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RENEGAR DEL JAZZ (EL JAZZ HA MUERTO)

ACORDES Y DESACUERDOS (XXVI)

Una noche en un teatro tuve la oportunidad de charlar con uno de esos músicos a los que se les llena la boca cuando pronuncian la palabra J-A-Z-Z, de los que escupen cuando hablan con vehemencia, de esos a los que el entusiasmo musical les hincha la vena del cuello, de los que creen que todos (todos) son enemigos del jazz (conspiracy theories). Pero cuando, en la misma conversación, era yo el que pronunciaba la palabra jazz, que antes parecía maravillosa, de repente sonó maldita y él, ofuscado, negó: "Yo no hago jazz. El jazz es una etiqueta (remarcando con asco la palabra "etiqueta"), si acaso música moderna improvisada".

No es el único al que le he escuchado renegar bien de las raíces negras del jazz o bien de los esquemas de décadas pasadas. El jazz es una música cambiante, de eso no hay duda, donde cabe todo, salvo beber de él y negarlo después. Recopilemos a continuación algunas frases que han quedado para la Historia.

Negación #1
Empezaremos con el siempre polémico (y contradictorio) Nicholas Payton, cuando afirmó que el jazz ha muerto dijo:
No puedo hablar por los demás, pero yo no toco jazz.


Negación #2
El propio Coltrane (véase el apasionado documental Chasing Trane), afirmó:
Yo no toco jazz, interpreto a John Coltrane.


Negación #3:
En una entrevista a El País durante una estancia en España, el multiinstrumentista Yusef Lateef renegó del jazz de la siguiente manera:
Yo no toco jazz, toco música autofisiopsíquica, que es la que brota del ser espiritual, físico y emocional. La palabra jazz es ambigua y carece de significado real.


Negación #4
Todos recordamos la frase inmortal de Nina Simone (y su carácter) cuando dijo:
Yo no hago jazz o soul... lo que yo toco es música clásica negra.


Negación #5
El también airado y bélico Miles Davis, tan cambiante y camaleónico, él que tantas veces defendió que sus fusiones y experimentos eran, por encima de todo, jazz, dijo una vez:
¡Yo no hago jazz, hago música social!


Negación #6 (y no menos contradictoria)
Incluso este que firma, al que se le siguen poniendo los vellos de punta con un buen solo, llegó a escribir hace 10 años en este mismo blog esta afirmación:
No me gusta el jazz.