Estamos seguros de que si Django levantara la cabeza y pudiera medir la universalización del jazz manouche sonreiría, complacido. El cuarteto Jazz de Marras es un buen ejemplo de ello, ya que su disco no es un homenaje más al belga sino una colección de composiciones originales a la altura de las expectativas más exigentes. El protagonismo del clarinete (o del saxo alto según el tema) sobre las rítmicas de las guitarras añade perspectiva a una música que, a priori, podría ser fácil de encasillar. Pero no lo es. JDM, al contrario que otros músicos de jazz manouche, van más allá de las simples acrobacias y ejercicios de velocidad e imprimen una solidez y una elegancia inusuales a sus temas incorporando a su sonido europeo/gitano tonalidades de swing y de hot jazz.
Colorido y ritmo donde otros músicos proponen modernidad para ocultar su falta de swing.
A Jazz de Marras les descubrimos en 2009 cuando hicieron la banda sonora del corto Tachaaan!, que pueden ver (y escuchar) en este enlace. Manu Velasco Contreras (clarinete y saxo alto), Luis Berraquero (guitarra manouche), Pablo Benavent Viñuales (guitarra acústica) y Fran Real (bajo eléctrico y contrabajo) son los músicos bajo los cuatros sombreros Borsalino. Su disco, grabado en Sevilla, es la consolidación de su experiencia en las tablas, en festivales de jazz de España, Francia y Portugal, en conciertos benéficos y como grupo de jazz de calle, algo tan complicado como divertido. Expresividad (maravilloso el tema "Rita's tune"), colorido ("Infierno robot"), inspiración ("Lugares comunes") y descaro ("Capricho serrano") son algunos de los adjetivos que se nos ocurren mientras escuchamos los 11 temas del álbum, pero nos quedaríamos cortos y, como a veces las palabras no lo dicen todo, les prestamos este video para que lo experimenten por ustedes mismos:
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* Más info: http://www.jazzdemarras.com