(Rizoma Records, 2019)
El álbum Laguna llena es la materialización de un proyecto musical con el que dos músicos de la talla del saxofonista Javier Ortí y el guitarrista Mikkel Ploug venían girando por salas bastante tiempo. Aunque son músicos con lenguajes bien diferentes, consiguen fusionarse en un sonido moderno, tan complejo que suena sencillo, cercano, quizás por el uso de tiempos medios y lentos donde la expresividad es más arriesgada pero, al mismo tiempo, más colorida; una estética la de este grupo que supone una revisión crítica del sonido del cuarteto clásico de saxo y guitarra que merece la pena escuchar.
Músicos, compositores y educadores, ambos desarrollan carreras paralelas (y juntos) con una óptica moderna y especulativa. Ortí, integrante de la Andalucía Big Band, entre otras formaciones (Monk Experience, Actual Proof, Fried Neoronium), tiene dos discos como líder (Intrology y Enki), donde parece que encuentra una relación armónica perfecta con los guitarristas (ha colaborado también con Miguel Martins, Carlos Bermudo, Alvaro Vieito...) y viene del reciente proyecto de C.O.M. Trio (con Trevor Coleman y Nacho Megina). Ploug, por su parte, tiene una extensa carrera con discos a dúo, trío, cuarteto (con Mark Turner), sus experimentos con música de cámara (Equilibrum) y un arriesgado disco en solitario (Alleviation).
Juntos, el onubense y el danés despliegan un abanico de sonidos que van desde referencias al hardbop hasta la world music ("African Song" es el ejemplo más evidente, con reminiscencias de Sonny Rollins) y a la Third Stream, todo ello con una estética uniforme y coherente, creando atmósferas donde explorar e improvisar. Elegantes y altamente expresivos en sus fraseos, Ortí y Ploug parecen contar historias a dos voces, ya sea en temas más efervescentes ("Fish or Net", donde Ploug recuerda en ciertos momentos a esa fluidez improvisadora de Bill Frisell) y que exigen velocidad y virtuosismo, como en composiciones meditativas como "A Reverbs Goodbye", donde, cuando cantan al unísono saxo y guitarra, se produce una especie de catarsis, una explosión contenida de lírica jazzística. Una simbiosis compleja pero que aquí funciona de una manera orgánica y natural.
El álbum se grabó en los estudios Mikima Records, en Palomares (Sevilla) en un solo día (11 de Marzo de 2019) y, quizás por esto, expresa esa frescura de los grupos muy rodados, con un interplay natural y un sonido muy cálido. Contiene nueve temas que se mueven (casi todos) a poca velocidad, algo que entraña riesgo pero también favorece la expresividad y nos permite comprobar la personalidad de los músicos nota a nota. (la intro de "Rossette" .
El cuarteto incluye también una sección rítmica de enorme nivel y muy personal. Al sonido sólido y vibrante de Joan Masana al contrabajo hay que sumar la versatilidad de Martin Andersen en la batería, uno de esos músicos que hacen directos para recordar. Dos españoles y dos daneses que se entienden y se expresan, cada uno en su propio lenguaje musical, con un resultado excitante, más aún en directo.
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* Javier Ortí: javierortimusic.com
* Mikkel Ploug: www.mikkelploug.com