ALREDEDOR DE LA MEDIANOCHE

Mitos y fans en la Ciudad de la Luz

Hay pocas películas donde nos muestren la vida (y la muerte) de un músico de jazz como en Alrededor de la medianoche (Round midnight, 1986). Bertrand Tavernier nos mete en la vida de un músico como nunca imaginaríamos, en este caso una vida en declive, la de un jazzman ya viejo, que no caduco, viviendo sus últimos años alrededor de la medianoche.

La cinta muestra aspectos tan interesantes para los aficionados al jazz y a tantos niveles que necesitaría varias entradas del blog para escribir sobre ello, por eso he preferido dejarlo en un apunte sentimental (ustedes perdonen) a la espera de que volver a la película me permita distanciarme lo suficiente para escribir algo, no sé, más serio.

La historia de Round Midnight está basada en vidas reales, las del músico Bud Powell y Francis Paudras, aquí reflejados en dos personajes de ficción (Dalte Turner y Francis) interpretados de forma genial por Dexter Gordon y François Cluzet en el papel de Francis, ese fan que todos hemos querido ser alguna vez, el fan que cambió su vida inspirado por el arte de un músico, que llega a conocer a ese músico y que se convertirá en su improvisado salvavidas. Dexter Gordon, por su parte, bien podría decirse que se interpreta a sí mismo: él también se autoexilió en París en aquella época como Powell y vivió una dura batalla contra el alcohol y contra su propia naturaleza, entre otros detalles. ¿Qué puedo decir? Se han hecho muchas películas cursis y estereotipadas sobre el mundo del jazz, se han rodado películas sobre el racismo en la era del jazz, pero nunca se había filmado una historia con tanta sensibilidad hacia el frágil mundo personal del músico, del creador, como ésta de Bertrand Tavernier.


Pero no es sólo eso.

La banda sonora de la película, llena de standards y composiciones arregladas y compuestas por Herbie Hancock, ganó ese año el Oscar a la mejor banda sonora, compitiendo con partituras tan apabullantes y comerciales como La misión de Ennio Morricone. En el combo que interpreta estas piezas (y en el disco) están, entre otros, Freddy Hubbard, Bobby Hutcherson, Wayne Shorter y un largo etcétera, incluyendo al propio Herbie Hancock, como el pianista líder del grupo. Parte del encanto de la película está precisamente en que estos músicos reales aparecen en escena tocando los mismos temas, tanto en el club en el que se desarrolla gran parte de la película (¡llamado Blue Note!) como cuando aparecen preparando la grabación de un disco y vemos los preparativos, las instrucciones, las anotaciones en las partituras previas al comienzo de la sesión.

La película es una historia de decadencia, de una vida alrededor de la medianoche, como decíamos antes, ese momento de la vida en el que la experiencia da una cierta lucidez con la que el cuerpo ya no puede, y que alcanza su clímax (paradójicamente, porque el personaje toca fondo) en una escena bellísima en la que el viejo músico se lamenta: “Estoy cansado de todo, menos de la música” para un segundo después aparecer tocando en un callejón rodeado de basuras, quejándose de que no le sale bien porque no recuerda la letra de "Autumn in New York". Francis se la recuerda:


El otoño en Nueva York
Se mezcla con el dolor
Soñadores de manos vacías
Sueñan con tierras exóticas
Pero es otoño en Nueva York
Y es bello vivir otra vez



Al final, este soñador de manos vacías volverá a Nueva York desde la tierra exótica de París, a reencontrarse consigo mismo.

El paralelismo entre las vidas del músico y de su admirador, la decadencia en la vida de ambos, la forma en que el jazz refleja sus circunstancias, desde el complicado bebop hasta las tristes baladas, hacen de este largometraje una joya, sobre todo por ver en esta época a un Dexter Gordon al que los años habían hecho aún más impresionante. Pero ‘Round midnight es también es la historia de todos los músicos a los que la droga o el alcohol han detrozado física o artísticamente. Escuchamos de boca de Dexter Gordon una comparación bellísima entre Monet, Ravel y el bebop en la que se aprecia claramente el cromatismo clave en este estilo del jazz.

Martin Scorsese aparece de pasada en alguna escena, como las citas en una improvisación de jazz. Qué potente y, al mismo tiempo sensible, como siempre, suena aún Dexter en 1986...