TRÍO DE FLAUTA Y HAMMOND

ISABELLE BODENSEH, Flowing Mind (GLM Records, 2023)

El trío de Hammond (órgano, guitarra y batería) tiene habitualmente como invitado al saxo tenor, pero este álbum enfrenta a dos instrumentos de tímbrica peculiar, el Hammond y la flauta. Y vale la pena escucharlo no solo por lo inusual sino por el resultado. La flautista Isabelle Bodenseh nos ofrece en Flowing Mind ese contraste moviéndose en todos los rangos del instrumento (también en la flauta baja) con soltura, expresividad y un swing fabuloso. El disco llega tras el obligado parón de la pandemia y después de más de 30 colaboraciones, dos discos de su grupo Jazz à la Flute y uno a dúo con el guitarrista Lorenzo Petrocca.

Isabelle Bodenseh, mitad francesa mitad alemana, se formó en la música clásica pero entendió pronto que ahí no encontraría la expresión que buscaba. Estudió jazz con James Newton en Los Angeles, buscando en la improvisación su propia voz. Luego fue a Cuba, de donde se ha traído ideas que aparecen en este álbum y que su flauta combina de manera muy inteligente con el trío de órgano formado por Lorenzo Petrocca a la guitarra, Thomas Bauser al órgano Hammond y Lars Binder a la batería . 

Foto: Renée van der Voorden
La guitarra, cuyo lenguaje contrasta tan bien con la cadencia del Hammond, toma la iniciativa en algunas ocasiones con mucha frescura y crea una simbiosis muy interesante con la tímbrica de la flauta, un diálogo que nos trae al recuerdo inevitablemente a aquella colaboración de George Benson con el músico de Return to Forever Joe Farrell (Benson & Farrell, CTI, 1976). Bodenseh, sin embargo, busca una vitalidad distinta en los temas, dejándoles fluir con fuerza. Los aires latinos de algunos temas ("Dog Rose", "ASAP") recuerdan mucho la virtuosa síncopa de Jorge Pardo cuando su flamenco se acerca a aires latinos. Bodenseh tiene, como el español, ese gusto especial por los discursos largos y bien armados. También es capaz de hacer esto mismo con delicadeza en temas más nostálgicos como "Mediterranean Bossa". Hay mommentos fabulosos e intensos como, por destacar alguno, el solo de Bodenseh en "Molecular Cooking" o todo el tema "Chilly Chally", donde sopla con una garra fabulosa, no exenta de funk, un elemento que está presente en casi todo el álbum.

La anécdota cuenta que Isabelle Bodenseh perdió la capacidad de soplar (y respirar) a causa del virus, pero que las ganas de volver a tocar le dieron las fuerzas necesarias para volver y la inspiración para el tema que da título al álbum, ""Flowind Mind".
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