MARÍA ESTEBAN, Happy Days Are Here Again
(The Changes, 2023)
Este es el tercer álbum de la cantante malagueña María Esteban, una colección de temas llenos de swing y energía para revitalizar ese amor por el jazz tradicional y optimista. La misma cantante explica: “la idea es mandar un mensaje positivo y de reflexionar sobre que, a pesar de los momentos malos que uno pueda vivir, siempre hay una razón para sonreír y agradecer a la vida las cosas que uno tiene” (o, como titulaba Enric Peidro uno de sus discos, la felicidad es una cosa llamada... jazz). No son temas bailables, a pesar de lo que pueda sugerir la palabra optimista, pero sí muy disfrutables. Inspirados en la tradición de grandes cantantes de la Historia del Jazz, la voz de María, que aporta giros y colores nuevos a lo que creíamos haber escuchado ya mil veces.
La formación también es muy original, porque solo se acompaña de guitarra (Rai Paz) y contrabajo (David Muñoz). En uno de los temas colabora también Edu Cabello (flauta). Todo un desafío porque los temas suenan más desnudos, más directos, sin piano ni instrumentos de viento, obligando a la voz a darlo todo. La canción que da título al disco (y que inspira la filosofía del repertorio) es "Happy Days Are Here Again", un tema de Milton Ager y Jack Yellen que versionó Annette Hanshaw en 1930 y que Barbra Streisand convirtió en balada en 1962, ralentizando el tempo y consiguiendo así remarcar los sentimientos de la letra, algo que María Esteban refleja con temperamento.
María Esteban debió nacer con el amor a la música en las venas, cantando desde muy joven y formándose más tarde en teatro musical, jazz y música moderna. Terminó Canto de Jazz en el Conservatorio del Liceo de Barcelona premiada con una beca. Se ha subido a los escenarios con nombres de la talla de Deborah Carter, Ernesto Aurigac, Carme Canela, Celeste Alías, David Mengual... En 2021 grabó su primer álbum (Voces Veladas. Vol I) como homenaje a mujeres letristas e intérpretes del siglo XX, proyecto que prolongó en 2022 con Voces Veladas. Vol II.
En Happy Days Are Here Again vuelve con arreglos inteligentes y amenos, que brillan como brillaban los temas en la época en la que el jazz era más sentimiento que pose. Como dijimos más arriba, el formato desafía la solidez de la cantante, pero también hace que apreciemos mejor su solvencia interpretativa y sus recursos (conmovedora en "Little Girl Blue"), lo cual es de agradecer. Remarquemos también que Rai Paz y David Muñoz consiguen una sonoridad llena de color y fluidez en la que para nada se echa de menos un número mayor de músicos.
Aunque breve (6 temas), el álbum sirve para descubrirnos (a quienes no la habíamos descubierto aún) a una cantante sólida y con una voz personal a la que vale la pena prestar atención. Comienza gira y ojalá tengamos la oportunidad de cruzarnos en algún directo.