MARTIAL SOLAL, Live in Ottobrunn (GLM Records, 2022)
¿Qué más se puede decir del gran Martial Solal a estas alturas? En sus 95 años cumplidos acumula una discografía excitante y una presencia notable en bandas sonoras (inolvidable A bout de souffle). Un nuevo disco de este maestro francés (además, grabado en vivo) podría entenderse como un documento único para entender hasta dónde ha llegado su estilo personal, tan ecléctico. Él mismo dijo en una ocasión: "Soy una fusión, no intente definir mi estilo" y de eso va el disco. En Live in Ottobrunn encontramos a un pianista liberado de etiquetas, que se mueve por las ochenta y ocho teclas con toda la libertad de la experiencia, viajando de las armonías de la música culta al swing con una facilidad pasmosa, sublimando melodías conocidas ("My Funny Valentine", "Lover Man", "Happy Birthday") hasta hacerlas irreconocibles pero igualmente placenteras para el oído y para los parámetros de los aficionados más exigentes.
Pongamos como ejemplo "Tea For Two", el clásico de Vincent Youmans, que aquí comienza con unos compases de "I Got Rhythm" (Gershwin) para luego perderse en evoluciones de acordes del original, improvisaciones, escalas y juegos que parecen no terminar nunca. Es el maestro en su propio recreo. Para los que amamos la improvisación, todo un lujo, especialmente si es uno de sus discos a piano solo. Otro ejemplo de toda esta incansable creatividad es el medley "Caravan, Sophisticated Lady, Satin Doll", en el que no solo suenan estos temas de Ellington sino que podemos escuchar muchos otros, además de improvisaciones originales e inesperadas.
Foto: TJ Photoagency (source: Jazzfuel) |
Otros temas que brillan en el disco son las improvisaciones sobre "Happy Birthday", "Cherokee" (donde incluye a Mozart en sus disgresiones) o "Round Midnight", otro de los temas preferidos de Solal, un tema que siempre toca en directo y del habrá hecho tantas improvisaciones que solo pensarlo pone los pelos de punta.
Este disco presenta a un Martial Solal en estado de gracia, en un momento de su carrera en que puede permitirse todo Y eso se agradece. Grabado en 2018 en Ottobrunn, un pequeño pueblo cerca de Munich, de menos de 20.000 habitantes, durante su 5th Klavier Festival, Live in Ottobrunn es un regalo para los oídos no solo por el virtuosismo que derrocha sino porque en esa época, a sus 91 años, manifestó que no iba a volver a tocar en público. Este fue su penúltimo concierto.
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