Como autor de ficción, confío siempre en que una narrativa construida es siempre más eficaz para llegar al lector o espectador que un simple documental o ensayo. Hoy me gustaría hablar de dos acercamientos a la historia del pianista Joe Albany. Uno es un documental dirigido por Carole Langer (Joe Albany: A Jazz Life) y el otro, Low Down (Jeff Preiss, 2014), una espeluznante película basada en el libro que escribió la propia hija de Albany y que tituló Tirada: Drogas, jazz y otros cuentos de hadas de la niñez (Low Down: Junk, Jazz and Other Fairy Tales from Childhood). Aun complementándose, creo que es más efectiva la visión ficcionada porque comunica más eficazmente la sensación de desolación que podía sentir la hija de uno de esos músicos que siempre hemos tenido por balas perdidas, convirtiendo a una de estas leyendas malditas del jazz en algo humano, terrible, cercano.
Joe Albany no sólo fue un adicto que no sabía en qué día vivía; fue, por encima de todo, un músico con voz propia, algo que siempre buscó y que es posible escuchar en sus discos como líder y como sideman. Pianista que dominaba el bebop, siguió un camino serpenteante a través de tantos estilos como líderes acompañó (Charlie Parker, JJ Thompson, Mingus, Dexter Gordon, Niels-Henning Orsted Pedersen...). En Low Down, se pueden escuchar temas de los discos originales de Joe Albany junto a otros grabados expresamente para el film por el pianista Russ Johnson. El repertorio de la banda sonora está muy bien escogido y refleja su vida con ese sentido del blues que, en los dedos de Albany, resulta en algunos momentos estremecedor.
Además, la película tiene a su favor un gran John Fawkes (como Albany), una Elle Fanning profunda y conmovedora en su papel de Amy Jo y grandes actores como Glenn Close, Peter Dinklage, Lena Heady... y, claro, la música de Joe Albany, que convierte la película en un triste blues (nada que ver con la cancioncilla del trailer, que no aparece en la película, por suerte).
El documental Joe Albany: A Jazz Life (Carole Langer, 1980) es otra historia. El pianista se convierte aquí en narrador único. Su voz y la de su piano nos guían a través de su vida, con dolorosos (aunque, en apariencia, aceptados) testimonios de sus adicciones y recaídas, y fantásticas historias sobre su experiencia como acompañante de Billie Holiday, Lester Young, Benny Carter, Bird ("Podía comunicarme con Prez, pero con Bird... todo era mental, y él nunca derribaba esa barrera").
En los momentos bajos, Joe Albany solía tocar en bares, pizzerías... En el documental se le puede ver tocando en un sitio algo más decente, el West End Café de Nueva York, y le oímos interpretar una buena cantidad de temas en un momento de su vida en que la lucidez acompaña a sus dedos. Toca "Billie's Bounce", "Round Midnight", "Lush Life"... La misma humildad de sus confesiones a viva voz aparece en su piano cuando toca solo. Albany se confiesa, se valora, mira atrás y nunca se defiende. Admite haber buscado la voz de Dios y haber encontrado el jazz, "el estado ideal en el que las personas reprimidas pueden expresarse". Habla de las tentaciones y se confiesa una persona sensual, proclive a caer, como todos los artistas,
Un documento imprescindible para escuchar a Joe Albany en un momento de lucidez y madurez personal y musical. Sin embargo, quizás la humildad en la voz del pianista, su calmada sinceridad, acabe por parecernos atroz. En este momento es cuando mi defensa de la ficción, de la realidad narrada, toma fuerza y constato que un actor interpretando a un personaje real puede estremecernos más que un documental si el guión nos hace seguir la historia con la misma vehemencia con que vivimos la nuestra. ¿Docu o drama? Particularmente, recomiendo visionar los dos vídeos, pero me quedo con la película.
_______
El documental se puede ver completo en
* Vimeo: https://vimeo.com/ondemand/joealbanyajazzlife
* Jazz on the Tube: www.jazzonthetube.com/videos/joe-albany/a-jazz-life.html
En los momentos bajos, Joe Albany solía tocar en bares, pizzerías... En el documental se le puede ver tocando en un sitio algo más decente, el West End Café de Nueva York, y le oímos interpretar una buena cantidad de temas en un momento de su vida en que la lucidez acompaña a sus dedos. Toca "Billie's Bounce", "Round Midnight", "Lush Life"... La misma humildad de sus confesiones a viva voz aparece en su piano cuando toca solo. Albany se confiesa, se valora, mira atrás y nunca se defiende. Admite haber buscado la voz de Dios y haber encontrado el jazz, "el estado ideal en el que las personas reprimidas pueden expresarse". Habla de las tentaciones y se confiesa una persona sensual, proclive a caer, como todos los artistas,
Un documento imprescindible para escuchar a Joe Albany en un momento de lucidez y madurez personal y musical. Sin embargo, quizás la humildad en la voz del pianista, su calmada sinceridad, acabe por parecernos atroz. En este momento es cuando mi defensa de la ficción, de la realidad narrada, toma fuerza y constato que un actor interpretando a un personaje real puede estremecernos más que un documental si el guión nos hace seguir la historia con la misma vehemencia con que vivimos la nuestra. ¿Docu o drama? Particularmente, recomiendo visionar los dos vídeos, pero me quedo con la película.
El documental se puede ver completo en
* Vimeo: https://vimeo.com/ondemand/joealbanyajazzlife
* Jazz on the Tube: www.jazzonthetube.com/videos/joe-albany/a-jazz-life.html