UNA NUEVA MIRADA

OLATZ GARCÍA-ERGÜÍIN SEXTET, 
The Standards of my Childhood (Errabal Jazz, 2023)

Resulta un subidón cuando reconoces el tema que empiezan a tocar y es uno de tus favoritos. El disco de Olatz García-Ergüín Sextet entra directamente con un temazo como "It Ain't Necessarily So" de George Gerswhin, y lo hace con un tempo medio, casi dulce, arrastrado por la guitarra, que lleva la melodía sincopada pero fluida... y entonces entra la voz de Olatz García-Ergüín. Créanme que vale la pena. El guitarrista es Miguel Salvador, que también ha hecho los arreglos. El resto del sexteto está formado por Fabián Akarregi (contrabajo), Gorka Iraundegi (batería), Nohemí Ladrón de Guevara (primer violín) y Leire Angulo (segundo violín).

Antes o después, a lo largo de la vida de un músico surge la necesidad de volver a los orígenes, reivindicar esa pasión primigenia sobre la que se construyó la necesidad de crear, cuenta la nota de prensa. 

La vizcaína Olatz García-Ergüín ha construido el álbum a través de sus recuerdos de niñez, standards que dieron forma a su amor por el jazz. De formación lírica, Olatz lleva tiempo moviéndose por festivales con distintas formaciones (Bizkay Bay Jazz Collective, Ados Jazz Band) para desembocar en este disco de debut con una formación ideada junto al guitarrista Miguel Salvador. Ambos llevan la voz cantante de este sexteto que está lleno de matices y contrastes. El más evidente, la presencia de dos violines, algo inusual pero que da resultado: el contrapunto entre las cuerdas frotadas y la guitarra en "Body and Soul", por ejemplo, es, simplemente, delicioso. Una prueba más de que se puede innovar sin hacer ruido

Entre los temas más destacables, "Nature Boy" se mece en la voz de Olatz sobre una sección rítmica de sutil inspiración latina. "On The Sunny Side of Street" tiene también unos arreglos de viento que refuerzan el optimismo de la canción, felicidad que también se nota en la interpretación y en todas las versiones del disco, ya que, como cuenta el título, parecen formar parte de una memoria feliz. En todos los temas, una presencia muy orgánica del grupo, con protagonismo de la guitarra y Olatz llevando los temas hacia el punto emocional que busca. Bien afinada, es una de esas cantantes que muestran una naturalidad ajena a artificios y capaz de transmitir los sentimientos de las canciones. 

El disco fue grabado en los estudios Tío Pepe de Urduliz (Vizcaya) en riguroso directo. Aunque a algunos les pueda chirriar la presencia de violines en algunos temas, recordemos que Charlie Parker también lo hizo. Para mí, personalmente, el contraste entre la expresiva fluidez de los violines y la síncopa de la sección rítmica es uno de los elementos más excitantes del jazz (y de este álbum). La voz y la perspectiva de Olatz García-Ergüín nos dejan con este disco de debut una nueva, contemporánea y recomendable mirada a unos clásicos imprescindibles.