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EN EL CENTRAL

Estaba escuchando el solo de Mariano Díaz en un tema de Miguel Ángel Chastang grabado en el Central y un pensamiento cruzó por mi cabeza: qué poco se habla de algunos músicos que valen su peso en oro.

Mariano Díaz es un pianista sereno pero lleno de color, capaz de desenvolver matices inesperados en los temas en los que le toca improvisar. Ha sido sideman de Chris Kase, Pedro Iturralde, Perico Sambeat y Larry Martin, por ejemplo. Lleva más de quince años tocando y ha demostrado holgadamente su solvencia como músico.

Entonces, ¿por qué ocurren estas cosas? ¿Por qué no se habla de Mariano Díaz, por ejemplo? Es cierto que hay muchos y muy buenos músicos de jazz, que no todos son americanos ni aparecen en las listas de Downbeat, pero cuántas veces nos ha ocurrido que estamos escuchando un tema y, de repente, sentimos la necesidad de preguntar ¿Joder, quién es ese pianista? Por ejemplo. Técnica y emoción se juntan donde menos lo esperamos.

Le he dado vueltas a la cabeza (no tenía otra cosa que hacer en vacaciones) y he pensado que hay determinadas razones por las que un Gran Músico tiene todas las papeletas de no pasar a la Historia del Jazz o, al menos, de que ignoremos su nombre y su carrera por los siglos de los siglos:

a) En el caso de los discos:
1) Nunca ha grabado un disco como líder.
2) Ha grabado como sideman para alguien anodino (que tampoco pasará a la Historia)
3) No ha participado en ninguna grabación

b) En el caso de músicos que nunca han grabado:
1) Toca habitualmente en un club al que nunca vamos
2) Lo hemos visto tocar pero nadie se ha molestado en presentarlo por su nombre
3) Lo vimos tocar en una mala noche (suya o nuestra) y no le prestamos atención

De lo que no hay duda es de que hay mucho, mucho genio suelto por ahí, derramando su magia sin un apellido de estrella y sin críticos que lo alaben. Y en este país hay un buen número. Por ejemplo, en el Central.


Foto: Mariano Díaz acompañando al gran Pedro Iturralde (tomada prestada del blog The Big Band Blog).