JAVIER BRUNA Y UN PIANO

JAVIER BRUNA, Suite mínima (2024)

Este debe ser un artículo necesariamente mínimo (y breve) sobre una obra muy breve, una suite para piano en cuatro movimientos que dura solo 7 minutos. Dicho así, podría parecer un capricho, la obra de un artista perezoso o incluso un chiste, pero no lo es. En esos 7 minutos hay tanto sentimiento, tanta luz, tantas referencias al impresionismo de Satie o las teorías de Mompou que se agradece la brevedad para poder escucharla una y otra vez, una y otra vez...

El artista "perezoso" es nada más y nada menos que Javier Bruna (Tudela, 1975), a quien todos conocemos como saxofonista (también flautista) y como compositor prolífico que ha transitado por terrenos tan movedizos como la fusión de folkore con jazz en su proyecto Bruna Sonora (Tarareando fue su debut como líder en 2018), la samba (Sambay), el jazz moderno (Jazz in Trio) o increíbles rapsodias llenas de influencia como su reciente Ritual de 2022, donde ponía sobre la mesa herencias musicales que iban de Manuel de Falla al swing, pasando por Cuba, la bossa nova, Gershwin...

En esta obra Suite mínima con un solo músico, la pianista Bea Montero, que asume con precisión y una conmovedora sutileza las ideas de la partitura, delicados acordes cambiantes, notas sueltas, impresionistas, que no eluden una búsqueda de la belleza y que nos llevan en algún compás a Debussy.

Puede que no sea jazz ni vanguardia, pero su belleza y valentía deja todo dicho... en 7 minutos.



* Se publica el 1 de dciembre. 

* Web de Javier Bruna: www.javierbruna.com 

SWINGING TENERIFE

FILIPPO DALL'ASTA, The Hot Club of Tenerife (2024)

El título es un guiño a los nostálogicos que añoramos a Django Reinhardt y su Quintette du Hot Club de France. Solo por eso merece una escucha. Pero el guitarrista italiano Filippo Dall'Asta va más allá porque da una nueva dimensión al Gypsy Jazz fusionando otras culturas musicales (rock, pop, folk...) para que suenen con la estética del swing gitano. Estas atrevidas fusiones y un potente sonido hacen que este disco no deje indiferente al oyente. 

Filippo Dall'Asta es un músico italiano nacido en Parma, donde comenzó a tocar la guitarra a los 5 años, para después estudiar en Alemania, Francia, Holanda y la India, de donde se trajo ideas para su primer álbum, Mediterasian, donde hacía Gypsy jazz con influencias de música hindú. En 2022 toma la decisión de trasladarse a Tenerife, lo que explica el carácter aventurero del álbum y su título. Grabado en los Estudios Manzana, de San Cristobal de La Laguna, el lanzamiento de The Hot Club of Tenerife no hace sino recordarnos que Las Islas Canarias vuelven a ser foco de inspiración para el gypsy jazz, como ya escuchábamos hace unos meses en el disco de Marion & Sobo Band inspirado en la isla de la Gomera. Naturaleza, aire cálido y mar; inspiraciones para un estilo tan salvaje y placentero como el de Dall'Asta. 

El guitarrista está rodeado en este disco por una potente banda formada por Kepa Martínez tocando el clarinete, Yeray Herrera a la guitarra rítmica, Agustín Buenafuente al contrabajo y Fernando Angulo en la batería. A ellos se suma un cuarteto de cuerdas en uno de los temas. La sincera interpretación de la guitarra de Dall’Asta y la fluidez melódica y festiva del clarinete ("After You've Gone"), nostálgica en temas más lentos ("Not Yet, Sofia!"), mantienen el foco en todo momento. Los punteos de Dall'Asta tienen esa síncopa del buen swing y juego con los cambios de armonía de una manera sutil y juguetona. 

En cuanto al repertorio, encontramos sorpresas y más sorpresas. El toque pop de "Lonely" (una versión del "Mr. Lonely" de Bobby Vinton cantada en español con un aire naif y pegadizo) es el vehículo perfecto para un solo breve pero bellísimo de guitarra. Más canalla es la versión de "Cherokee", donde trae el bebop a su propio terreno con virtuosismo y un ritmo endiablado. El clásico "The Man I Love" de Gershwin suena aquí a un tempo más rápido que el habitual y eso le confiere un aire aun más melancólico. El enfoque de la melodía en los dedos de Dall'Asta y el solo de contrabajo aumentan esta sensación. A un ritmo alto suena también "Softly As In A Morning Sunrise", lleno de buenos momentos individuales y con un guiño a Nirvana en la coda...

Pero también hay cinco temas originales escritos por Dall'Asta en los que da rienda suelta a su virtuosismo con ritmos acelerados ("Mona Lee") y a su expresividad en melodías inspiradas o en baladas que son como nanas, como esa dulce "Nico's Dream", que comienza con la vieja melodía francesa atribuida a Mozart "Twinkle Twinkle" (la que en España llamamos "Campanitas del lugar"). 

Filippo Dall'Asta presenta en este álbum un sonido homogéneo dentro de un repertorio variado y entretenido, lleno de sorpresas y momentos musicalmente originales, una saludable perspectiva contemporánea para disfrutar de este estilo que ya es centenario, el Gypsy jazz. Muy recomendable. 






NINE, NINE, NINE

RAÚL SAINZ DE ROZAS, 999 (Errabal Jazz, 2024)

Raúl Sainz de Rozas es uno de esos guitarristas inagotables cuya carrera viene expandiéndose de lejos. Pionero del jazz en el País Vasco desde los años 80 con grupos como Pork Pie Hat o Infussion y fundador de Funk Collective, lo escuchamos por última vez con Organizing, un cuarteto de guitarra y Hammond con saxo. Formado en guitarra clásica en el Conservatorio “Juan Crisóstomo de Arriaga” de Bilbao, estudió posteriormente con profesores de la talla de Joe Pass, Carlos Gonçalvez y Kurt Rosenwinkle. Con esta feliz dualidad, ha sido docente de guitarra clásica y de jazz en la Escuela de Música “Andrés Isasi” de Getxo y en el Conservatorio Superior “Musikene” de San Sebastián. Fruto de toda esta experiencia es su nuevo disco, titulado 999 (Nine, Nine, Nine), primero a su nombre, un ejercicio de heterogeneidad donde une estas dos sensibilidades estéticas, resultando un disco de un eclecticismo lleno de elegancia. 


Andrej Olejniczak (saxo), Juan Luis Castaño (batería), Javier Mayor (contrabajo), César Giner (bajo eléctrico) y Nika Bitchiashvili (violín) le acompañan en estas grabaciones, donde podemos escuchar estéticas muy diversas. El disco comienza, por ejemplo, con un tema a guitarra sola ("Diciembre"), a caballo entre guitarra clásica, notas de blues y buscando una estética contemplativa a lo Pat Metheny... También hay temas funk ("Mic Mic", con un fantástico solo lleno de distorsiones), dos composiciones originales que rinden homenaje a quien fue su profesor, Joe Pass ("Lord Castle", lleno de citas, y "Olga decir") o a otro maestro más moderno como es Steve Swallow (interpretando su "Falling Grace" sin acompañamiento), referencias clásicas ("Variaciones sobre Alice in Wonderland", "Vals de las nubes calladas"), ritmos brasileños ("Samba do Lidia") donde tanto sus acordes de acompañamiento como su solo sincopado justifican la escucha, malabarismos manouche ("Al Faro"), incluso free jazz: el tema que da título al álbum ("999") es un contrafact de aquel inquietante collage de The Beatles que se llamó "Revolution 9", acercando aquel tema experimental al free jazz (porque aquí sí suenan instrumentos).

Un repertorio escurridizo pero matizado con el estilo personal de Sainz de Rozas, contemporáneo sin renunciar a la tradición, sofisticado por la complejidad, buscando siempre la armonía que sorprende, el acorde inesperado, el equilibrio en la dificultad... No es un disco fácil de escuchar, en especial porque es muy heterogéneo, pero contiene tantas influencias y tanto virtuosismo que engancha.



* Más info: raulsainzderozas.es

LA FLAUTA QUE CUENTA HISTORIAS

NEUS PLANA TURU, 12.12 (Microscopi, 2024)

Cuando uno tiene hijas pequeñas aprende a desconfiar de los discos que llevan la portada rosa; pero el prejuicio se desbarata cuando se desprecinta el disco de Neus Plana Turu y comienza a sonar un jazz complejo, maduro, lleno de referencias reconocibles sobre las que sobrevuela una voz personal, ágil, versátil, que no solo domina el lenguaje de la flauta travesera sino  que se expresa, como buena políglota jazzística, en un idioma mestizo que aúna jazz, flamenco, armonías clásicas y ritmos árabes. Licenciada también en Psicología, Neus toca con un sentimiento holístico: "interpretación, pedagogía y terapia forman un todo". 

Neus Plana Turu se expresa con virtuosismo y sentimiento, con fraseos cálidos que no buscan el lucimiento ni el efectismo fácil sino el sentimiento. Nacida en Tarragona en 1988, comenzó con la flauta travesera con 8 años para concluir su formación en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC). Después se formó en improvisación en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, interesándose por las músicas karnáticas, por el jazz (lo que le llevó a estudiar en el Taller de Músicos de Barcelona) y por el flamenco, cursando un máster de flauta flamenca también en la ESMUC. Ha sido miembro del quinteto de viento Mon Art, de la banda de percusión corporal SSM Big Hand, del espectáculo La Gran Fuga y del dúo de flauta travesera, percusión corporal y guitarra Naisa Dúo. Actualmente, toca con el cuarteto de flamenco y jazz Con-fusión Project.  Es también intérprete y formadora en percusión corporal. 

Las composiciones de Neus Plana Turu hablan de experiencias vitales, de personas, de amor, empoderamiento, autoestima y muerte. Puede sonar a temas demasiado usados por los medios, pero su música es sincera y se percibe en la interpretación, no solo a la flauta sino como líder de un combo que habría que destacar por su interplay y su solidez, tres músicos que consiguen que este jazz de raíces flamencas suene árabe y americano al mismo tiempo. Mi favorito es el contrabajista (eléctrico) Pablo Donaire, que aporta un sentido del ritmo que es más evidente en la percusión (Antonio Parraguez Rodríguez, sutil en "Sola" y espectacular en "Vida") pero que, en el bajo, adquiere una dimensión profunda e hipnótica. Carles Font Turón consigue esa dimensión folk y sofisticada al mismo tiempo que tiene la voz del piano en el flamenco (¡ese "Maig d'amor"!). En "La raó de ser" Neus dialoga nada más y nada menos que con Jorge Pardo, una conversación a dos voces serena y brillante. La visita de Jorge Pardo no es solo una colaboración sino una ratificación de que Neus Plana es una voz a tener en cuenta. 

El disco se presenta en concierto en las siguientes fechas: 

· 20 de octubre en la Libreria Byron de Barcelona.
· 23 de noviembre en el Auditorio de Banyoles (Girona).



* Web oficial: neusplana.com

JUAN TIZOL, GRANDE ENTRE LOS GRANDES

ENRIC PEIDRO, Tizol's Delicatessen (Snibor, 2024)

Para empezar, debería decir que me encanta volver a escuchar a Enric Peidro en una formación más íntima como es un cuarteto después de grabaciones a quinteto u octeto con su Swingtet. En esta ocasión se acompaña solo de Richard Busiakiewicz y Thilo Wagner (dos curtidos pianistas que se alternan en las grabaciones de este álbum), Queralt Camps en el contrabajo y Guillaume Nouaux a la batería, un combo internacional que encaja a la perfección en el canon del jazz clásico que le gusta a Peidro.

Juan Tizol Martínez nació en Vega Baja (Puerto Rico) en enero de 1900. En 1920 se marchó a Washington con una banda que tocaba en las películas mudas. Posteriormente se unió a pequeños grupos de jazz hasta recabar en la Orquesta de Duke Ellington en 1929. Este álbum, sustitulado The Musical Legacy of Juan Tizol Vol. 1 es un homenaje tardío pero merecido a este portorriqueño que fue un gran músico y un gran compositor en la época de Los Grandes del Jazz. Esta circunstancia, que nos ha dejado temazos inolvidables, fue, quizás, un handicap que le mantuvo a la sombra de otros nombres. El ejemplo más claro de esto es "Caravan", un clásico imprescindible que Tizol compuso para Ellington en 1936 y que aún hoy se interpreta regularmente. La mayoría de nosotros recordamos las versiones de Dizzy, de Monk, de Dee Dee Bridgewater o incluso de la de Hiromi... pero el nombre de Tizol queda siempre en un segundo plano. 

Enric Peidro recupera el nombre de este enorme compositor y lo trae al siglo XXI con un sonido impecable y arreglos que se amoldan al saxo tenor y al cuarteto sin perder la esencia de estas melodías que, dicho de paso, soportan el paso del tiempo sin perder brillo. Pongamos, por ejemplo, ese aire exótico y caribeño de "Zambu", que Peidro lleva a un plano casi sentimental con su tenor, o el bolero mambo "Moon Over Cuba", que supera en ritmo y brillantez al original. Es cierto que Tizol no componía para trombón (su instrumento) sino para orquesta, pero es una maravilla comprobar cómo Peidro ha transportado todo este material a la inmediatez del cuarteto. Tanto la sección rítmica (genial en "Jubilesta") como los pianistas (especialmente enorme Busiakiewicz en "Rainbow") son compañeros perfectos para este juego donde mambo, son cubano y cha cha cha vuelan hacia el swing y vuelven.

El saxofonista alicantino Enric Peidro es, desde hace años, un nombre imprescindible en el revival del jazz clásico, explorando los ritmos de baile de la primera mitad del siglo pasado y exportando su sonido más allá de nuestras fronteras. Con casi veinte discos a su nombre, Peidro dedica este homenaje a Tizol recuperando su obra como compositor, muy dispersa, tras un largo proceso de investigación en bibliotecas y archivos de diferentes países con la ayuda del profesor emérito dela universidad de Nueva York y biógrafo de Tizol Basilio Serrano. La gira de presentación comenzará en enero de 2025 coincidiendo con el 125º aniversario del nacimiento de Tizol. Cabe destacar que, en este primer volumen, se incluyen piezas que nunca antes habían sido grabadas, y seguirá un segundo volumen que promete también ser muy interesante. 




 

UN JAZZ PRIMITIVO

RASPA GARCÍA TRÍO, Standards Session Vol. 1 
(Gaztelupeko Hotsak, 2024)

Estándar pero no tan conocido es, por ejemplo, "Mamanita" de Jelly Roll Morton o el "Honky Tonk" de Bill Doggett, temas menos habituales en los discos de standards, pero tan disfrutables como todo el disco de Raspa García Trío, que contiene una selección de clásicos que van desde Jelly Roll hasta Mingus pasando por James Booker, todo un repertorio que profundiza en el blues y en los estilos más primitivos del jazz.

Jorge "Raspa" García
es un pianista madrileño formado en la escuela de música IMT que ha desarrollado su carrera dentro del espectro de músicas negras, especialmente en el blues y en los ritmos de Nueva Orleáns con bandas como The Tremendous o The Cawfish, con quienes grabó en 2015 Boogie Woogie Voodoo. Su estilo abarca todo el espectro del blues, desde las notas más ásperas del blues del Delta hasta su capacidad para integrarse en los ritmos más jazzy, convirtiendo cada tema en una fiesta.


El repertorio se sostendría solo con el trabajo de Raspa García, sin duda. Su capacidad de llenar con ambas manos ritmo y melodía es brutal, como deja claro desde el comienzo con los compases hispanos de la "Mamanita" de Jelly Roll Morton, de modo que el trío es casi un extra, un extra fantástico, porque tanto Francisco López "Loque" al contrabajo como Antonio Álvarez "Pax" a la batería aportan su inestimable creatividad y una buena dosis de frescura para que fluya el groove de estos sonidos injustamente olvidados por los músicos modernos.

Difícil elegir un tema. Nos queda en el oído la seductora cadencia de la sección rítmica en "Slow Time" (Clarence 'Gatemouth" Brown) sobre la que se apoya un inconmensurable Raspa García, que aporta síncopa y sentimiento a cada compás del tema. El trío está arrollador en la versión de "Boogie Stop Shuffle" (Mingus) con un gran trabajo rítmico y un Raspa que roza el virtuosismo a toda velocidad pero sin esfuerzo. El blues más tradicional aparece en una versión a media voz de "Careless Love", tocada con una sensibilidad fabulosa, una gran conclusión del disco, pero antes nos encontramos con clásicos como "Honky Tonk" (Bill Doggett), "Blues Minuet" (James Booker) o "Black Brown and White" (Bill Big Bronzy), y mucha improvisación, sonidos puros sin complejos, rhythm and blues con descaro... Todo un repertorio pensando para disfrute de los aficionados al sonido tradicional pero no exento de un virtuosismo indispensable para que estos temas tan antiguos suenen espectaculares y vivos. 



* Más info: https://hotsak.eus/es/artistas/raspa-garcia-trio/

DOS PERSPECTIVAS DE RASMUS SØRENSEN

RASMUS SØRENSEN, Traits (April Records, 2024)
RASMUS SØRENSEN with ALEXANDER CLAFFY
 & KENDRICK SCOTT, Balancing Act (April Records, 2024)

El joven pianista danés Rasmus Sørensen publicó en marzo dos álbumes distintos el mismo día, uno grabado en Dinamarca y otro en los Estados Unidos. En ambos se perciben su creatividad sin miedo, fruto de la juventud, y su inquietud por encontrar una voz propia. Nacido en una familia de músicos y criado en el medio rural en el norte de Dinamarca, se mudó a Suecia para estudiar un programa de jazz en la Skurups Folkhögskola con 19 años.

Haciéndose un hueco como pianista, compositor e improvisador, Rasmus Sørensen empezó a trabajar como profesional en Copenhague durante un año para después marcharse a Nueva York para estudiar becado en la Escuela de Música de Manhattan, donde ha tenido profesores como Stefon Harris, John Riley, Lenny White... y donde ha tocado en lugares tan prestigiosos como The Jazz Gallery, Smalls Jazz Club, Mezzrow, Cafe Bohemia, 55 Bar y Ornithology Jazz Club. No es poco.

Hablemos de Traits. Cronológicamente es el primero de los dos álbumes. Fue grabado en el FinlandStudio, de Aarhus (Dinamarca) los días 16 y 17 de agosto de 2021 con Rasmus Sørensen al piano, Jon Henriksson al contrabajo y Francesco Ciniglio en la batería. Lo primero que percibimos en la escucha es un pianista con un fraseo potente y personal, juegos armónicos y mucho color, tanto en su manera de esbozar melodías a medias para crear tensión como cuando el ritmo exige largos discursos y progresiones de acordes. Con ese aire meditativo de los pianistas escandinavos, el setlist suena inspirador en todos sus temas, especialmente en el juego de tensión que mantiene todo el tiempo en el diálogo con sus músicos, da lo mismo que sea una composición íntima o que sea un tema festivo y rítmico ("Octagon"). Una vez escuchado el disco, Traits deja la sensación de una ambiciosa obra de juventud, un disco de debut que cumple todas las espectativas.

Balancing Act marca diferencias sutiles pero importantes. Grabado en Nueva York en 2023 con músicos americanos (Alexander Claffy al contrabajo y Kendrick Scott en la batería), contiene menos composiciones (la mitad que Traits) e incluso se permite versionar temas ajenos. El colorido cambia y el ritmo también. Scott y Claffy apelan a la tradición y Sørensen se une con maestría. Aquí las frases del piano son más largas y elaboradas, hay menos introspección y un virtuosismo más patente, especialmente en el piano de cola. Es un disco más americano en todos los sentidos, y lo sorprendente es la habilidad de ese Sørensen intimista y escandinavo para ponerse a la altura de las circunstancias. Lo logra con pericia, adaptándose al swing de sus músicos (dos grandes descubrimientos para este que escribe) con una gran intuición, imprescindible porque el disco fue grabado en una sesión de cuatro horas, sin ensayos y sin que los tres músicos hubieran tocado anteriormente juntos.

En Balancing Act las composiciones de Sørensen destilan ese aire neoyorquino del que hablamos (mención especial para la deliciosa "Blissful Ignorance"), pero también hay versiones, como la inicial "Is That So?" de Duke Pearson con la que inaugura el disco a todo tren, "Everything I Love" (Porter/Glover) y una versión de Coltrane ("Mr. Day"), donde despliega toda una serie de recursos que dan como resultado un tema espectacular. 

Joven, visionario, con un lenguaje moderno pero accesible, Rasmus Sørensen es un pianista emergente a tener en cuenta. 

´


* Web oficial: www.rasmussorensen.com

HARDBOP CONVERSATIONS

ANDERS MALTA ALMOST BIG BAND,
Introducing (April Records, 2024)

Con estructuras de orquesta moderna de jazz pero sonidos clásicos, el trompetista, compositor y director danés Anders Malta presenta en su álbum de debut una interesante colección de temas, algunos en forma de suite, que recuperan sonidos elegantes y sofisticados de un jazz que parece hoy olvidado. El resultado es tan placentero al oído como musicalmente complejo; el amplio rango dinámico que proporciona una orquesta (aquí son 13 músicos, aunque participan 15) lleva al jazz a una nueva dimensión sonora y, Malta aporta, además, una perspectiva contemporánea y europea al concepto de big band.

El álbum se abre con unos acordes dramáticos que nos llevan a una (casi) fanfarria, líneas melódicas sutiles cargadas de tensión que explotan llevando a la orquesta hacia un swing vibrante y lleno de energía. Solo es una "Overture" y han sido dos minutos y medio, pero ¡qué dos minutos! Los 9 cortes del álbum son así, una fusión de ritmos jazzísticos con el poder armónico de una (casi) big band. No habíamos escuchado un jazz orquestal tan excitante desde aquel Developing Story de Alan Broadbent en 2017. Todo el álbum está lleno de buenos momentos de jazz, pero habría que destacar, por encima de todos los temas, los tres que forman la suite "Hardbop Conversations" en tres movimientos. 

La intro de esta suite ya anuncia esta amalgama de poderosas armonías que suenan a música clásica y se alternan sin complejos con ritmos negros, aires lounge que nos hacen recordar los mejores tiempos del hardbop y del cool jazz, solos delicados y certeros (aquí Anders Malta a la trompeta y Johan Jep Christensen al saxo tenor) y explosiones orquestales al estilo de Maynard Ferguson pero con menos estruendo, quizás con una elegancia más cercana a Henry Mancini. El segundo movimiento, con un solo de piano de Carl Winther muy en la tradición y un sutil solo de Jonas Due a la trompeta, se mueve con lenta fluidez por armonías sugestivas y excitantes. El tercer movimiento comienza con una intro espectacular de la trompeta de Malta recordando el sonido primigenio de Nueva Orleáns mientras la orquesta le responde en juego de call and response. Esto da paso a un walking bass poderoso que arrastra a la orquesta por un tema glorioso (y a un solo del saxofonista Aske Drasbæk).

Un "Interludium", un potente tema de su "Isolation Suite" (de la que solo escuchamos el segundo movimiento) y la bella "Pelle'a Little Tune" con su ritmo de bossa nos dejan patente toda la riqueza armónica y todo el color que Malta puede sacar de su casi big band. Pero, antes de llegar al "Epilog" hay que escuchar con atención "Simple Melody For Two", una melodía que nos lleva hacia atrás en el tiempo, cuando trompetistas como Chet Baker, marginales y elegantes al mismo tiempo, sabían convertir el jazz (y un instrumento tan explosivo como la trompeta) en algo bello. En este caso, Anders Malta toca el fliscorno para darle un toque aún más fluido y colorido al tema. 

Anders Malta es un trompetista, trombonista y compositor que reside en Copenhague. Se formó en el conservatorio Syddansk, donde estudió composición. Introducing es su primer álbum, pero ha participado en varias bandas sonoras de películas. Fue en 2016 cuando, como estudiante de conservatorio, Anders Malta fue invitado a tocar con la Ernie Wilkins Almost Big Band, experiencia que ha guardado para ir fraguando a lo largo de 8 años este brillante proyecto de debut, que eclosionó en 2020 durante una residencia en el Christiania Jazz Club. 



ECLÉCTICO

GORAN LEVI,  Guide Tones (Microscopi, 2024)

El guitarrista Goran Levi presenta su disco de debut como un homenaje a amigos, mentores y referentes, y apelar a las influencias siempre produce un resultado ecléctico. Levi nació en Bulgaria pero creció en Mallorca, donde ha estado desde pequeño en contacto con el ambiente musical, formándose en la guitarra eléctrica, tocando con músicos locales y haciéndose un nombre en el jazz participando en el concierto inaugural del Festival de Jazz de Portocolom, A Jazz De Mar, junto a Aina Tramullas. Con 26 años es también compositor y educador: tiene varios proyectos educativos, como Major82, donde planta su enfoque en la apreciación musical y en el crecimiento no solo musical sino personal del alumnado.

Ecléctico e indefinible. Su música no es fusión ni es folk propiamente dicho, no es jazz puro ni es jazz moderno, y, sin embargo, el guitarrista consigue en sus composiciones conectar con el aficionado al jazz con su técnica y sus recursos. A lo largo del álbum combina temas acústicos con otros eléctricos y más potentes. 


El disco comienza con "que se yo", ecléctico, cambiante, rítmico y lleno de recursos, donde lleva la melodía con soltura y buscando el virtuosismo sin perder la expresividad. El cuarteto, formado por Joan Garcias Tur al contrabajo, Josep Servera, batería, y Carlos Medina, al saxo tenor (solo en algunos temas), comprende su filosofía musical y esto hace que el sonido sea compacto y orgánico, algo complejo cuando aborda temas como "waltz for mateu / fisherman's tale", donde hace confluir sonidos de la tierra con rítmicas jazzísticas. Nos ha gustado el inesperado "remembrance", con un Levi jugando casi con el ruido en las cuerdas y una banda que explora una manera distinta de entonar una balada. La coda ("song for marius") redondea las fusiones con un sonido más jazzístico pero que también esconde juegos rítmicos y armónicos originales.

Con solo seis temas, el disco se hace corto y apetece una segunda escucha. Pero vale la pena. Ataques polirrítmicos como "thelonius yo", con un Goran Levi sensacional,  una sección rítmica precisa y estimulante y un Carlos Medina que entra lleno de energía, necesitan de más de una escucha para valorar cuánto de influencia y cuánto de original tiene. 


* Más info: www.goranlevi.com

UN TRIBUTO A DUKE (y también a BILLY)

BRIAN LANDRUS plays Ellington & Strayhorn
(Palmetto Records, 2024)
No nos cansamos. Las versiones y los homenajes a Duke Ellington y al que fue su acólito (y el compositor de algunos de sus mayores éxitos), Billy Strayhorn, siempre son bien recibidos. El saxofonista Brian Landrus es el responsable del último que nos ha llegado, aunque decir saxofonista es quedarse corto porque Landrus toca el saxo barítono, el saxo bajo, el clarinete bajo, la flauta baja... Como se ve, además de otras flautas y del clarinete contraalto, todos son instrumentos de viento de registro bajo o muy bajo, algo que incide directamente en la interpretación de los temas y que les dota de un sonido melancólico y, al mismo tiempo, profundo. Pongamos por ejemplo la seductora melodía de "Chelsea Bridge", que aquí, tocada en escalas más bajas, toma un especial dramatismo que apela directamente a la sensibilidad del oyente (sin olvidar el bajo acústico de Jay Anderson, un motor perfecto para esto que describimos). 

Landrus hace un repaso al repertorio ellingtoniano apelando a la lírica y explorado casi exclusivamente baladas (¡esa "Lotus Blossom"!), que adapta a sus registros con naturalidad, protagonizando los temas con una voz muy personal y distinguible ("Sophisticated Lady" suena tremenda sin acompañamiento). Solo en algunos temas como "Daydream" o "Isfahan", cede protagonismo a la guitarra de Dave Stryker, que dota los temas de un aire fresco y de un sonido muy directo. Es difícil elegir un tema entre tanta joya recuperada y re-inventada, pero nos quedaríamos con la breve y divertida "The Telecasters", más acelerada y juguetona que la de Duke. No todo va a ser serio.




Brian Landrus es un músico doctorado en composición en la Ruters University. Reside en Brooklyn y aparece regularmente en las listas de Downbeat JazzTimes. Como líder ha grabado una docena de álbumes, en los que explora, sin limitaciones, las tímbricas de casi todos los instrumentos de viento. Ha tocado con una lista interminable de grandes nombres del jazz (Fred Hersch, Maria Schneider Orchestra, Gil Evans Orchestra, Esperanza Spalding, Jerry Bergonzi, Conrad Herwig, Ravi Coltrane, Danilo Perez, Joey Defrancesco, Jason Palmer...). Es profesor asociado de Composición de Jazz en el Berklee College of Music, y en este álbum, donde no compone, ha realizado los arreglos para casi todos los temas. 




* Web oficial: brianlandrus.com

* Fotografía de Michael Jackson.