MILES AHEAD, LA PELÍCULA

Miles en el punto de mira

Puede que nuestro subtítulo pueda parecer un tanto llamativo, pero si adelantamos (y no es spoiler) que la película sobre Miles comienza con una persecución y continúa con disparos... entonces la metáfora de cine negro podría valer. Dejémoslo en el hecho de que todos los aficionados hemos tenido puesto el punto de mira en esta película desde que en 2009 se sopesó la posibilidad de cancelar esta película hasta que hace un par de años el proyecto resucitó gracias al tesón de Don Cheadle. Ahora, por fin, se estrena en España este original biopic que retrata un episodio que pudo (o no) suceder durante una de las épocas más conflictivas y curiosas de la carrera de Miles Davis.



Frances, en la portada de
Someday My Prince Will Come,

es uno de los leitmotiv de la película
No es precisamente Miles Ahead una cinta narrada al estilo de Hollywood. Cheadle manifestó que así lo quería y cambió repetidamente de guionista y de argumento. El resultado es un film amorfo pero interesante, donde las contradicciones se complementan para conformar un rompecabezas que aumenta su valor si el espectador conoce los entresijos de la vida de Miles Davis, en especial si conoce la época en la que transcurre la trama principal. En este sentido, la primera contradicción que uno encuentra es el título de la película (el título de un álbum de 1957) cuando está ambientada en el periodo de silencio de Miles (1975-1980), durante el cual no grabó ni lanzó nada. Sin embargo, el uso de flashbacks, siempre apuntando hacia su matrimonio fallido con Frances Taylor (se casaron unos meses después de lanzar este disco) justificaría el título de la película, que encierra también (¿por qué no decirlo?) cierta poética mirada hacia Miles "en la distancia". Frances (hoy) Davis está involucrada en la producción de la película.
Si quieres contar una historia, ten un poco de actitud, viejo. No seas tan sentimental con esto.
Quizás hubiera sido más interesante y positivo para la imagen de Miles enfocar el argumento hacia su regreso tras esa época de sequía creativa, con otra historia de amor, la de Cicely Tyson, de quien ya hablamos aquí hace tiempo; pero, como en el caso de Born To Be Blue, de la que hablaremos más adelante, es fundamental en la historia la presencia de una musa o, en el caso de Miles Ahead, la ausencia de esa musa que le hacía "tocar como nunca había tocado".
No me gusta esa palabra, "jazz". No lo llames jazz, tío. Es una palabra inventada. [...] Es "música social".
Otro elemento con el que juega la película continuamente y con el que es fácil hipnotizar a los fans de Miles es la recreación de escenarios que hemos visto una y mil veces en entrevistas, clips de vídeo, DVD's..., como los estudios de Columbia durante la grabación de Porgy & Bess con Gil Evans y Teo Macero, el  Village Vanguard, el estudio de su casa, las actuaciones para la televisión o la recreación de esa entrevista con la que comienza la película...
Don Cheadle, casi Miles.
Sobre Cheadle como director no hay mucho que decir. La película es veloz y los pocos actores parecen bien encajados en sus papeles. El suyo propio (dirigirse a uno mismo es siempre un riesgo a evitar) está bien dibujado, con las poses tan famosas de Miles al tocar (tanto en su época joven y elegante como en sus últimos conciertos, casi agachado), su voz rota, sus repetidos So what! como respuesta, sus problemas de cadera y los respiratorios a causa de las drogas; todos esos tics que hemos visto y oído en tantas entrevistas están ahí, en la interpretación de Cheadle, a pesar de lo cual no creo que haya terminado de convencer a ningún aficionado de que él es o pudiera ser Miles, aunque el esfuerzo queda patente.

El (aparente) absurdo de contar la historia de un músico durante una época en la que ni tocó ni grabó queda subsanado gracias a los saltos narrativos. Así, se pueden escuchar durante la película temas de Agharta, On The Corner, Kind of Blue, Filles de Kilimanjaro, Bitches Brew...; por supuesto, no en orden cronológico. Esta banda sonora de la película alterna grabaciones originales de Miles con recreaciones a cargo de músicos actuales. Keyon Harrold pone sonido a la trompeta que "toca" Don Cheadle. 

La película, intensa y en apariencia falta de estructura, podría ser un reflejo de la vida de Miles, de sus experimentos electrónicos y también de la decadencia en que se sumió en los últimos años de su carrera, donde, aunque seguía enamorando con sólo dos notas y seguía siendo capaz de reunir a músicos jóvenes para cambiar la Historia del Jazz una y otra vez, parecía el músico más indeciso del mundo. Era un glorioso caos hecho persona. Con todo, me parece una película válida, quizás sólo un relato corto en lugar de una novela sobre su vida, de la que se podría escribir infinitamente mucho más. No es una gran película pero creo que es de visión obligatoria para todo el que ame el jazz o sienta algo por Miles. El final de la cinta (no creo que esto se pueda considerar spoiler) les dejará como al principio, con la misma inquietud y con una tensión narrativa que nunca queda resuelta. La actuación final, donde podemos ver y escuchar reunidos a músicos de la talla de Herbie Hancock, Wayne Shorter, Esperanza Spalding, Antonio Sánchez,.. no hace sino acentuar esta sensación de que no nos han querido contar el final... El tema que interpretan es "What's Wrong With That?" y está compuesto por Robert Glasper y (sí) el propio Don Cheadle.

Sean o no fieles a la realidad, los biopics de jazz permiten a los aficionados soñar con haber estado allí, en esos momentos que se recrean en la pantalla. ¿No es suficiente? A este que firma le basta con escuchar a este Miles diciendo eso de "Don't call it jazz".