RAFA FERNÁNDEZ, Aldán (2021)
Lejos del guitarrista bopper e improvisador que conocimos con su quinteto, Rafa Fernández ha elegido en sus últimos discos la senda del jazz lírico e inspirador, sublimando su estilo a lo expresivo. Porque Aldán es ese jazz que medita, que no busca el ritmo sino la expresión, con un diálogo constante y relajado entre las cuerdas, todas, ya que hay un segundo guitarrista en el cuarteto (Virxilio da Silva) y el contrabajo a menudo arrastra líneas melódicas. El contrabajista (y bajo eléctrico) es Juan Cañada, a quien hemos escuchado con Borja Cao y Marcos Pin. El cuarto miembro es Álex Salgueiro (Cicero Lee, Rafa Fernández Quinteto), encargado de los teclados electrónicos, que aporta una base atmosférica a los temas con dos órganos peculiares: uno Farsifa y otro Wurlitzer.
Entre el tema que abre el disco (y que se llama igual que el álbum), con su ritmo de bajo intermitente y las guitarras apuntando notas aquí y allá en un impresionismo que cumple el objetivo de atraer e hipnotizar, y el que cierra ("Iria"), con su juego de punteos en los que ambas guitarras cantan a la vez (una en cada canal de los auriculares, para mayor deleite), hay apenas 25 minutos de poesía instrumental pero el oyente acaba como si hubiera escuchado un concierto completo, como si hubiera escuchado una historia con su principio y su fin, porque el álbum funciona como una banda sonora, llena de paisajes, conversaciones a media voz y tantas cosas dichas como por decir.
Grabado en noviembre de 2020 en Casa da Sindi, Aldán nos regala un jazz descriptivo, lleno de imágenes poéticas y sugerentes, pero también un jazz que permite cerrar los ojos y meditar sobre la vida, sobre la música, sobre cualquier asunto al que nos lleve la belleza de sus pasajes.
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