Skytrain es un ejemplo del jazz moderno, mestizo y realmente profesional que se hace en España. Músicos de experiencia contrastada, composiciones originales, múltiples referencias estilísticas, desde la fusión al post-bop..., un disco de esos que nos gustan, entretenido, con algo nuevo que contar en cada tema, en cada solo.
Se podía esperar todo de un disco que reúna tantos músicos renombrados como reúne este Skytrain (Errabal, 2013) que firman Mariano Díaz y Joaquín Chacón. Inspiración, un sonido compacto que da fe de lo bien que se entienden los músicos y libertad creativa al más alto nivel. El personal: Dave Liebman, Javier Colina, Perico Sambeat, Mario Rossy y Guillermo McGill. Casi nada. Aunque, en realidad, son dos quintetos diferentes los que podemos oír en este álbum. Junto a la guitarra y al piano, está permanentemente McGill en la percusión pero, mientras en algunos temas escuchamos a Liebman y Colina, en otros son Sambeat y Rossi los encargados de completar la el quinteto.
Siempre nos ha gustado Mariano Díaz, un pianista incansable y con un gusto por el clasicismo que nos complace. Quizás no sea de esos pianistas que reconoces al primer compás por su forma de tocar o componer, pero nunca defraduda. Su toque sutilmente funky ("Skytrain") nos gusta especialmente. Joaquín Chacón, por su parte, nos acerca más al jazz-rock, con influencias del John McLaughlin de la Mahavishnu. Y esta confrontación de tendencias la que establece el singular equilibrio del álbum.
Para darle más consistencia a toda esta alquimia, el álbum cuenta con dos saxofonistas de lujo. El primero es Dave Liebman (en la fantástica portada de Gotxi aparece como David), que ha trabajado con Miles Davis, Chick Corea y un millón de luminarias más. Liebman añade los ingredientes post-bop ("Energy Thieves") y free en los momentos adecuados. Recordemos que en la época más experimental de Miles (en Columbia en concreto) Liebman estuvo junto al trompetista de manera habitual. No es por casualidad que el otro saxofonista elegido sea Perico Sambeat, quien a su vez ha estado presente en el jazz más experimental hecho en España. Incansable experimentador, ha trabajado a lo largo de su carrera con otros aventureros de la teoría como Pat Metheny y Brad Mehldau.
Díaz y Chacón enfrentan a los dos saxofonistas por separado en "Yotsuya Station", un tema que podemos escuchar en el álbum en dos versiones, una con cada uno de los quintetos. Por no parecer chauvinistas ni todo lo contrario, vamos a reservarnos la opinión de cuál nos ha gustado más.
En el quinteto en el que aparece Dave Liebman podemos oír a Javier Colina, uno de los bajistas más serios de este país. Su trabajo aquí es impecable aunque no demasiado vistoso. Quizás se agradezca que en algunos discos los bajistas no se hagan los protagonistas. Junto a Sambeat, está Mario Rossy al bajo, también muy rítmico y preciso. Es fantástico constatar cómo en ambas sesiones del disco, en ambos quintetos, con dos músicos nuevos en cada formación, el grupo consigue mantener la misma línea estilística del disco. Por algo los líderes son los líderes. Las composiciones, porque merece la pena destacarlo, son originales (Díaz en mayor medida pero también Chacón) y funcionan muy bien.
En este video podemos ver a Díaz y Chacón en vivo en el Café Central de Madrid. McGill está a la batería pero el saxo lo lleva Dani Juárez (que lleva muy bien el tono del disco) y al bajo Víctor Merlo.
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