+ Entrevista a Luis Escalante Ozalla
Voy acabando de leer el nuevo libro de Luis Escalante Ozalla titulado Nueva Orleans (1717-1917): Sexo, Raza y Jass y estoy fascinado por la constatación de que son muchas más de las que conocía las razones históricas, sociales, geográficas y culturales que dieron en parir el jazz en un sitio tan peculiar (¿No es la fusión la raíz primera y última del jazz?) como es Nueva Orleáns. Escalante lo cuenta en este libro con profundidad enciclopédica (y algún rasgo prosístico e
inesperado de humor).
Ya en 2012, publicó Y se hace camino al andar... con swing, un ensayo que recorría de manera pormenorizada la Historia del Jazz, desde los orígenes hasta el free jazz, y que, convertido en podcast, se puede escuchar a través de Tomajazz cada semana (en este enlace). De la misma manera, en este nuevo volumen, expone los orígenes históricos de Nueva Orleáns en la época que va desde los primeros bailes en Congo Square hasta el cierre del barrio rojo (Storyville) y la aparición de la palabra jazz, de la que los músicos de la época renegaban asiéndose a la moda que más vendía, el ragtime.
Ya en 2012, publicó Y se hace camino al andar... con swing, un ensayo que recorría de manera pormenorizada la Historia del Jazz, desde los orígenes hasta el free jazz, y que, convertido en podcast, se puede escuchar a través de Tomajazz cada semana (en este enlace). De la misma manera, en este nuevo volumen, expone los orígenes históricos de Nueva Orleáns en la época que va desde los primeros bailes en Congo Square hasta el cierre del barrio rojo (Storyville) y la aparición de la palabra jazz, de la que los músicos de la época renegaban asiéndose a la moda que más vendía, el ragtime.
“Existen dos clases de música. Está la clásica y el ragtime. Cuando yo te digo ragtime tú sabes a lo que me estoy refiriendo, la palabra encierra algo verdadero. Proviene de los Negros Espirituales, de su ritmo. Pero Jazz-Jazz no significa una maldita cosa: un subidón, un polvo, un baile. Nosotros lo deletreábamos J-a-s-s y le dábamos el significado de echar un polvo. Pero cuando tú dices ragtime estamos hablando de música.” (Sidney Bechet en Treat It Gentle. An Autobiography)
Anita Gonzales y Jelly Roll Morton ca. 1920 |
A continuación, reproducimos una entrevista con el autor para conocer más a fondo la obra. El libro está disponible en Amazon en este enlace.
Entrevista
Jazz, ese ruido: El libro está ubicado en una época muy
determinada de Nueva Orleáns. ¿Por qué precisamente 1717-1917?
Luis Escalante Ozalla: 1717 fue el año oficial de la fundación
de Nueva Orleans por Monsieur Le Moyne de Bienville. 1917 fue el año de la
clausura del barrio de las luces rojas más famoso que haya existido en
Norteamérica y que estuvo ubicado en Nueva Orleans. Se le conoció con el nombre
de Storyville o El Distrito y permaneció en activo durante veinte años. La
historia de este inmenso prostíbulo y de sus gentes tiene un significado peso
específico en mi libro. También en el año 1917 se produjo la definitiva
diáspora de los músicos más importantes de la ciudad y, a partir de esa fecha,
Nueva Orleans dejó de ser el laboratorio donde se experimentaba con esa música
que hoy conocemos como jazz, pasándole el testigo a ciudades como Chicago o
Nueva York.
J,ER: De todos los personajes históricos que
aparecen en Sexo, raza y jass, ¿cuál consideras que es el personaje o la pieza
imprescindible para el nacimiento del jazz en América?
LEO: Existieron músicos como Buddy Bolden o
Freddie Keppard de los cuales se ha escrito mucho, pero si escarbas cual
arqueólogo te das cuenta que existe bastante de leyenda y con opiniones
contrapuestas, por lo que prefiero hablar de lo que denominas “las piezas
imprescindibles”.
Empezaré con el “cakewalk”, con esos
bailes que los esclavos realizaban en las plantaciones, vestidos con sus
mejores galas, tratando de ridiculizar los ostentosos modos de sus amos. Para
lograrlo sincoparon sus danzas: gavotas, contradanzas, valses, mazurcas, reels,
etc., lo que les permitió realizar todo tipo de improvisados pasos acrobáticos
y divertidos. Hay que resaltar que los esclavos no modificaban las melodías
europeas, solamente las sincopaban. La escala diatónica europea seguía estando
presente.
Al finalizar la Guerra Civil
Norteamericana en 1865 los esclavos consiguieron su ansiada libertad y el
“cakewalk” salió de las plantaciones inundando con sus síncopas allí por donde
pasaba. Su popularidad fue tan evidente que se puso de moda sincopar cualquier
melodía y a esa música resultante se la denominó “ragtime”. La escala diatónica
europea seguía estando presente.
A unos doscientos kilómetros al norte de
Nueva Orleans se encuentra una zona que llega hasta Memphis y que se denomina
el Delta del Misisispi (nada que ver con el accidente geográfico). Allí nació
el blues y junto a él la escala de blues que fue un mestizaje de las escalas
típicas africanas con la escala diatónica europea. Esa escala de blues contiene
las “blue notes” que son tres (tercera menor, quinta bemol y séptima menor) y
difieren de la escala europea.
Volviendo a Nueva Orleans y a principio
del siglo XX los músicos negros (no los creoles) empezaron a interpretar
“ragtime” pero usando la escala de blues, utilizando las “blue notes” y esto es
un paso muy importante para llegar al jazz.
También me gustaría incidir en que los
esclavos que llegaron a Nueva Orleans no procedían de África sino del Caribe, y
muchas de sus islas estaban bajo dominio español por lo que estos trabajadores
forzosos ya venían con una música influenciada por la española, de ahí que
Jelly Roll Morton expresase que el verdadero jazz debería de poseer algo de
“spanish tinge” (tinte español).
En el Jazz de Nueva Orleans los músicos
tocaban todos para todos hasta que Louis Armstrong, hacia 1925 y ya en Chicago,
“inventó” el “solo” y los músicos empezaron a tocar para el solista dejando, de
esta forma, expedito el camino para todo el jazz que vendrá después de él.
Podríamos sintetizar “las piezas
imprescindibles” con esta fórmula: “ragtime” + “blue notes” + “solo” = jazz
clásico. Aunque el último componente no se produjo en Nueva Orleans.
J,ER: ¿Hubiera sido posible el jazz sin todas
las coincidencias históricas que expones en tu libro?
LEO: Nueva Orleans no tiene nada que ver con
el nacimiento del blues ya que esta música floreció sobre todo en el Delta,
aunque no se conozca exactamente cuándo sucedió. El “cakewalk” no fue un baile
exclusivo de las plantaciones de Louisiana, también estuvo presente en las
colonias británicas. La unión del “ragtime” con el blues, sí se tiene
constancia que ocurrió en Nueva Orleans. ¿Se dio esa circunstancia en otras
partes de América? Pudiera ser que sí, aunque no exista documentación al
respecto. Lo que podríamos aventurar con bastante certeza es que si el jazz no
hubiese germinado en Nueva Orleans su desarrollo hubiese sido más tardío,
aunque creo que al final habría resurgido. ¿Y un Louis Armstrong?
En Louisiana (cuando el territorio era un
tercio de lo que hoy son los EE.UU) y en particular en Nueva Orleans se dieron
unas condiciones, en cuanto a la esclavitud se refiere, que son únicas en
Norteamérica. Esta colonia estuvo indistintamente en manos de los franceses y
de los españoles hasta el año 1803. El código que dictaba las disposiciones que
regulaban el trato de los esclavos favoreció el intercambio musical entre
Europa y África, si lo comparamos con el que rigió en las colonias británicas,
que fue mucho más agresivo y violento. Al convertirse Louisiana, ese mismo año,
en parte de los EE.UU. esas reglas esclavistas no cambiaron substancialmente
hasta la abolición de la esclavitud, y pocos años más tarde las calles de Nueva
Orleans se llenaron de esas notas sincopadas que dieron lugar al jazz.
J,ER: De esa música que creció en Nueva
Orleáns, ¿qué piensas que queda en el jazz que se hace hoy en España?
LEO: Primeramente debo comentar que soy un
estudioso (valga la expresión) del jazz desde su creación hasta los años
setenta del siglo pasado. Para estar al día de todo el jazz que se ha
interpretado desde esa fecha hasta la actualidad creo que necesitaría dos vidas
y presumo que eso no va a pasar.
Es evidente que cuando más libre sea la
improvisación en el jazz más se aleja este del que se tocaba en Nueva Orleans a
principios del siglo XX. Sin embargo lo importante y maravilloso, según mi
punto de vista, reside en que el jazz fue una música original de los EE.UU. y
desde hace ya bastantes años se ha convertido en una música universal. Además
hoy en día puedes escuchar prácticamente en cualquier país todos los estilos
que han ido evolucionando en la historia del jazz, desde el de Nueva Orleans
hasta el Free Jazz o el de más rabiosa actualidad. Existe indiscutiblemente una
diferencia entre países y esta consiste en la fusión que el mundo del jazz
realiza con las músicas folclóricas de los diferentes territorios. En España
tenemos sobre todo al flamenco que nos diferencia del resto, ya que su fusión
crea unas estéticas musicales propias.
Si se me permite hacer un poco de abogado
del diablo voy a referirme a una entrevista que realizó la revista Down Beat al
músico Artie Shaw en noviembre de 2001. En ella le preguntaron qué significaba
para él el jazz y respondió: “Primero de todo, la palabra ‘jazz’ ya no
significa nada, ni significará. Si estamos hablando acerca de Bessie Smith y de
la música de los años veinte, de acuerdo, nosotros podemos llamarla jazz. Pero
ahora nos estamos refiriendo a lo que es la música informal Americana. No es
una música de concierto, no tiene nada que ver con la música Europea, es
Americana”.
J,ER: ¿Dónde nace el amor por el jazz de Luis
Escalante?
LEO: Posiblemente me enamoré del jazz gracias
al Festival de Jazz de San Sebastián y estamos hablando de 1966 cuando íbamos
cuatro gatos. También ayudó a que me embrujara el haber nacido y vivido en
Irún, ya que podía sintonizar perfectamente las radios francesas en FM que
emitían diariamente unos programas de jazz estupendos. A esto le podemos añadir
que a pocos minutos de mi casa existían en Francia unas magníficas tiendas
dedicadas a vender música de jazz. Creo recordar que por aquellos años existía
una en San Sebastián que dedicaba parte de su catálogo discográfico a este
estilo musical.
Como dice un amigo mío: “El Jazz es una
música sin retorno, si te engancha ya nunca podrás escaparte”. Ahora que he
terminado mi segundo libro, creo que voy a sumergirme en el jazz vocal desde
sus inicios hasta el presente. Quizás escriba un libro al respecto o grabe un
podcast. Me sigue teniendo enganchado.
J,ER: Agradecemos a Luis Escalante Ozalla la amabilidad y la erudición que nos ha mostrado durante la entrevista y recomendamos la lectura de su libro como imprescindible.
___________________
* Podcast La odisea de la música afroamericana: www.tomajazz.com/web/?cat=13297
* Fotografía cedida amablemente por Luis Escalante Ozalla.