William P. Gottlieb, conocido como Mr. Jazz, se aficionó a la música cuando una pieza de carne en mal estado le provocó una triquinosis y le obligó a una tediosa convalecencia que mitigó con discos y revistas de jazz. A pesar de este desagradable comienzo, su relación con la música del siglo XX es una de las más productivas y celebradas en el mundo de la fotografía.
William P. Gottlieb no iba para fotógrafo. Entró a trabajar en el Washington Post por recomendación, sin aportar méritos, y acabó en la sección de Publicidad. Para ganar un poco más de dinero, sugirió al director la posibilidad de hacer una sección de jazz con fotografías. Tuvo que comprar su propia cámara, una Speed Graphic como la que usaban todos los periodistas de la época. Su camino hacia el jazz parece trazado a base de casualidades. De querer escribir pasó a hacer fotografías y, sin embargo, de alguna manera, a su manera, instauró el estándar de lo que hoy llamaríamos "una típica fotografía de jazz".
William P. Gottliebno era un perfeccionista. Al tener que pagarse las películas y las lámparas de flash de magnesio, que eran de un solo uso, ponía todo el cuidado del mundo en retratar el momento adecuado. Conocía a los músicos, sus tics y su forma de actuar, por lo que sólo tenía que poner un poco de paciencia para encontrar ese momento idóneo para hacer una fotografía, dos a lo sumo por noche. De este don para no desperdiciar negativos nacieron esas fotos ideales (pocas, pero ideales) que lo han hecho esencial.
William P. Gottlieb llegó a tener su propia columna de jazz, su propio programa de radio, y era conocido como organizador de concursos de baile (de swing, por supuesto) y de jam sessions a las que acudían los mejores músicos, ya que le tocó vivir la mejor época del jazz, la de los 40 y 50. Sin embargo, de la noche a la mañana lo dejó. Pasó de ser el referente en el mundo del jazz en blanco y negro a dedicarse a las películas educativas. Continuó con la fotografía, pero jamás volvió al jazz. Aún hoy no se conoce el motivo. Por fortuna, en 1995 la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos adquirió 1.600 negativos y diapositivas de Gottlieb, así como fotos enmarcadas y tiras de contacto con la ayuda del Fondo Ira & Leonore S. Gershwin. Aparecen en la web de la Biblioteca para la Memoria Americana, y desde este verano en Flickr. No se me ocurre mejor forma de recordarlo y de inspirar a los fotógrafos que queden por venir.
Todo alrededor de Gottlieb resulta paradójico y, sin embargo, no deja de ser perfecto, como si todo hubiera consistido en llegar por casualidad, hacer una sola foto y comprobar que era una obra maestra.
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Fotografías:
* Foto superior: Gottlieb con su Speed Graphic, julio 1997 (foto de Jim Higgins)
** La mejor foto de Billie Holiday la hizo Gottlieb en el Downbeat de Nueva York en febrero de 1947.
*** Django Reinhardt en el club Aquarium de Nueva York, noviembre de 1946
**** Espectacular instantánea de Sidney Bechet. Detrás están Freddie Moore, Lloyd Phillips, y Bob Wilber. Tomada en el Jimmy Ryan's Club, Nueva York, junio de 1947.
William P. Gottlieb no iba para fotógrafo. Entró a trabajar en el Washington Post por recomendación, sin aportar méritos, y acabó en la sección de Publicidad. Para ganar un poco más de dinero, sugirió al director la posibilidad de hacer una sección de jazz con fotografías. Tuvo que comprar su propia cámara, una Speed Graphic como la que usaban todos los periodistas de la época. Su camino hacia el jazz parece trazado a base de casualidades. De querer escribir pasó a hacer fotografías y, sin embargo, de alguna manera, a su manera, instauró el estándar de lo que hoy llamaríamos "una típica fotografía de jazz".
William P. Gottliebno era un perfeccionista. Al tener que pagarse las películas y las lámparas de flash de magnesio, que eran de un solo uso, ponía todo el cuidado del mundo en retratar el momento adecuado. Conocía a los músicos, sus tics y su forma de actuar, por lo que sólo tenía que poner un poco de paciencia para encontrar ese momento idóneo para hacer una fotografía, dos a lo sumo por noche. De este don para no desperdiciar negativos nacieron esas fotos ideales (pocas, pero ideales) que lo han hecho esencial.
William P. Gottlieb llegó a tener su propia columna de jazz, su propio programa de radio, y era conocido como organizador de concursos de baile (de swing, por supuesto) y de jam sessions a las que acudían los mejores músicos, ya que le tocó vivir la mejor época del jazz, la de los 40 y 50. Sin embargo, de la noche a la mañana lo dejó. Pasó de ser el referente en el mundo del jazz en blanco y negro a dedicarse a las películas educativas. Continuó con la fotografía, pero jamás volvió al jazz. Aún hoy no se conoce el motivo. Por fortuna, en 1995 la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos adquirió 1.600 negativos y diapositivas de Gottlieb, así como fotos enmarcadas y tiras de contacto con la ayuda del Fondo Ira & Leonore S. Gershwin. Aparecen en la web de la Biblioteca para la Memoria Americana, y desde este verano en Flickr. No se me ocurre mejor forma de recordarlo y de inspirar a los fotógrafos que queden por venir.
Todo alrededor de Gottlieb resulta paradójico y, sin embargo, no deja de ser perfecto, como si todo hubiera consistido en llegar por casualidad, hacer una sola foto y comprobar que era una obra maestra.
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Fotografías:
* Foto superior: Gottlieb con su Speed Graphic, julio 1997 (foto de Jim Higgins)
** La mejor foto de Billie Holiday la hizo Gottlieb en el Downbeat de Nueva York en febrero de 1947.
*** Django Reinhardt en el club Aquarium de Nueva York, noviembre de 1946
**** Espectacular instantánea de Sidney Bechet. Detrás están Freddie Moore, Lloyd Phillips, y Bob Wilber. Tomada en el Jimmy Ryan's Club, Nueva York, junio de 1947.