One Two Free Fall (Underpool, 2017)
Creo que fue Robert McKee quien escribió que el arte consiste en poner orden en el caos. O quizás fuera Sartre... Escuchando el álbum que hoy nos ocupa, con su singular dialéctica entre los músicos, con sus armonías y melodías que se deshacen y se reordenan de manera alternativa y (en apariencia) aleatoria pero siempre excitante, llego a la conclusión de que quizás exista realmente una narrativa (no sólo musical) donde el orden no es necesario o donde ciertamente es posible hacer del desorden un arte.
El álbum, One Two Free Fall, es el proyecto de cuatro músicos que se acercan al free jazz como todoterrenos. Lideran el trompetista granadino Julián Sánchez (Parkerland Nonet, Pedro Cortejosa Septeto) y la violinista Luz Prado, cuyas improvisaciones desvelan experiencia, energía y una expresividad enormes. Completan el cuarteto el contrabajista Juan Masana y el versátil Javier del Barco. Avant-garde, música contemporánea, free..., estéticas que se entrelazan y, en ocasiones, colisionan en este disco.
Desde el comienzo, con un tema lleno de efectismos cambiantes, sorpresas y mucho sentido del humor, el cuarteto demuestra que mira más allá de lo posible y de lo explorado. Parece no haber guión ni un ritmo determinado. Se titula "I Don't Know Why But I Like It" y hace honor al título. Engancha. "Marmeládov" se mueve a través de un seductor tempo en el que juegan contrabajo, toms y charles, con Sánchez sobrevolando el tema principal con un toque cool, con o sin sordina, muy intenso e inspirado, hasta que el tema cae en el abismo del desorden y el caos y recordamos que estamos escuchando free jazz. En ese momento, Prado asume el poder con una furia que, finalmente, se va transformando en lirismo roto.
"Poco a poco" entra swingueante con un riff de contrabajo que hipnotiza. Trompeta y violín se unen buscando una atonalidad cercana al soul jazz pero más próxima a una estética mingusiana que a la comercialidad del hardbop. Sigue "Lonely", un tema lento donde Sánchez utiliza la corneta, un corte que mantiene una tensión fantástica durante casi 9 minutos y que da paso a "A Pique D", un groove enérgico, donde la sección rítmica se lanza mientras Sánchez ejerce de bopper con una modernidad tan libre que descoloca. Es un tema lleno de cambios de ritmo y de registro, y no se queda ahí. Está compuesto por Julián Sánchez, como todos los temas excepto el que sigue, titulado aquí "Loves" y que, en realidad, está basado en dos composiciones anteriores: "Love in the Garden" de Zbigniew Seifert (violinista de Tomasz Stanko en los 70) y "Love in Outer Space" de Sun Ra. En esta pieza hay elementos de música concreta, como timbres y otros objetos. Las percusiones (donde también contribuye Sánchez) y el juego bajo-batería convierten este tema de sonoridades improvisadas en una especie de danza surrealista. El álbum termina con "Requiem", liderado por la lacónica melodía del violín. Solos inesperados y un final acorde dan sentido al tema y ponen, como si dijéramos, orden en el caos.
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* Webs :
Luz Prado: www.luzprado.com
Julián Sánchez: juliansanchezmusic.com
* Foto: Dani Álvarez (de la web de Julián Sánchez)