Todo líder (y todo oyente) sueña siempre con la banda perfecta. El londinense Alex Hitchcock, una de las voces del saxo más celebradas del Reino Unido, aúna su virtuosismo con una larga serie de nombres para construir una banda de ensueño en su quinto álbum como líder, Dream Band, publicado por Fresh Sound New Talent. Con músicos con los que había trabajado y otros con los que soñaba trabajar, Hitchcock hizo música para los músicos. En el libreto del disco afirma que quería "capturar esa variedad en un álbum en lugar de solo grabar una banda. En el momento en el que la gente no podía tocar o crear, yo proponía ir a otro lado, adoptando un enfoque maximalista para hacer algo ambicioso y de amplio alcance."
Foto: Dave Stapleton |
La fugacidad del momento en el jazz, un solo irrepetible o una banda irrepetible, conceptos que todo aficionado aprecia y que a muchos hace opinar que grabar (en el jazz) no tiene sentido (otros opinan que perpetúan momentos únicos). Sobre estos conceptos, Hitchcock se plantea estos conceptos al montar una banda digna de ser inmortalizada en estudio, 14 músicos que se le unen según el tema: el saxofonista Chris Cheek, el trompetista David Adewumi, los pianistas Deschanel Gordon (Mejor Músico Joven de Jazz según la BBC), Will Barry y Noah Stoneman, los bajistas Ferg Ireland, Joe Downard y Will Sach, los percusionistas Jas Kayser, Jason Brown, Luisito Quintero y Shane Forbes, y como vocalistas, Cherise Adams-Burnett (Vocalista del Año según Jazz FM) y Midori Jaeger (también al chelo); una superbanda que es una lista del Quién Es Quién en la escena londinense actual y con la que puede utilizar en cada tema el lenguaje que desea. Un ejemplo de lo vivo que está el arte (en este caso el jazz) y de por qué siempre es un trabajo en equipo.
En parte, fue una especie de 'comisariado': quería unir estas combinaciones de músicos y permitirles hacer suya la música: cada músico tomó decisiones creativas durante los tres días de grabación que cambiaron el rumbo de como la melodía había sido originalmente concebida.
Con todo esto, es un buen disco para conocer a Alex Hitchcock también como intérprete. Sus solos están cargados de ideas, florituras con sentido y versatilidad. Su elocuencia seduce y sus progresiones armónicas son como cantos de sirena que arrastran al oyente hacia donde nos quiere llevar, a través de un camino que suena complejo en la construcción melódica pero que siempre llega a un final lógico. Vale la pena escucharle y escuchar cómo es capaz de crear simbiosis profundas con los otros solistas, ya sean los brillantes y jóvenes pianistas que le acompañan, como en el caso de los temas vocales.
Disfruten de Alex Hitchcock en formato cuarteto en este "Simulacra"m donde compite con Noah Stoneman al piano en una carrera por momentos vertiginosa, sobre la tensión de un colchón rítmico formado por Ferg Ireland al bajo y Jason Brown a la batería.
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* Web: www.alexhitchcock.co.uk