Resonancia, Música de Frederic Mompou (Microscopi, 2023)
El argentino Julián Solarz es pianista, percusionista, compositor y arreglista. Alumno de, entre otros, de Guillermo Klein, ha dedicado buena parte de su carrera a la investigación, en especial en las conexiones del jazz contemporáneo con el folkore, ya sea argentino o afroamericano, así como su influencia en la música académica del siglo XX. En este apartado, llega a Federico Mompou, que es, tras Erik Satie, el compositor "culto" más versionado (y de una manera más interesante) por los músicos de jazz. Lo curioso es que Satie era la principal influencia de Mompou, cuyas piezas, habitualmente breves e íntimas, beben del minimalismo impresionista del francés.
Julián Solarz (Buenos Aires, 1977) retoma algunas piezas de Mompou buscando su conexión con el jazz (en las composiciones de Mompou hay mucho de improvisación) y encontrando la manera de orquestarlas para un sexteto de jazz. Julián Solarz ha sido compositor y arreglista de la Orquesta Sudamericana, ha participado en numerosas formaciones y ha publicado dos álbumes anteriores: "Tiempo vaivén", a dúo de piano y voz con la cantante Analía Sambuco, y "La palabra no dicha", a sexteto, donde presentaba composiciones originales y un primer acercamiento a Mompou, con el arreglo de una pieza ("Música callada, nº 6").
En Resonancia, el piano cede el protagonismo a otros instrumentos, lo que resulta paradójico en un disco de un pianista que versiona a otro pianista. Solarz ejerce casi todo el tiempo como compositor y sabe jugar con las tímbricas del grupo para aportar una dimensión más amplia a estas piezas. Se puede escuchar desde el tema inicial ("Música callada nª 1"), que comienza con clarinete y percusión (Solarz también es percusionista y da mucho protagonista a la batería de Carlo Brandán en este disco) hasta temas donde los vientos (también Lucas Goicoechea en el saxo alto) armonizan sin abandonar las atmósferas minimalistas. La guitarra (Juan Filipelli) también tiene su propio discurso en la lírica "Música callada nª 9". Solo en algunos momentos Solarz "reclama" el protagonismo del piano (como en las músicas calladas 9 y 11, por ejemplo), pero es solo una excusa para llevar al grupo al punto adecuado.
A pesar de la metamorfosis a sexteto, de la adaptación al lenguaje del jazz con toques de tango y música afroamericana, Julián Solarz consigue reproducir la intención intimista y meditativa de Mompou en estos temas, consiguiendo un jazz de gran belleza y de interés musicológico. Un disco contemporáneo, inteligente y recomendable.