Plácido como el vuelo de un pájaro
Quizás al utilizar la palabra "pájaro" haya infringido (o malutilizado) algún tipo de clasificación de los órdenes animales, pero uno es ignorante en estos campos y prefiere hablar de jazz, aunque la imagen del azor de la portada, vigilándonos, nos avise de que, conocedores o no, estamos a punto de experimentar una emocionante y plácida travesía aérea (para nosotros, los sin-alas, sería más justo decir etérea) en la que las sensaciones echarán a volar con la lenta fluencia de los vientos y la rítmica de un trío de piano.
Kin García es el bajista más personal de la vibrante escena jazzística gallega. Ha tocado a lo largo de su carrera con muchas formaciones y de muchos estilos, desde rock hasta Capercaille. Actualmente, está involucrado en muy diversos proyectos y es profesor en el Conservatorio de A Coruña y dirige su big band, formada exclusivamente por alumnos, iniciativa que aplaudimos. Tiene un estilo fluido, muy moderno, de tocar el contrabajo, desligándose en las grabaciones del instrumento eléctrico que usa en otras ocasiones. Su forma de tocar recuerda a Dave Holland y a Mingus aunque ¿no provienen todos los bajistas modernos de Mingus?
De Kin García ya destacamos su primer disco como líder (O lobo morde a man de 2006), especialmente por su capacidad para aglutinar un trío clásico de piano con una sofisticación y una naturalidad difíciles de hacer congeniar. Además, demostraba que un trío gobernado por un contrabajista no tiene por qué convertirse en un espectáculo enciclopédico de acordes sin trastes, que un buen músico puede (y debe) formar parte de su grupo aunque sea el líder. En este segundo trabajo, Accipiter gentilis (Audia, 2012), Kin García se muestra más personal que nunca, y no sólo porque ha escrito todas y cada una de las composiciones del disco sino porque, con un trío completamente distinto (Jacobo de Miguel al piano y Noli Torres a la batería) consigue mantener el mismo espíritu que emanaba el primero. Aunque lo más personal es el tema de las composiciones, que se inspiran en el antiguo y (casi) olvidado arte de la cetrería, una técnica de caza medieval con aves rapaces declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La pasión de García por la naturaleza y por las aves (convive con una águila harris llamada Dunia, según leímos en El País) le viene de su padre. Así pues, dados a hacer un disco personal, los 8 temas del álbum, bien desarrollados y ejecutados, están inspirados en otras tantas especies de rapaces (todas ellas autóctonas), cuyos nombres científicos dan título a los cortes e ilustran el libreto del disco con bellos dibujos. Con esta inspiración, no es raro dejarse llevar por temas como "Accipiter gentilis" o "Falco peregrinus" y sentir la placidez de planear sobre los verdes de Galicia, dejarse llevar por las corrientes de aire y emprender largas travesías con la calma de un trío de piano, bajo y batería a la altura.
Como hemos comentado antes, Noli Torres a la batería y Jacobo de Miguel al piano completan un trío distinto al del primer disco pero con la misma filosofía y con la garantía de unos músicos que llevan mucho tiempo trabajando juntos en éste y en otros proyectos paralelos. Kin García destaca, aparte de en las composiciones, en el vibrante "Tyto alba", con un bajo fastuoso, más intuitivo que mecánico, y en el tema final, "Bubo bubo", en el que la tensión contenida del trío encuentra momentos para desatarse y donde, por fin, podemos oír un solo de bajo.
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* La fotografía de Kin García en el festival Imaxinasons es de J. Albertos:
http://www.vigoenfotos.com/cf_jazz07_kin_trio_1.html#.UEczcFa2bKR