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ROMPER LAS POCAS REGLAS QUE QUEDAN

SPUTNIK TRIO, What the Hate (Raw Tonk, 2021)

What the Hate es el tercer trabajo de un trío de free jazz formado por el saxofonista alto Ricardo Tejero, el contrabajista Marco Serrato y el batería Borja Díaz. Llevan tocando juntos desde 2013, algo poco habitual en el panorama inestable del jazz. Su filosofía es la ruptura. Dinamitar las pocas reglas que quedan en pie en el universo del free es ir muy lejos, pero este trío lleva al límite sus instrumentos en busca de sonidos inexplorados. La portada ha sido diseñada por Colin Webster, saxofonista inglés con quien el trío colaboró en Spain Is The Place, (Raw Tonk, 2016). Detrás de este intrigante diseño artístico, se esconde un disco inquietante que merece una escucha. 

Con "What the Hate", el tema que abre el disco, uno siente una conexión entre la disonancia y la memoria. Hay notas sueltas, rotas, otras obviadas, pero la mente nos lleva en los primeros compases a las second lines de Nueva Orleans. ¿Disparate? Es free... Pero hay una conexión, una melodía antigua, quizás en algún disco olvidado de mi discoteca que conecta con esas notas sueltas que Tejero, con su alto, pincela en el aire al modo de los impresionistas para después llevarnos al caos (aparente), a la arritmia, al desafío. Algo parecido ocurre también con "A Call For Eric". 

Tres músicos buscando voces nuevas en instrumentos clásicos, texturas extrañas y profundas que despiertan sensaciones, asaltando, deconstruyendo esquemas. Así, en general, suena el disco de Sputnik Trio, entre referencias veladas y ganas de empujar hacia delante, de colocar su jazz en un terreno donde nadie haya improvisado antes. Los ritmos son una de las bazas más interesantes del álbum. Marco Serrato y Borja Díaz parecen entenderse perfectamente en un lenguaje inventado por ellos mismos. No había sentido algo parecido desde el Niketchrin de Marcel·lí Bayer. Poco más se puede decir con palabras para explicar el universo improvisado de Sputnik Trío.

Desde el tema inicial, llamado como el álbum, hasta el enorme "Time Hunters" con sus 15 minutos de disonancias especulativas, que cierra el disco, disfrutamos de un grupo sin complejos, un trío de músicos que no solo exploran sino que comprenden y sacan partido a cada hallazgo sonoro. No sé si es una nueva frontera pero puede que sí un paso más en el jazz.

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