El gallego Marcos Pin, uno de los guitarristas más sólidos, creativos y proactivos del actual jazz español, abandona momentáneamente sus deliciosos experimentos de la serie Duology para volver al estilo que más me gusta: el hardbop. Lo hace con un disco conceptual, cuyo leitmotiv es ese sentimiento de ser artista, una afección espiritual que se mueve en otra dualidad: la del valor real contra la ignorancia social que rodea al Arte.
El concepto.
Con una contundente portada, el músico de jazz nos muestra la miseria de ser artista en los tiempos que corren, que si bien es cierto que en España las artes nunca han sido muy valoradas (ni por la sociedad ni por los gobernantes) en estos tiempos de "cultura" fácil, de adicciones como el Whatsapp y la fast food televisiva, Broken Artist es una declaración de intenciones. El álbum no habla del artista famélico sino de ser músico, de ser músico de jazz (que es algo diferente) y de luchar por seguir siéndolo a pesar de los malos promotores, de los dueños de los bares, de los horarios, de la pasta... Ese es el concepto del disco. Me lo contó el mismo Marcos en una
conversación bastante sincera en la que me habló de sus tribulaciones como músico de jazz, algo que dio lugar a un relato del que hablaremos después.
El diseño.
El disco viene en un formato que imita a los antiguos EP's de 7" (un CD normal de 12 cm en una carpeta de cartón en 17x17 cm) con un diseño que nos retrotrae a otra época, recordando a las traseras de los LP's de Blue Note. En el interior, un tríptico con fotos y un relato sobre un músico de jazz (roto) escrito por este que firma, un relato inédito, compuesto especialmente para el disco y que no encontrarán en Noche de jazz, otro elemento más que certifica que Broken Artist es un proyecto único, mimado largamente y muy cuidado.
El estilo.
Pero hablemos de la música. Broken Artist es un disco de hardbop, un estilo que le viene al dedillo a la guitarra (nunca mejor dicho) y a un guitarrista tan fresco y con tanto swing. Además, lo escuchamos en el formato de quinteto clásico, con un sonido brillante que llama a modernizar el concepto de hardbop, pero manteniendo el mismo espíritu, fiel a aquel movimiento que en los 50 hizo de las armonías complejas su bandera, que recuperó el sentimiento de blues y que nunca defrauda. Para superar esos efectos de fumador
pasivo, de músico explotado, de los que hablamos, Marcos renace de las cenizas como haría un
genio (artístico, se entiende) y contraataca con composiciones inspiradísimas y clásicas al mismo tiempo, y lo hace sin reparar en
gastos (intelectuales, se entiende),
con unos músicos de lujo y unas composiciones de arreglos fastuosos. ¡Que se jodan los
tacaños! Pero escuchemos un tema antes de continuar hablando.
Los temas.
Lo mejor de Broken Artist es que la música cuenta todas estas historias de denuncia en un tono optimista y con un sonido natural, aparentemente fruto de la espontaneidad, algo
que me gusta tanto y que es especialmente apreciable en la forma en que
se suceden los solos (por ejemplo) en "Blind Hope" y, de manera más
nítida, en "Castanho's Reed". Los temas cantan (a ritmo de hardbop) ese espíritu
irreductible del músico como creador/trabajador que sobrevive más que por dinero por amor al jazz (esa "Blind Hope" que es lo único que alimenta al músico, según las notas del libreto).
1. Desde los primeros compases, queda claro que el saxo de Pablo Castanho comparte protagonismo con la guitarra y que, siendo el único instrumento de viento, asume con ésta los chorus. "Blind hope" es una buena muestra de ello. Su espectacularidad y el que todos los músicos tengan un solo recuerda a los discos de Blue Note, que siempre comienzan con un tema pegadizo e inolvidable.
2. El segundo corte, "Lullaby For My Two Boys" es una nana triste. Habla del músico que regresa a casa desde otro mundo (el de los escenarios) y nota que ha perdido un tiempo de la vida real en un sueño que no siempre compensa. Especialmente destacable, el piano de Yago Vázquez, con algún toque de blues memorable y un delicado y preciso diálogo constante con el saxo y con la guitarra, con un buen solo al que Marcos Pin corresponde con una emotiva intervención de la guitarra. En la coda, el piano nos lleva más allá, por la Tercera Vía, a un punto impresionante.
3. "I Love You Too" está basado en los cambios del estándar "I Love You" y es una locura de tema para mover los pies, con una guitarra enorme. Puro hardbop. Como los demás, es un tema-denuncia que habla de los falsos halagos y de los promotores que doran la píldora a los artistas para nunca contratarlos. Un clásico.
4. "Castanho's Reed" es un tempo medio muy intenso, con 9 minutos donde el blues amenaza a la partitura, con un saxo meditativo, cargado de recursos, y una buen ración de solos.
Pablo Castanho al saxo |
5. "Carmen's Call" es, en palabras de Marcos, un tema divertido. Habla de promotores de jazz que no entienden de jazz, de gente que consigue beneficios de actividades que no aprecian... Es una denuncia del negocio (o más bien, de los negociantes) con un Pablo Castanho muy agresivo, potente y con una manera de acabar las frases que refleja cierta dosis de rabia por parte del Artista Roto. Igual fuerza y agresividad escuchamos en la sección rítmica (Alfonso Calvo al contrabajo y Andrés Rivas en la batería) y, en especial, en el piano. El solo de guitarra viene a encauzar toda esta rabia con un ritmo acelerado y virtuoso como para dejar callado al promotor más cicatero. Un tema muy free y guerrillero que sólo encuentra paz en el último compás.
6. "Vulpecula" es el tema que cierra el álbum, una balada muy lírica en la que el diálogo entre los instrumentos construye una belleza hipnótica que nos arrastra hasta el final del disco durante más de 7 intensos minutos. El título alude a la constelación del mismo nombre y nos hace levantar la vista al cielo para después mirar abajo a fin de comprobar si estamos flotando en el espacio o es la música... Un tema bellísimo.
Broken Artist es todo un festival.
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* Web oficial: www.marcospin.com/
** Fotos: Rafa Pasadas (www.rafapasadas.com)