No es la fusión mi parte preferida del jazz. Si me dan a elegir, prefiero el hot jazz y el hardbop por lo que tienen de música negra. De la misma manera, prefiero Birth of the Cool pero termino siempre escuchando los discos de Miles de finales de los 60 o de su periodo eléctrico. ¿Por qué? Sus fusiones siguen siendo un gran misterio después de cada escucha. Quizás por eso la complejidad de la fusión me engancha y me hace volver una y otra vez a escucharlo.
Hoy les propongo dos discos. Son dos músicos que acabo de descubrir y que practican dos tipos de fusión bien distintas. Mientras que Beledo fusiona rock e improvisación en largos fraseos que rozan la sicodelia; Yann Aravit improvisa funk sobre ritmos flamencos. Elijan ustedes. O no.
BELEDO, Seriously Deep (Moonjune Records, 2021)
Beledo es un pianista y guitarrista uruguayo afincado en Nueva York que creció en Montevideo participando en grupos de rock y blues (Días de Blues) y de jazz-rock (Maytreya, Siddhartha) influenciado por el jazz fusión de aquel momento, donde gente como Chick Corea o Weather Report estaban revolucionando el panorama del jazz mundial. Después de una gira por Europa con un tributo a The Beatles en el que participaban Tito Puente, Celia Cruz y una larga lista de estrellas del latin jazz, se instaló en Nueva York. Ha grabado con Randy Brecker, Dewa Budjana, Gary Husband...
El tema que abre el álbum y le da título es un arreglo de una composición de Eberhard Weber, 14 minutos de meditación donde, salvando las distancias, la guitarra de Beledo "habla" con una poética muy cercana a la de Metheny, con frases largas y atmosféricas. El resto de los temas estás escritos casi todos por Beledo, con excepción de dos que están firmados por el trío, que completan Tony Levin (The Levin Brothers) al bajo y Kenny Grohowsky a la batería. Estos dos temas ("Knocking Waves", "Into the Spiral") son improvisaciones de ambiente místico y con momentos muy potentes.
Entre las fusiones, hay un tema cantado ("Mama D"), con la voz de la cantante de Bostwana Kearoma Rantao, donde habla sobre el Apartheid y donde podemos escuchar un intenso solo de guitarra. El otro tema cantado es una canción sin palabras, con un delicado tono agridulce, que protagoniza la voz del italiano Boris Savoldelli.
Un disco para cerrar los ojos y hacer un viaje interior con la ayuda de la inspiración y los (a veces) extraños paisajes sonoros que no propone el trío de Beledo.
El bajista Yann Aravit nació en Francia en una familia de músicos. Se formó en el Instituto de Bajo Francis Darizcuren de París. Sus primeros escarceos con la música latina le llevaron a participar en una orquesta de timba y luego a Cuba, donde estudió con Feliciano y Eugenio Arango e investigó sobre la música folclórica cubana. Después se intaló en Madrid, donde una master class de Carles Benavent despertó su curiosidad por el papel del bajo en el flamenco. Ha tocado con Ray Brown Jr. (hijo de Ray Brown y Ella Fitzgerald) y con Jorge Pardo.
Su primer disco como líder es un complejo mapa de experimentación donde se mueve del funk al flamenco utilizando todos los recursos absorbidos en las experiencias de las que hemos hablado antes. Grooves potentes, juguetones en algunos momentos, raciales (si se puede usar esta palabra en un profano), aflamencados o descaradamente funk... El repertorio es completamente heterogéneo. Escuchamos, por ejemplo, "Fylgia" y estamos frente a un tema tan americano que podría ser una versión. Aravit despliega ahí todas las técnicas posibles para hacer funk, incluso acercándose al slap de Stanley Jordan. No me gusta hacer comparaciones y el trabajo que presenta Yann Aravit es tan original como inclasificable.
Intentando ponerle etiquetas para expresar en palabras lo escuchado, In Full Bloom tiene momentos de potencia e inspiración casi Pastorius (no sé cómo poner un adjetivo que recuerde a este grande) mezclados con flamenco ("Funky Duende"), temas tocados con la delicadeza de una guitarra, como la balada "Pleiades", pasajes funk extenuantes como "Sweet Dream", grooves intensos ("Love At First Sight") y arranques flamencos como los punteos de "Honey Eyes".
Es un disco complejo y estimulante donde, con el bajo de cuatro, cinco cuerdas o sin trastes, Yann Aravit ha intentado que no queda nada por decir.