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HACIA UN JAZZ MEDITATIVO

Esta semana estamos escuchando varios discos de jazz con atmósferas etéreas, profundas, alejadas de ese ritmo que Miles Davis decía que te hacía mover el pie ("Si no hace que muevas los pies, no es jazz") pero que te envuelven y te arrastran con la misma fuerza. Son discos tan alejados en su estética como los músicos que los firman. Hablamos de Daniel Ferruz, Iago Fernández y Billy Pod. Todos ellos estrenan segundo disco y todos nos traen propuestas que nos hacen cerrar los ojos y dejarnos llevar por un groove reposado, abierto a las especulaciones, al pensamiento, a la meditación...

IAGO FERNÁNDEZ, Luzada (Fresh Sound New Talent, 2022)

Nos están llegando últimamente muchos discos de bateristas y ninguno nos ha sorprendido tanto como este Luzada firmado por Iago Fernández. Nos ha sorprendido por el enfoque poético y narrativo de sus temas. Ningún músico a la batería nos había traído una poesía como esta antes. Desde la canción (hay varias canciones en el disco) "Almas Viaxeiras" hasta la desolación (armonizada con distorsiones y atonalidades) de "Lonely Child", el álbum muestra a un compositor sensible e inspirado que no recurre a la potencia de su batería sino a la sutileza, no al ritmo como movimiento sino a su capacidad para detener el tiempo.

Iago Fernández es un músico gallego afincado en Suiza. Este es su segundo disco para Fresh Sound y confirma que es un compositor inspirado y un líder de esos que sabe conjuntar a sus músicos en lugar de sobresalir por encima de ellos. Con una compleja formación compuesta por el tenor Mark Turner llevando la mayor parte de las melodías con una maestría hipnótica, David Virelles al piano, Joris Roelofs al clarinete bajo, Ben Street al contrabajo e intervenciones puntuales de Yum Ito y Song Yi Jeon cantando, el guitarrista Wilfred Wilde, el saxofonista alto Sam Barnett  y el contrabajista Kuba Dworak, consigue que su mensaje lírico brille (el título, Luzada, tiene dos significados: luz emitida o reflejada por un objeto y también esa primera luz de la mañana).


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BILLY POD, Quintessence (Puzzlemusic, 2022)

Quizás la propuesta más compleja armónica y pasionalmente hablando de esta semana sea la del baterista (otro baterista) griego afincado en Londres Billy Pod, un músico con una visión muy lírica (su primer álbum se tituló 
"Drums to Heal Society") que maneja con soltura ambientes y atmósferas muy dispares pero siempre buscando en sus temas ese aspecto especulativo, meditativo, que juega con la abstracción y que busca, en palabras del músico, reflejar "la naturaleza intelectual de la humanidad en la sociedad moderna".

Con un dominio del ritmo arrollador, omnipresente, los temas se desarrollan casi todos en base al liderazgo de la batería, con la guitarra (Tom Ollendorf), sobre todo, creando esas atmósferas de las que hablábamos, oníricas, introspectivas, reflexivas. El piano es otro protagonista en las composiciones de Pod. Con un Rupert Cox menos protagonista que la guitarra pero brillante en ciertos momentos (solo breve e inteligente en "Quintessence"), que consigue sus propios ambientes tanto como acompañante ("Valse Triste", reinterpretando el original de Sibelus) como cuando utiliza el Wurlitzer o los sintetizadores, que llevan los temas a otros contextos sonoros.

Con todo, estos cuatro músicos de la escena joven británica consiguen, a pesar de su visión personal del jazz, mantener eso que llamamos quintaesencia.


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* Más info: www.billypod.com


DANIEL FERRUZ, Miradas (Underpool, 2022)

La manera de componer del pianista Daniel Ferruz es un camino interior que conduce, inexorablemente, a la belleza. Pero esta es la forma exterior. Su inspiración nace de mirar en su propio interior. Según afirma en las notas de su segundo álbum,  "Ese instante de introspección contiene cierta magia. Nos provoca alegría, placer, gozo, pero también tristeza, dolor y melancolía." Esos son los estados de ánimo por los que se mueven sus temas, siempre con un aire introspectivo y espiritual, huyendo de fuegos artificiales y de ritmos que impidan cerrar los ojos y meditar mientras se escuchan.

Daniel Ferruz es un pianista nacido en Zaragoza, que descubre el jazz ya adulto, lo que le lleva a formarse en Barcelona y en los Países Bajos con maestros de la talla de Roger Mas, Albert Bover, Marco Mezquida, Fred Hersch... Este venir de otro mundo confiere un mestizaje único a su música, que se mueve a menudo entre las influencias cultas (Falla, por ejemplo, en su versión de la famosa "Nana", pero también su fraseo), el pop (con temas muy cantabile, sobre todo en el papel que desempeña el saxo, la voz cantante) o ciertos momentos cinematográficos. Un ejemplo claro sería la toma alternativa de "Décima" con que cierra el disco. En un desorden rítmico y atonal, oímos al piano frasear con aires de pianista del Romanticismo. Aparentes experimentos que aúnan sensibilidad y una acertada expresividad.

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