Christian McBride con big band
Christian McBride es uno de los bajistas más brillantes y demandados del panorama jazzístico actual. También es un espíritu inquieto. Nunca presenta dos trabajos seguidos en la misma línea. Si en el pasado alternó el jazz eléctrico (Vertical Vision, 2003) con maravillosos trabajos acústicos (Kind of Brown, 2009) también es capaz de arriesgarse grabando un álbum (Conversations with Christian,
que ahora se reedita), donde se atreve con formatos tan arriesgados como el dúo (piano/bajo,
guitarra/bajo, violín/bajo) con invitados de lujo, en sus palabras, "trece de sus acompañantes y amigos musicales más cercanos": los pianistas Hank Jones, George Duke, Eddie Palmieri y Chick Corea; los cantantes Sting, Angélique
Kidjo y Dee Dee Bridgewater; la violinista Regina Carter; el trompetista Roy
Hargrove; el guitarrista Russell Malone; el tenor Ron Blake; y la actriz Gina Gershon, que coprotagoniza con McBride un divertido tema. Queda un disco dispar pero digno, en el que se pueden escuchar valientes versiones casi desnudas de blues, bebop, latin jazz, free, música africana..., buenos ejemplos de aquello que llamábamos jazz conversacional y que supera el adjetivo de anecdótico para alcanzar el de experimental. Un buen trabajo, aunque no soporte demasiadas escuchas.
Pero nos vamos a centrar en su grabación más reciente, en la que recupera standards y arregla composiciones propias para 18 músicos. Se trata de The Good Feeling (Mack Avenue, 2011), un reto para un bajista, el de liderar una big band de 17 músicos y una vocalista, y todo un reto para un músico de hoy en un panorama donde sólo unos pocos pueden salir del combo-para-club-pequeño y montar una gran banda para la que, valoremos el mérito, hay que hacer arreglos musicales para un buen número de instrumentos.
También es un sueño largamente acariciado en el que McBride llevaba años trabajando. Lo acompañan su compañero de Straight Ahead, Steve Wilson (saxo alto, flauta), el sólido multisaxofonista Ron Blake, el trompetista Nicholas Payton, cambiante pero siempre satisfactorio, y una vocalista que no conocía y que me recuerda a Sarah Vaughn, Melissa Walker. McBride tiene un don para elegir acompañantes. El álbum demuestra que composiciones clásicas y modernas pueden adaptarse de igual manera al esquema de una orquesta de jazz. Pero lo mejor del disco es su sonido, fresco y complejo como toda la música de big band, con sus estructuras para encajar a todos los músicos y sus huecos para la improvisación y los solos. Si me dicen que el álbum está grabado en directo lo creo. Así suena.
En cuanto a los temas, hay seis composiciones de CMB, aunque algunas ya aparecían en discos anteriores, y cinco standards. El disco abre con "Shake 'n Blake", escrito para lucimiento de Ron Blake, que tiene aquí un solo electrizante. En "Broadway" y "I Should Care" el ambiente es el de otra época, el de las grandes orquestas, amables y simples, sin vanguardias, una delicia. Hay temas como "Brother Mister" que deben su fluidez a haber sufrido menos metamorfosis desde su concepción hasta los arreglos de este disco que, por ejemplo, la expresiva "Science Fiction". El final es un intento de apoteosis llamado "In A Hurry", que justifica el título con un ritmo in crescendo y que puede ser el mejor ejemplo para describir este disco. Aquí metales y maderas encuentran un vehículo perfecto para su lucimiento.
Después, sólo quedan ganas de pinchar el disco de nuevo.
En estos videos se puede navegar por esta aventura. En el primero, después de una presentación de un minuto, se puede oír a la big band tocar durante dos en el Festival de Jazz de Detroit (no tiene mucha calidad de sonido pero se oye el trabajo) seguido de una larga entrevista. El segundo es un pequeño making of.
La big band: Christian McBride: bajo; Steve Wilson: saxo alto, flauta; Todd Bashore: saxo alto, flauta; Ron Blake: saxos tenor, soprano, flauta; Todd Williams: saxo tenor, flauta; Loren Schoenberg: saxo tenor; Carl Maraghi: saxo barítono, clarinete bajo; Frank Greene: trompeta; Freddie Hendrix: trompeta; Nicholas Payton: trompeta; Nabate Isles: trompeta; Steve Davis: trombón; Michael Dease: trombón; James Burton: trombón; Douglas Purviance: trombón bajo; Xavier Davis: piano; Ulysses Owens, Jr.: batería; Melissa Walker: voz.
Pero nos vamos a centrar en su grabación más reciente, en la que recupera standards y arregla composiciones propias para 18 músicos. Se trata de The Good Feeling (Mack Avenue, 2011), un reto para un bajista, el de liderar una big band de 17 músicos y una vocalista, y todo un reto para un músico de hoy en un panorama donde sólo unos pocos pueden salir del combo-para-club-pequeño y montar una gran banda para la que, valoremos el mérito, hay que hacer arreglos musicales para un buen número de instrumentos.
También es un sueño largamente acariciado en el que McBride llevaba años trabajando. Lo acompañan su compañero de Straight Ahead, Steve Wilson (saxo alto, flauta), el sólido multisaxofonista Ron Blake, el trompetista Nicholas Payton, cambiante pero siempre satisfactorio, y una vocalista que no conocía y que me recuerda a Sarah Vaughn, Melissa Walker. McBride tiene un don para elegir acompañantes. El álbum demuestra que composiciones clásicas y modernas pueden adaptarse de igual manera al esquema de una orquesta de jazz. Pero lo mejor del disco es su sonido, fresco y complejo como toda la música de big band, con sus estructuras para encajar a todos los músicos y sus huecos para la improvisación y los solos. Si me dicen que el álbum está grabado en directo lo creo. Así suena.
En cuanto a los temas, hay seis composiciones de CMB, aunque algunas ya aparecían en discos anteriores, y cinco standards. El disco abre con "Shake 'n Blake", escrito para lucimiento de Ron Blake, que tiene aquí un solo electrizante. En "Broadway" y "I Should Care" el ambiente es el de otra época, el de las grandes orquestas, amables y simples, sin vanguardias, una delicia. Hay temas como "Brother Mister" que deben su fluidez a haber sufrido menos metamorfosis desde su concepción hasta los arreglos de este disco que, por ejemplo, la expresiva "Science Fiction". El final es un intento de apoteosis llamado "In A Hurry", que justifica el título con un ritmo in crescendo y que puede ser el mejor ejemplo para describir este disco. Aquí metales y maderas encuentran un vehículo perfecto para su lucimiento.
Después, sólo quedan ganas de pinchar el disco de nuevo.
En estos videos se puede navegar por esta aventura. En el primero, después de una presentación de un minuto, se puede oír a la big band tocar durante dos en el Festival de Jazz de Detroit (no tiene mucha calidad de sonido pero se oye el trabajo) seguido de una larga entrevista. El segundo es un pequeño making of.
La big band: Christian McBride: bajo; Steve Wilson: saxo alto, flauta; Todd Bashore: saxo alto, flauta; Ron Blake: saxos tenor, soprano, flauta; Todd Williams: saxo tenor, flauta; Loren Schoenberg: saxo tenor; Carl Maraghi: saxo barítono, clarinete bajo; Frank Greene: trompeta; Freddie Hendrix: trompeta; Nicholas Payton: trompeta; Nabate Isles: trompeta; Steve Davis: trombón; Michael Dease: trombón; James Burton: trombón; Douglas Purviance: trombón bajo; Xavier Davis: piano; Ulysses Owens, Jr.: batería; Melissa Walker: voz.