JAVIER NAVAS QUINTET, La revolución (Blue Asteroid, 2022)
La revolución esparce en el ambiente, desde las primeras notas, un jazz sereno, lleno de soul y con un groove sosegado y vivo. En esta serenidad se puede percibir una perspectiva mucho más adulta del jazz del quinteto de Javier Navas, un músico que es ya referente del vibráfono en España. Formado en el lenguaje de la música clásica (forma parte de la Orquesta Filarmónica de Málaga) y en el jazz (Arturo Serra, Jorge Rossy), formó el ensemble The Beatles Songbook al mismo tiempo que un quinteto que llega hasta hoy con su tercer álbum, un álbum de madurez donde consolida una evolución estilística más que interesante.
Con los mismos músicos de sus dos discos anteriores (Enrique Oliver al saxo tenor y una sección rítmica formada por el pianista Juan Galiardo, Bori Albero al contrabajo y Dani Domínguez en la batería), encontramos un salto estilístico en este nuevo disco. Resulta agradable (y necesario) percibir evolución en un músico. Es algo que hace que valga la pena seguirle. En el caso de La revolución, Javier Navas profundiza en su sonido lleno de referencias y, a la vez, innovador. Sigue siendo el jazz introspectivo, calmado, de sus anteriores discos pero la estética muestra aires de soul cercano al neo-soul o al nu-jazz, con la diferencia de que aquí el tempo sereno, smooth, resulta reflexivo, instrospectivo, dando un valor casi espiritual a la definición de smooth jazz.
Dominar templanza y virtuosismo no es tarea fácil, especialmente cuando un músico tiene algo que decir, pero Javier Navas lleva tiempo aportando serenidad al jazz y en este disco, con un repertorio original, como en los otros, de una modernidad envidiable, consigue expresarlo con un discurso coherente y armónicamente muy sofisticado. Compartiendo protagonismo con el saxo de Oliver, Navas deja mucho espacio al piano, un instrumento que aporta equilibrio a la presencia del vibráfono. Las tímbricas de ambos instrumentos se contrapesan y el resultado es más sólido. Por cierto, Juan Galiardo está espectacular.
Analizando los temas uno a uno, habría que resaltar algunos momentos muy interesantes, como el diálogo vibráfono-batería del tema que abre el disco ("La revolución") o el solo de este tema, donde Enrique Oliver improvisa de una manera visceral; la vitalidad de "Todo nuevo"; el solo de contrabajo en "Laberinto azul", esbozando la melodía que luego lleva el saxo, la poética calma que inunda el tema y el solo de Javier Navas, intenso, brillante, medido.
Pero el tema que mejor define el disco es "Invierno inventado". Los acordes del teclado dan paso a una percusión contenida que invita a una explosión que no sucede: es como una implosión, un fluir que arrastra la melodía hacia un plano casi onírico. Las progresiones armónicas del vibráfono prácticamente cantan y su intervención es adictiva. El coro y el solo de saxo no hacen otra cosa más que enfatizar el papel de las mazas, que protagonizan el momento como desde un plano superior. Más o menos, como en todo el álbum.
Otro vídeo, breve pero de carácter más documental: