Puede que esta grabación no sea la más brillante ni la más original ni la más profunda adaptación de la obra de los Gershwin, pero no deja de ser una joya.
Grabado los días 25-28 de mayo de 1997 en los estudios Avatar de Nueva York, este disco pertenece a esa serie de tributos (a Billy Strayhorn, Jobim, Miles Davis...) que Henderson hizo para Verve cuando reapareció triunfalmente en los 90. Es un disco compacto y uniforme que aúna el estilo de Joe Henderson, fluido, perfeccionista y sin estridencias, con los de músicos experimentados como Dave Holland, Stefon Harris (qué abanico de colores en su vibráfono, qué sutil), John Scofield (un delicado toque de blues) o Tommy Flanagan, dibujando una visión brillante y casi aséptica del clásico que escribieron los Gershwin con DuBose Heyward basándose en una obra de teatro que anteriormente fue una novela del mismo Heyward. Quizás sea esta asepsia lo único que, en última instancia, pueda defraudar del disco. Se echa de menos una interpretación más libre, más ruda (como la que hizo Ella Fitzgerald con Satchmo) o una reinterpretación más inspirada y original (Miles Davis y Gil Evans en 1959), pero lo de Henderson es otra cosa. Es capaz de sacar partido con sus arreglos a toda esa tristeza bellísima que hay en estas composiciones (no están todas las de la ópera), más en su estilo de los 90 que en el de los 60 (salvo, quizás, My man's gone now), pero siempre con esa elegancia que da valor a sus discos y que convierte en un placer poner cualquiera de ellos.
El CD, muy cuidado a pesar de ser una reedición, contiene una sinopsis de la trama de la obra, que no fue aceptada por los americanos como opera hasta 1976. Entre el personal, dos cantantes pop más o menos cercanos al jazz: Sting (siempre acompañándose de buenos sidemen y volviendo una y otra vez a los standards) y Chaka Khan (por su potencial y su timbre debería intentar más acercamientos al jazz). A pesar de lo insólito de estas elecciones, ambos cantantes cumplen bien con su cometido: Chaka profundiza en su acento R&B conforme se desarrolla Summertime (el tema fue nominado en 1998 al Grammy a la mejor interpretación femenina de R&B) y Sting entona ese aire gospel original de It ain't necessarily so con su particular voz, haciéndolo casi memorable. El director musical es Bob Belden.
El personal de la grabación:
Jose M. Horna
Grabado los días 25-28 de mayo de 1997 en los estudios Avatar de Nueva York, este disco pertenece a esa serie de tributos (a Billy Strayhorn, Jobim, Miles Davis...) que Henderson hizo para Verve cuando reapareció triunfalmente en los 90. Es un disco compacto y uniforme que aúna el estilo de Joe Henderson, fluido, perfeccionista y sin estridencias, con los de músicos experimentados como Dave Holland, Stefon Harris (qué abanico de colores en su vibráfono, qué sutil), John Scofield (un delicado toque de blues) o Tommy Flanagan, dibujando una visión brillante y casi aséptica del clásico que escribieron los Gershwin con DuBose Heyward basándose en una obra de teatro que anteriormente fue una novela del mismo Heyward. Quizás sea esta asepsia lo único que, en última instancia, pueda defraudar del disco. Se echa de menos una interpretación más libre, más ruda (como la que hizo Ella Fitzgerald con Satchmo) o una reinterpretación más inspirada y original (Miles Davis y Gil Evans en 1959), pero lo de Henderson es otra cosa. Es capaz de sacar partido con sus arreglos a toda esa tristeza bellísima que hay en estas composiciones (no están todas las de la ópera), más en su estilo de los 90 que en el de los 60 (salvo, quizás, My man's gone now), pero siempre con esa elegancia que da valor a sus discos y que convierte en un placer poner cualquiera de ellos.
El CD, muy cuidado a pesar de ser una reedición, contiene una sinopsis de la trama de la obra, que no fue aceptada por los americanos como opera hasta 1976. Entre el personal, dos cantantes pop más o menos cercanos al jazz: Sting (siempre acompañándose de buenos sidemen y volviendo una y otra vez a los standards) y Chaka Khan (por su potencial y su timbre debería intentar más acercamientos al jazz). A pesar de lo insólito de estas elecciones, ambos cantantes cumplen bien con su cometido: Chaka profundiza en su acento R&B conforme se desarrolla Summertime (el tema fue nominado en 1998 al Grammy a la mejor interpretación femenina de R&B) y Sting entona ese aire gospel original de It ain't necessarily so con su particular voz, haciéndolo casi memorable. El director musical es Bob Belden.
El personal de la grabación:
- Joe Henderson, saxo tenor
- Conrad Herwig, trombón
- John Scofield, guitarra eléctrica
- Stefon Harris, vibráfono
- Tommy Flanagan, piano
- Dave Holland, bajo
- Jack Dejohnette, percusión
- Chaka Khan, voz
- Sting, voz
Jose M. Horna