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Ya puestos, busqué el disco,
no sin esfuerzo, rebuscando en Internet, un CD con un más que correcto libreto
de 20 páginas, una edición remasterizada del LP editado en 1963 en
Italia por la discográfica CAM, y encontré en la banda sonora de Pérez Olea el saxo tenor catalán Salvador Font "Mantequilla", citado por Joaquín Romaguera en su libro El jazz y sus espejos, volumen 1, que lo compara con Ben Webster por
su "tono particularmente melodioso" (de ahí el apodo de "Mantequilla").
Sin embargo, en mi opinión, hay elementos más elocuentes en la banda
sonora, como la
manera en que el contrabajo (solo) ilustra musicalmente la tensión que
existe entre Alicia y Miguel mientras esperan el autobús se vuelve a
repetir en otra escena, tics musicales que denotan el interés del
compositor para "manejar" la acción con la música.
Puede
que la música de Noche de verano no sea tan interesante como el experimento de Ascensor para el cadalso y
que Pérez Olea no tenga una voz propia como Martial Solal, pero el resultado
cinematográfico que resulta de la la simbiosis jazz / fotografía se
acerca mucho al de Al final de la escapada, especialmente en la
habilidad para Grau (y su director de fotografía, Aurelio G. Larraya) para sacar
partido de los planos cortos, de los gestos, de la sutileza, de la arquitectura menos obvia de Barcelona, de la abundancia de personajes secundarios
anecdóticos...
Con una visible influencia de Fellini en los movimientos de cámara y con una narrativa y un tempo heredados de Antonioni y Rossellini, estos recursos musicales (afortunadamente, jazzísticos en su mayoría) acompañan fielmente un drama de actores, de miradas y gestos, donde toda la sensualidad (que acabó en censura) se manifiesta a través de frases de doble sentido, mensajes mudos y miradas explícitas que toman más valor con la seductora banda sonora.
Il peccato, título con el que se estrenó en Italia esta coproducción, supuso el debut (en largometraje) tanto del compositor como del director, estrenando lo que se llamó el Nuevo Cine Español. Por entonces, Grau era joven y venía de Italia, donde había conocido a Fellini y había absorbido cierta ansia de hacer buen cine (léase cine innovador y atrevido) pero los azares lo llevarían a internarse en el cine de terror de serie B y a inaugurar la Época del Destape con La trastienda (1975), lo que no quita valor a la película de la que tratamos.
Il peccato, título con el que se estrenó en Italia esta coproducción, supuso el debut (en largometraje) tanto del compositor como del director, estrenando lo que se llamó el Nuevo Cine Español. Por entonces, Grau era joven y venía de Italia, donde había conocido a Fellini y había absorbido cierta ansia de hacer buen cine (léase cine innovador y atrevido) pero los azares lo llevarían a internarse en el cine de terror de serie B y a inaugurar la Época del Destape con La trastienda (1975), lo que no quita valor a la película de la que tratamos.