La obra maestra
KIND OF BLUE es el mejor disco de jazz de la historia. Puede sonar pretencioso o exagerado. Lo es. Es el mejor disco de jazz de la historia. Y no sólo porque sea el disco de jazz (en estado puro, sin mezclas remezclas o zarandangas modernas) más vendido de la historia.
En Kind of blue confluyen el genio de Miles Davis, la inteligencia de unas composiciones que Miles confió en sus músicos como un padre da unos consejos a unos hijos en los que confía, la elegancia de Bill Evans… Kind of blue está en la cima del jazz. Haciendo una extraña pirueta con las palabras, es cuestión de equilibrio. En los temas de este disco se aúna y equilibran todos los estilos de jazz inventados hasta entonces. Si lo escuchas en vinilo, el placer ya es insuperable.
Completan el combo: Bill Evans, al piano (sustituido por su amigo Wynton Kelly en Freddy Freeloader); Paul Chamber, al bajo; Jimmy Cobb, a la batería; John Coltrane, al saxo tenor y Julian “Cannonball” Adderley, al saxo alto.
Editado en agosto del 59, supuso el clímax del jazz modal del que Miles venía hablando desde Milestones, nada de improvisar a partir de los tonos y de la melodía con progresiones de acordes: se trataba de trabajar a partir de los modos (escalas). Según cuenta la leyenda, Miles llegó al estudio de la Columbia en la Calle 30, un edificio de techos altos que había sido usado por los inmigrantes rusos como iglesia, el 2 de marzo de 1959 con unas partituras que había escrito durante la noche y las repartió a los músicos.
Eran cinco composiciones totalmente originales. Nada de standards ni ensayos: improvisación. ¿No es esta la esencia del jazz? Como escribe Evans en la contraportada del LP, ninguno de los músicos había ensayado ni siquiera leído las partituras antes de grabar. De hecho, Miles las había compuesto la noche antes, una por una. No eran partituras completas, sino breves esbozos de unas melodías sobre las que los músicos debían aplicar las normas de la improvisación modal y su propio genio. Sólo un corto ensayo y a grabar. Un subterfugio tan arriesgado como brillante para conseguir que los artistas se centraran en su interpretación. En un combo tan pletórico de luminarias del jazz como el de este disco, podría haber ocurrido de todo, pero el resultado es simplemente fabuloso.
Desde el comienzo aparentemente clásico (Bill Evans se había formado académicamente en la música clásica), con esa línea de bajo a la vez elegante y seductora, la música nos envuelve en una atmósfera perfecta, vital, redonda, donde todos los temas encajan unos con otros sin distorsiones, como si no hubieran sido creados como piezas individuales sino como una obra de conjunto.
Cinco temas que aún hoy siguen sorprendiendo, que siguen siendo imitados, versionados, un disco que se regala y se disfruta; un icono, y no sólo del jazz: el cine ha usado a Miles y especialmente los temas de Kind of blue en infinidad de ocasiones. Sin ánimo de ser exhaustivos, pongamos unos ejemplos: todo el mundo recuerda que el personaje de Julia Roberts en “Novia a la fuga”, película que me obligaron a ver, regala al de Richard Gere un vinilo de Kind of blue, aunque el tema de Miles que suena en la película es It never entered my mind; So what suena en “Pleasantville” (1998) de Gary Ross, en “Bésame antes de morir” (1991) de James Dearden y en “Absolute beginners” (1986) con letra; podemos oír Blue in green en “Levity” (2003) de Ed Solomon; el personaje de Clint Eastwood, singular jazzmen, en “En la línea de fuego” (1993) en una escena del film deja las llaves junto a la portada de Kind of blue mientras se escucha All blues; Flamenco sketches está en la banda sonora de “Una historia del Bronx” (1993) dirigida por Robert de Niro, en la de “Sneakers: los fisgones” (1992) de Phil Arden Robinson y en “Basquiat” (1997). Casi todas son películas de los últimos quince años, lo que demuestra la vigencia del disco, aunque sólo sea como icono.
Y todo ello creado en dos sesiones. Parece increíble. La segunda tuvo lugar en abril del mismo año. En total, nueve horas de grabación que dieron lugar, a una obra maestra. Como ya hemos dicho más arriba, Miles escribió los esbozos de los temas durante la noche antes, aunque se dice que el propio Bill Evans tuvo que ayudarle a retocar estas partituras improvisadas para que los músicos pudieran tocar a partir de ellas. De hecho, hay quien cuenta que Blue in green es una composición de Evans, así como parte de la autoría de Flamenco sketches, y cada músico puso lo suyo, pero en definitiva ¿no son todas las grabaciones de jazz creaciones corales?
Recomendable:
Ashley Khan Miles Davis y Kind of Blue, la creación de una obra maestra (Alba Editorial, 2002), con prólogo del baterista Jimmy Cobb.