A las viejas glorias sólo se las suele recordar cuando fallecen. En ese momento, a todo el mundo le gustaba aquel músico o tenía en su casa discos (que hace años que no pone) del mismo. Esto debería estar prohibido. En Londres hay, incluso, una normativa que prohibe levantar momumentos a cualquier personalidad antes de que hayan pasado 20 años de su fallecimiento. Pero cuando alguna de esas "viejas glorias" lleva iluminando el mundo que nos ha tocado escuchar desde su primera actuación en 1947, merece la pena celebrar cada uno de sus cumpleaños. Sonny Rollins alcanza hoy la cifra de 93 veranos. Nosotros tuvimos la suerte de escucharlo en vivo en Sevilla cuando contaba ya con 77 y podemos decir que fue un encuentro realmente memorable.
No queremos hacer una reseña demasiado amplia porque el tecleo nos impide escuchar la música y hay ocasiones en que merece la pena dejarse hipnotizar. Sonny Rollins nació, para nosotros, en la gloriosa época del bebop, creció con el hardbop, hasta convertirse en la principal influencia (Trane aparte) de los saxofonistas tenores de las seis décadas posteriores. Comenzó trabajando con Bud Powell, Fats Navarro, Tad Dameron, Miles Davis... Una gran escuela. En 1962, tras un misterioso retiro voluntario, regresó con el gran The Bridge (Bluebird, 1962).
Pero, ¿es realmente necesario hacer una semblanza de Sonny Rollins para apreciarlo?
Si tuviéramos que elegir un disco suyo para llevarnos a una isla desierta, un solo disco, seguramente haríamos trampas y comprimiríamos en mp3 algunos de sus álbumes para que cupieran en un solo disco, y con la misma seguridad podríamos afirmar que ese CD incluiría el glorioso Saxophone Colossus (Prestige, 1956), el magnífico Tenor Madness (que grabó el mismo año con Coltrane) y la deliciosa banda sonora de Alfie (Impulse, 1966), la cual, sin ser una obra maestra, tiene la capacidad de seducirnos y tenernos tarareando durante días.
Hoy es 7 de septiembre, es su cumpleaños y toca escuchar algún disco de Rollins por si, en alguna de sus improvisaciones, como a él le gusta hacer, introduce alguna frase de "Happy Birthday". Si no cae, al menos conformémonos con este contundente vídeo.
* Foto de John Abbott.