En su ya abundante discografía, el guitarrista gallego David Regueiro ha dejado patente su amor por el jazz manouche. Su nuevo disco, Areal, continúa esa senda gypsy pero ahonda en aspectos inéditos de Regueiro como compositor; en particular, en su faceta más introspectiva, con unos temas donde sus punteos se desaceleran para mostrar un lirismo emocionante, un intimismo patente a pesar de que todo el grupo es, en esencia, sección rítmica.
El tema que abre el álbum ("Samoreau Jam") es un recordatorio de quién es David Regueiro, uno de los más interesantes exponentes del swing manouche en la Península, como hemos escuchado en sus discos anteriores, pero también es un homenaje a Samoreau, el lugar donde se celebra un festival de jazz en el que gentes de todo el mundo se reúnen en un camping (¿dónde si no?) para homenajear a Django Reinhardt.
Ese espíritu de Django está presente en Areal en todos los tiempos posibles, medios, altos y lentos, en un gran despliegue de imaginación (dicho sea para los que piensan que el jazz manouche es siempre lo mismo) gracias a la solvencia del trío de cuerdas: Iago Reigosa en la guitarra acústica y el versátil Juyma Estévez al contrabajo. El clarinetista lituano afincado en Vigo Sarunas Pupelis se une al trío en dos temas ("Iago's Cat" y "Shiny Strings") aportando esa fluidez que hace tan seductor este estilo. Otra colaboración notable es la del violinista Ismael Cabaleiro en el tema que cierra el disco ("Laberinto"), una composición de tono melancólico y aires étnicos que resulta casi cinematográfica (Regueiro también ha compuesto alguna banda sonora).
Pero donde más patente queda ese lirismo del que hablamos es en composiciones como "Areal", donde Regueiro arranca de las cuerdas melodías etéreas y nostálgicas con aires de blues y americana, y una intención narrativa evidente y subyugante, o en el tema "Bolero desesperado", donde el trío aborda este estilo tan peculiar con una delicadeza inusual y la capacidad para derivarlo sutilmente hacia el estilo gypsy sin que deje de ser un bolero.
Un disco espléndido en su crisol de influencias que aporta nuevas miradas al jazz manouche, un disco que resulta espléndido en su sencillez, fascinante en su brevedad, apenas 36 minutos de álbum en 9 composiciones, y que resulta muy, muy recomendable.
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* Web oficial: davidregueiro.com