CLUB DE REYES

Breve memoria visual y sentimental del 'Johnny'

El Johnny (el Club de Música y Jazz del Colegio Mayor San Juan Evangelista) fue durante 45 años un hervidero cultural a muchos niveles y, en la época de su creación, un revulsivo para la sociedad madrileña de los 70. Un documental dirigido por Andrea Barrionuevo repasa de manera breve y emotiva lo que significaron las actividades culturales de este colegio mayor de la Complutense para la música y la cultura en España. Conferencias a las 11 de la noche o el primer concierto de free jazz en España son ejemplos de la libertad que se respiraba en este reducto de la Ciudad Universitaria, "una isla", como la llaman en el documental, aislada de Madrid (por la ausencia de metro) y aislada de los cánones de la época predemocrática en la que surgió (por la audacia de sus promotores).

La narrativa del documental resulta en algún momento confusa. Si el espectador visualiza sólo los primeros minutos, llegará a la conclusión de que fue la policía quien cerró El Johnny. Estas imágenes reflejan, en realidad, el desalojo de los ocupas que se habían instalado en el Colegio Mayor después del abandono de sus actividades. Aunque más orientado a la importancia del momento en que nació (los años finales del franquismo) que a las razones por las que desapareció, nos alegra que se destaque en el documental la historia de Alejandro Reyes, creador del Club de Música y Jazz, un personaje invisible para el público pero artífice y motor de un grupo de personas que durante cuatro décadas pusieron en El Johnny un contrapunto a la cultura de masas, apoyando iniciativas como el festival de jazz, la inclusión del flamenco entre los intereses de los espectadores cultos o iniciativas tan singulares como las Jornadas Anti-Apartheid-Afro Jazz II de 1988.

Alejandro Reyes
La hora que dura el documental transcurre por testimonios de músicos que tocaron allí, aunque con un gran déficit que notaremos los que conocíamos El Johnny a través de su festival de jazz: apenas hay músicos de jazz entre los entrevistados, sólo Chano Domínguez y Jorge Pardo, y protagonistas colaterales como Juan Claudio Cifuentes, Germán Pérez de Clamores o el director de Jazzaldia, Miguel Martín. Por suerte, aparece abundante material gráfico (en especial fotografías y hemeroteca) sobre los conciertos de jazz que allí tuvieron lugar. Una lástima, teniendo en cuenta que por el pequeño escenario pasaron figuras nacionales e internacionales de la talla de Petro Iturralde, Tete Montoliu, Art Blakey, Dexter Gordon, Freddie Hubbard... El flamenco, en cambio, sí cuenta con un amplio elenco de testigos que ponen su voz a esta breve historia.

.