Apenas una treintena de personas en el patio de butacas. Noche lluviosa. Gran Teatro de Huelva. La pianista Atsuko Shimada es una delicia para los oídos. Se expresa de una manera delicada y con un ritmo particular. Su juego es mensaje y pausa: ataca una serie de notas con una expresividad urgente y después espera. Parece buscar la siguiente frase. Y lo hace con una delicadeza fabulosa. Por momentos, abusa de las notas altas, como hacía Errol Garner, pero no en esta versión de "Second Impression" de Eric Alexander. El saxo alto del granadino Antonio González protagoniza un solo enorme. Los espectadores que están sentados en la fila de delante se miran cuando González estira y repite unas notas altas inesperadas. Es expresivo y versátil. Parece que gusta. Oye ese piano, qué fluidez. Es el momento del algecireño José Luis Gómez. Atsuko observa la intervención del batería moviendo la cabeza y esperando el momento de volver al chorus. Se ha quedado detrás en la descripción el contrabajista Rafa Sibajas, que tendrá varios solos durante el concierto, con un sonido muy particular y expresivo.
El concierto comenzó media hora antes con "Vera's Waltz", una delicada balada ternaria compuesta por Shimada donde ya se podía apreciar la mano derecha de la pianista, para después dar paso a una manifestación más rítmica del potencial del cuarteto con una versión de "Isotope" de Joe Henderson, consolidando así al saxo alto Antonio González como colíder del grupo. La versión de González es menos monkiana que el original y la de Shimada es más limpia, más calmada que la del McCoy Tyner que grabó este tema con Henderson en el 64. A partir de ahí, el concierto fluye a dos tiempos, con baladas de una belleza inquietante y temas bop de ritmo contenido, elegante. El cuarteto funciona con fluidez y se intuye que llevan tiempo tocando juntos, por lo que resulta extraño verles con partituras delante. Incluso los solos se suceden con naturalidad.
Hay también un par de temas en los que el cuarteto se queda en trío de piano. En esos momentos, la pianista se muestra más rítmica, más salvaje, el ritmo fluye más acelerado sin la lírica del saxo y el bebop recorre las ochenta y ocho teclas de una manera frenética, con repeticiones y sorpresas pero, como he dicho, de una manera frenética.
A la pianista japonesa afincada en Cádiz Atsuko Shimada la disfruté por primera vez en 2016 como acompañante en la formación del vibrafonista Javier Navas. Ya entonces me sorprendió su estilo brillante y su manera peculiar de atacar las frases. Tiene un toque bop que va más allá de Wynton Kelly, y algo de Herbie Hancock en las baladas, por intentar compararla con algunos de mis preferidos. Lo sugieren su versión de "My Ideal" o los arreglos que presenta para "Girl's Day". Tanto en la lírica de sus composiciones originales como en su manera de tocar, con esa poética suya que juega con el ritmo y las pausas, Atsuko Shimada se muestra como una jazzista original y recomendable, aspectos que debería plasmar en un disco ya.
Este concierto estuvo organizado por: