Como todos los años, ando buscando un disco para poner banda sonora a la Navidad sin que ello suponga salirnos de lo que nos apasiona: el jazz. Y este año, andaba curioseando por las tiendas de Internet cuando mi amigo Xose Miguélez me envió una de esas recomendaciones que nos apasionan: un disco de trío de piano a cargo del británico Gabriel Latchin inspirado en temas del songbook navideño, temas que ya hicieron Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Chet Baker... y pianistas como Diana Krall, y que siempre suenan festivos... y nuevos.
¿Qué hay de nuevo en la grabación de Gabriel Latchin? Probablemente, lo más novedoso sea la sensibilidad con que ataca los temas. Hay mucho swing (swing moderno) en los temas, pero huyendo del staccato y profundizando en el color, algo que puede parecer menos moderno pero que resulta más excitante y complejo. Y nos gusta. Es el tipo de jazz que suele sonar en mi casa mientras adornamos el árbol o colocamos el Belén pero también el tipo de jazz que uno disfruta en directo, si es posible en un local pequeño y muy cerca del pianista, donde se puedan apreciar los movimientos de sus dedos.
El trío lo completan el contrabajista Darío Di Lecce (George Garzone) y el baterista Josh Morrison (Stacey Kent, Dave O'Higgins). Los tres músicos interpretaron por primera vez este repertorio en un espectáculo con todas las entradas agotadas en el Pizza Express Jazz Club de Londres, en Diciembre de 2019. En agosto de 2020 entraron en el estudio para grabar el álbum con la idea de que, como dice Latchin: "Muchas de estas canciones festivas fueron escritas en los años 30 y 40, la misma época que los propios estándares clásicos del jazz. No dudo que muchas de estas bellas melodías se disfrutarían todo el año si la Navidad no estuviera en el título."
Con tres instrumentos de ritmo entre las manos, el trío juega constantemente a la sorpresa, a una sorpresa constante, elegante y sin estridencias, como en el delicioso el giro hacia la bossa de "The Christmas Song" o la manera en que Latchin reescribe la melodía de "Jingle Bells" dándole la vuelta y jugando con la síncopa a toda velocidad. (Admito una predilección personal por "Jingle Bells", un tema cuyas versiones de jazz se me vienen a la cabeza todo el año cuando alguna situación requiere energía o cuando el entusiasmo me invade). El guiño a "Blue Monk" en "Santa Claus Is Comin' To Town" resulta tan simbiótico que casi pasa desapercibido integrado en el alma de tema. La locura en que convierte "Rudolph the Red-Nosed Reindeer" o las notas de blues en "Silent Night" son solo algunos detalles por los que merece la pena escuchar el álbum de Latchin.
Si piensan en música, regálense este álbum lleno de espíritu navideño y de la felicidad del jazz, que vienen a ser cosas similares. ¿O no debería estar todo el año lleno de ambas cosas?Les deseo una feliz navidad llena de ritmo y un próspero año nuevo donde todo suene a buen jazz.