MAX AGNAS, The More I Let The World In
(Loumi Records, 2022)
El título del disco ya induce a la introspección. Su autor, el pianista sueco Max Agnas, medita sobre nuestra relación con el mundo y con la soledad. Tomó la inspiración para el título de un graffitti que vio en Lisboa y cuyo mensaje hacía referencia al mundo que vivimos (More I let the world in, less I take in it). Esta es la filosofía de su tercer disco, una obra soberbia y madura con un sonido propio a caballo entre la Third Stream y el mejor jazz moderno que se publica en Europa.
El disco, pensado para su descarga digital a través de un código QR que aparece en el breve pero bellísimo libro que lo acompaña, está dividido en tres partes. En la primera, encontramos al músico en estado puro, a piano solo, lírico y meditativo de una manera intuitiva y natural a pesar de las complicadas armonías, de los cambios de ritmo y de su aparente no-ir-a-ningún-lado. Especialmente interesante es "Call Me Medieval", donde rinde homenaje a la música medieval en un juego compositivo que, en las manos de un pianista de jazz, suena excitante.
En la segunda parte, encontramos un dúo peculiar formado por el pianista (que aquí también usa sintetizador) y el cantante Salvador Sobral (sí, el mismo que ganó Eurovision en 2017), donde la música de Agnas se hace palabra. Aunque las letras las ha escrito Sobral, se inspiran en recuerdos de Agnas, mezclándose, de manera natural, la personalidad de los dos músicos, sus nostalgias y su sentido de la musicalidad, tan cercano. De alguna manera, me traen a la memoria la manera especial en que otros compositores como Cole Porter o Stephen Sondheim "juegan" con las notas y las palabras. Hay que decir que Agnas formó parte del grupo que acompañaba a Sobral, y que conectaron ahí. También hay que mencionar especialmente la manera en que la voz de Sobral encaja, de una manera muy personal, en lo que uno espera de un crooner. Y no defrauda. Su melancolía y su manera de usar las melodías enamoran.
En la tercera parte del álbum, piano y sintetizador se apoyan en la percusión de Nils Agnas, primo de Max y cómplice musical desde pequeños, para crear nuevos juegos rítmicos y melódicos no explorados en la primera parte del disco, construyendo temas que aportan una vitalidad y un optimismo que contrastan positivamente con el resto del álbum, y que aportan alguna especie de esperanza a modo de conclusión.
Para escuchar con calma y empatía.