¿World jazz? ¿Fusión folk? ¿Klezmer? ¿Música de cine? Cuando comienza a sonar el disco de Bruna Sonora, comienza a sonar todo esto y más. Tarareando es uno de los discos más originales e interesantes que nos han llegado en mucho tiempo, un álbum transgresor, pero no en lo atonal ni en lo ruidoso sino en la mezcla, ese ingrediente esencial del que nació el jazz y del que se ha alimentado a lo largo de más de un siglo.
El título del álbum hace un juego de palabras con el tema "La Tarara", casi un leitmotiv en el álbum. Además, temas que pertenecen a la tradición y que sobreviven en la memoria al paso del tiempo: "El Vito", "El burro de la tía Vinagre"...
No todas las fusiones que nos llegan de jazz made in Spain iban a ser flamencas. Las composiciones (todas de Javier Bruna) se mueven por muchas influencias, desde esencias turcas o bereberes (percusiones como udu o bendir, o la voz de Karim Kerchit) hasta los instrumentos más olvidados del folklore español (mortero con dedales). Confieso que muchas influencias se me escapan porque se mueven en terreno desconocido para mí, pero es indudable que el resultado es creativo y apabullantemente extenso en detalles, tan erudito y debe haber tanta investigación detrás que el lector podrá pensar que es aburrido pero, en realidad, es más entretenido y excitante en cada compás.
Javier Bruna (saxo tenor) y Víctor Bruna (flauta travesera) |
Hay un gran protagonismo de los solistas pero lo más llamativo es la composición, un gran trabajo de arreglos e instrumentación, con temas construidos como si de música clásica se tratara, en la estructura, pero con un tratamiento de las armonías y de la libertad que es la esencia del jazz. En algunos temas, la orquestación recuerda a Ellington, pero el conjunto es más Gershwin... con la diferencia de que el viejo George introdujo el blues y el jazz en la música clásica y Bruna utiliza el jazz y sus principios para revivir unos temas tradicionales (folk, si se prefiere) de distintas culturas, eternos, convirtiéndolos en piezas vivas, jazzísticas, una especie de rapsodia entre la Tercera Vía y el jazz étnico, con temas cambiantes donde cada minuto es un punto extra. Por poner un ejemplo, "Danza Sonora" comienza con un piano muy lírico, jazz moderno, impresionista, que crece como una banda sonora cinematográfica (no olvidemos el otro proyecto de Bruna, Cinesaxcope) para evolucionar al cabo de 3 minutos como una bossa cantada, con unos deliciosos arreglos de viento que nos recuerdan los primeros pasos de Stan Getz introduciendo la música brasileña entre los puristas del jazz...
Este tipo de estructuras cambiantes y llenas de sorpresas están en todo el disco, todo un derroche de creatividad al que hay que sumar un segundo CD en el pack con 9 temas. El disco, titulado Miniaturas, sublima de una manera delicada e íntima el concepto del otro CD, mostrando en temas muy breves la misma filosofía musical pero en pequeño formato (dúos, tríos, cuartetos, cappella...).
En resumen, un disco altamente recomendable para cualquier amante de la música y, en especial, de las fusiones, un álbum que podría muy bien definirse con la frase eterna de James Bond, "shaken, not stirred".
La banda:
Javier Bruna, saxo tenor y composición
Víctor Bruna, flauta travesera
Carlos Blázquez, clarinete
Estrella Serrano, saxo alto
Jorge Rois, saxo barítono
Antonio Garcia, trompeta y fliscorno
Luis Zenner, trombón y bombardino
Bea Montero, piano y voz
Karim Kerchit, mandol, bendir y voz
Gerardo Ramos, contrabajo
Matías López, percusión
Cochán Martínez, batería
Vera Garrido, marimba y lira en "Zorongo Gitano" y "El Burro"
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* Página oficial: brunasonora.com