La inquietante portada del álbum, un fotograma de la película Sittin' Pretty (Leo Carey, 1924) nos anuncia ya un proyecto original. El título lo confirma: In Lak ' Ech, Hala Ken ("Yo soy otro tú, tú eres otro yo" en lengua maya). El trombonista Víctor Correa basa su inspiración en su experiencia mexicana y lo define como su proyecto más personal. En muchos aspectos, se sale de convencional, y esto, en el jazz, es decir mucho.
In Lak ' Ech, Hala Ken comienza y termina a ritmo de bebop, a toda máquina pero, para llegar al final, hemos de pasar por un laberinto musical no exento de originalidad y audacia en el que la atonalidad, el ruido y la expresión sin cortapisas están permitidas. Tras varios años tocando y conectando con escenarios (a priori) muy diferentes en México, Correa volvió y grabó este disco en Barcelona, y lo hizo rodeado de jóvenes y conocidos músicos (Toni Saigi al piano, Jaume Llombart a la guitarra, Marc Cuevas al bajo y Ramón Prats en la batería) que, como en el título, se reflejan unos en otros en buena compenetración.
Víctor Correa sale de la zona de confort (ese bebop moderno pero bebop al fin y al cabo) del primer tema ("Carballiño Blues") enseguida, construyendo una balada ecléctica que aúna elementos ajenos al jazz. Mayte Alguacil pone la voz buscando un impresionismo que rompe lo que conocemos como balada. El sonido del trombón aumenta la teatralidad del tema. Desde un punto de vista más purista, vale la pena escuchar el solo de contrabajo a cargo de Marc Cuevas. "Alalma (Felicidad)" suena a continuación, un experimento que juega a retener el ritmo y donde Correa experimenta con las sonoridades menos musicales del trombón, unísonos juguetones y un ambiente enrarecido y expresionista. Un inesperado solo de guitarra (Jaume Llombart) aporta un lirismo exótico al tema, explorando también sonoridades inusuales. "Paranoia" podría servir para definir el espíritu especulativo del álbum. Ritmos sincopados, libertad atonal y melódica, ruido, efectos... "Solo" es un ejercicio de expresión personal y sin límites, donde el trombonista explora todas las posibilidades sonoras (musicales o no) del instrumento. El resultado es un tour de force donde instrumento e instrumentista se ponen a prueba. Nos recuerda experimentos igualmente originales y personales como los del saxofonista Marcel·lí Bayer. El final del álbum es una vuelta al principio. "Used Twice", puro bop. Vuelta a la raíz.
Les dejo con dos ejemplos del disco que van del bop al free; para algunos, el yin y el yan.
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* Web: www.victorcorrea.info