MAURI SANCHIS TRIO

Crónicas del Festival Jazzolontia
Finalmente, conseguí ver en directo a Mauri Sanchis, después de que se me escapara en alguna ocasión y de que algunos asuntillos me impidieran ir a verlo al teatro de Cartaya al año siguiente.

Ocurrió en una cálida noche de septiembre, dentro del Jazzolontia, el festival de jazz de Gibraleón, que, todo hay que decirlo, mejora a marchas forzadas. Se nota que este colectivo cultural se mueve: el cartel era variado y de calidad, las entradas gratuitas y las actividades paralelas, aunque escasas, muy interesantes. Sin ir más lejos, antes de Mauri Sanchis se proyectó el documental Let’s get lost, de Bruce Webber, del que algún día tendré que escribir algo, superando la pesadumbre que me contagia siempre su visionado.

 

Mauri se subió al escenario detrás de un Hammond XK3 que era una maravilla, un aparato pequeño (supongo que fácil de transportar) con el sonido clásico y el look retro del B3, en madera torneada, una delicia de ver y escuchar. Le acompañaban el guitarrista Razl, muy entregado, aunque algunas veces usaba (y abusaba, en mi opinión) de pedales que desentonaban con el conjunto, y el baterista Blas Fernández, capaz de pasar del swing a la delicadeza de la balada y de ahí a la potencia del jazz-rock sin esfuerzo. Anunciaron un disco en formato de trío que, al parecer, está casi terminado.

Todo el setlist era original de Mauri Sanchis, salvo el final, una versión rabiosa y potente del "Baby knows" de Prince. Todos los temas fueron instrumentales, groove sin palabras, con mucho toque funky y mucha inspiración, ya sabéis, esos temas que uno reconoce del disco, que sabe cómo comienzan pero que en directo nunca imagina cómo van a acabar. Bueno, donde hay músicos con mucho que dar... Mauri toca como un negro y se juega las manos en todo momento. Sabe cómo sorprender sin histrionismos y cómo hacer que los temas crezcan y crezcan, y consigue que se desarrollen hacia arriba de una forma lógica, abrumadora.

Especialmente intenso fue comprobar cómo algunos temas del primer disco, Less is more (2003), que eran tempos medios, muy lounge, evolucionaban en directo convirtiéndose en potentes, intensas descargas de jazz-rock, ese tipo de explosiones que se dan en el soul y que nadie como el órgano Hammond es capaz de materializar.

Muestras de Mauri Sanchis en vivo en su página oficial: