IN THE MOOD

Bailad, bailad swing, malditos

Cuando uno piensa en swing piensa en Glenn Miller. Hay muchos nombres (Charlie Barnet, Benny Goodman, Duke Ellington...) pero unos y otros evolucionaron y Miller, por culpa de su muerte prematura durante la II Guerra Mundial, quedó para siempre anclado en el recuerdo en la Era del Swing, no en vano paseó su orquesta por toda la Costa Este y protagonizó sonadas emisiones radiofónicas que llegan a todos los Estados Unidos. Éxitos de Miller fueron "Tuxedo Junction", "Moonlight Serenade" y "Pensilvania 6-5000", pero el mayor de ellos fue "In the Mood", tema con el que estuvo en el número 1 durante 15 semanas consecutivas, convirtiéndose en el tema que mejor ilustra el estilo swing.

Cuando hablo de swing siempre me viene a la memoria esa escena de la película Rebeldes del Swing (Swing Kids, de Thomas Carter, 1993) en la que uno de los personajes (fan e imitador de Django Reinhardt) discute con sus amigos sobre si el swing es o no es jazz. Las diferencias, así como la discusión, darían para largo, pero en líneas generales es simple. 

El swing nació como una comercialización del estilo New York, aprovechando que la música de baile se había puesto de moda. La mayoría de estos músicos y compositores provenían de Nueva Orleáns emigrados una década antes a NY cuando se cerró el barrio "rojo" de Storyville. 

Aparte de las innovaciones rítmicas y melódicas respecto al hot jazz (se simplifican los polirritmos para crear un ritmo que pueda ser seguido por toda una orquesta, se incide en la polifonía entre instrumentos, se toman prestadas melodía del music hall...) los pequeños combos se convierten en grandes orquestas en las que los instrumentos se duplican o triplican, lo que subraya la presencia de un solista instrumental y otro (en ocasiones dos) vocales. En el swing, a diferencia del hot jazz que le precedió y con las revoluciones que le sucedieron, es un estilo "cerrado" y adscrito a la partitura, que no permite la improvisación, ya que permitir improvisar a veinte o treinta músicos sobre un escenario podría ser catastrófico, especialmente si de lo que se trataba era de montar rítmicos y, a veces, vertiginosos temas de baile con público presente... Sólo un solista instrumental (generalmente un saxo o un clarinetista) tenían el privilegio de poder improvisar durante unos compases determinados.

Esta rigidez ligada a la partitura es lo que incita a muchos puristas y aficionados al bebop y otros experimentos posteriores a renegar del swing como estilo de jazz propiamente dicho. Lo cierto es que el jazz ha evolucionado tanto en tan pocas décadas que ¿quién puede asegurar que esto de la improvisación no se convierte en un tabú en los estilos que han de venir?

Lo cierto es que "In the Mood", el tema emblemático del swing, el que dio más dinero a Miller y uno de los temas de jazz (sí, ya sabemos) más presente en el oído popular, no fue compuesto por Miller. La primera grabación fue realizada por Edgar Hayes and his Orchestra en 1938. Uno de los saxofonistas de esta orquesta, Joe Garland, registró el tema a su nombre y se lo vendió a Artie Shaw antes que a Miller, pero Shaw no la llegó a grabar. Aunque aparecen como autores Joe Garland y Andy Razaf (en algunos discos aparece solo Garland), se ha escrito que éstos se limitaron a arreglar una melodía anterior de Wingy Manone ("Tar Paper Stomp") que no había conseguido hacerse popular y que fue utilizada por otros músicos de la época como Fletcher Henderson en sus orquestas. Las leyes sobre derechos de autor de la época permitían este tipo de cosas: si una melodía no estaba escrita y registrada, podía ser utilizada por otro músico para sus propias composiciones. Tras triunfar Glenn Miller con "In the Mood", se cuenta que Manone recibió un trato económico para renunciar a los derechos.

Dejo aquí el video. Disculpad la publicidad pero el documento vale la pena:


* Fotografía de William P. Gottlieb: Wingy Manone en el despacho de Gottlieb (1946 o 1948).

** Más sobre "Tar Paper Stomp" en este enlace.