTI, 1971) y antes de que problemas con los labios le obligaran a retirarse en los años 90. 



* Más info: resonancerecords.org