Esta mañana, por una de esas casualidades que a veces se producen, preferí escuchar la radio a poner un disco. Sintonizando esa maravilla que es Radio 2, me encontré con Un americano en París. Me dejé llevar y terminé enlazando con la retransmisión en directo del concierto de la Orquesta Nacional de España, a punto de comenzar. El programa era singular y no muy usual en la ONE: cinco piezas clásicas que se acercaban tangencial o rotundamente al jazz. Gershwin (¿cómo no?), Bernstein, Shostakóvich (qué curiosidad) y los desconocidos (para mí) Darius Milhaud y André Jolivet. ¿Cómo resistirse? No lo sabía aún, pero tenía por delante dos horas y veinte de sonidos excitantes y desconocidos, de pura aventura musical...
Dirigida por el valenciano Jordi Bernàcer, cuatro de las piezas del programa eran estrenos para la Orquesta Nacional de España. La que me ha parecido más interesante ha sido La creación del mundo, de Darius Milhaud. Puede que su título no parezca el de una pieza de jazz; sin embargo, esta obra de 1922 responde a muchos cánones jazzísticos (que el compositor recogió de primera mano durante su estancia en Harlem ese mismo año) y resulta una magnífica introducción... aunque en su época, el estreno fue más un escándalo que un éxito.
Enrique Pérez Piquer |
A continuación, suena Prelude, Fugue and Riffs for Clarinet and Jazz Ensemble, que fue compuesta por Bernstein originalmente para la orquesta de Woody Herman en 1949 pero que no se pudo estrenar hasta 15 años después porque, cuando estuvo terminada, la orquesta de Woody Herman se había disuelto. Para los puristas del jazz, esta pieza quizás no sea más que una composición barroca que se acerca de tanto en tanto a formas del jazz derivadas (o cercanas) al vodevil o a la música de las bandas callejeras de Nueva Orleáns. Es, a pesar de todo, un ejercicio más que interesante de eclecticismo que vale la pena escuchar. El solista era el clarinetista Enrique Pérez Piquer.
La trompeta es la protagonista en casi todas las piezas, si bien los solistas van cambiando de una a otra y no nos hemos podido quedar con todos los nombres (cosas del directo) si bien destacamos la sordina de Manuel Blanco en el Concierto para trompeta y orquesta no. 2 de Jolivet, originalmente concebido como un ballet, y la presencia del cuarteto de saxofones Sigma Project.
La suite de Porgy & Bess (más conocida como Catfish Row para diferenciarla de la otra suite, más extensa) es el punto culminante, pero el concierto termina con Shostakóvich. Su Suite para orquesta de jazz no. 2 fue compuesta para la Escuela Estatal de Jazz de Victor Knushevitsky en la Rusia soviética de 1938. La partitura se perdió durante la II Guerra Mundial y reapareció en forma de partitura para piano a final de los 90. Las formas tienen poco que ver con el swing pero algunos elementos son especialmente llamativos y excitantes para el oído experto.
Cinco formas de acercarse al jazz, cinco visiones de compositores "cultos", que nos recordaron que en la música no hay fronteras ni etiquetas definidas sino un afán constante de evolución, mestizaje y movimiento hacia el infinito.