Marcel·lí Bayer, 1680 (Discordian Records, 2014)
1680 fue el año en el que se restauró la ermita de Sta. Eugènia de Relat, en Avinyó. Dicho así, parece que no estemos en un blog de jazz y quizás hoy no sepamos exactamente dónde estamos pero sí lo que queremos invitarles a escuchar. Aprovechando la acústica de esta ermita románica y la inspiración de su arquitectura, Marcel·lí Bayer se trasladó hasta allí en septiembre de 2014 para grabar su nuevo álbum, 1680 (Discordian Records), un disco valiente y nada usual, ajeno a los cánones, no apto para oídos puristas sino para oídos inocentes, capaces de disfrutar de la sorpresa, de lo inesperado y de eso que buscamos siempre los melómanos: un sonido nuevo.
Es más habitual entre los pianistas de jazz encontrar discos grabados en solitario, pero mucho más insólito encontrar un one-man-album de un saxofonista (o de cualquier otro instrumentista de jazz). Sin embargo, como el mismo Marcel·lí nos comentaba, ya lo hicieron antes Lee Konitz, Colin Stetson y Steve Lacy, quien comenzó a usar este formato en los 70 (Solo, 1972).
Es más habitual entre los pianistas de jazz encontrar discos grabados en solitario, pero mucho más insólito encontrar un one-man-album de un saxofonista (o de cualquier otro instrumentista de jazz). Sin embargo, como el mismo Marcel·lí nos comentaba, ya lo hicieron antes Lee Konitz, Colin Stetson y Steve Lacy, quien comenzó a usar este formato en los 70 (Solo, 1972).
Después de su celebrado Les Narrations (Whatabout Music, 2013). Marcel·lí Bayer, a quien conocimos con su noneto tocando temas propios y acompañado de Lee Konitz, cambia aquí de registro y hace gala de una gran versatilidad tocando en este álbum los saxos soprano, alto, tenor y barítono, clarinete y clarinete bajo, además de componer y encargarse personalmente de la producción con la única ayuda de Quim Puigtió en las mezclas, un trabajo artesanal que recuerda los primeros tiempos del jazz grabado y que añade un valor extra a este insólito trabajo.
1680 es un ambicioso despliegue de temas en los que Marcel·lí Bayer, con toda su imaginación y su experiencia, se deja la piel. Pero no se equivoquen, no les espera aquí un muestrario de fuegos artificiales ni una exhibición de acrobacias musicales para demostrar hasta dónde puede llegar un saxofonista, no. 1680 contiene música evocadora, muy imaginativa, con la que Marcel·lí Bayer muestra un gran despliegue técnico y creativo. Sí, hay también poderío instrumental, respiración circular, growling, un gran abanico de técnicas..., pero prima lo creativo y quizás lo único achacable al repertorio sea la abundancia de temas (25) y su brevedad (de 2 minutos cada uno), una exuberancia que puede aturdir al oyente, ya que no bien uno comienza a asimilar una melodía, llega la siguiente. Destacaremos, como siempre, por destacar (porque el disco es para escucharlo completo y de un tirón) que nos han enamorado algunos temas como "La catifeta" y "Azuwe Namba".
A pesar del conocido bagaje profesional de Marcel·lí Bayer, quizás su nuevo y sorprendente disco esté más cercano a la música culta contemporánea que al jazz tradicional (o moderno), al que sólo se acerca en los momentos de improvisación , pero si es jazz o no es jazz, es algo que ha dejado de interesarnos al tercer tema. Es música improvisada, colorista, imaginativa, y eso nos gusta.
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* Web oficial: http://marcellibayer.wordpress.com
** Foto: Dani Álvarez (http://wayyoulooktonight.wordpress.com)
*** Foto de la grabación: Alexandra Garzón.
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* Web oficial: http://marcellibayer.wordpress.com
** Foto: Dani Álvarez (http://wayyoulooktonight.wordpress.com)
*** Foto de la grabación: Alexandra Garzón.