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LA ESPUMA DE LOS DÍAS (2013)

Duke Ellington y la patafísica

En realidad, sólo existen dos cosas importantes: el amor, en todas sus formas, con mujeres hermosas, y la música de Nueva Orleans o de Duke Ellington. De esta manera tan contundente comienza la singular novela de Boris Vian La espuma de los días. Bastaría para pensar que la banda sonora de la película que (por fin) se acaba de estrenar en España estaría llena de standards pero la misma esencia de la historia, su surrealismo o su realismo mágico (como lo llaman algunos) o su patente gusto por el absurdo, configuran una banda sonora llena de momentos oníricos y de sofisticado sentimentalismo. No faltan, sin embargo, los temas de jazz, Ellington en primer lugar. Faltaría más.

La película, dirigida por Michel Gondry (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004), incluye momentos en los que suenan "Take The 'A' Train" (Duke Ellington & His Orchestra), "The Mood to Be Wooed" y "African Flowers" (ambas de Duke con His Famous Orchestra). También hay algunas versiones como "Caravan" por Elmaleh Gad y una versión de "Sophisticated Lady" a cargo de Few Bobby. Pero la delicia a destacar es "Chlo-e (Song of the Swamp)", que da nombre a la protagonista:
—Colin, te presento a Chloé.
Colin tragó saliva. La boca le ardía como si la tuviera llena de buñuelos ardiendo.
—¡Hola!... —dijo Chloé.
—Hola... ¿Eres una versión adaptada por Duke Ellington?... —preguntó Colin y se marchó porque estaba convencido de que había dicho una estupidez.
"Chlo-e (Song of the Swamp)" es una canción del año 1927 escrita por Neil Moret con letra de Gus Kahn para la opereta Africana. La partitura original se publicó con la fotografía de Ethel Waters en la portada, aunque Waters nunca llegó a grabar esta canción., y en las notas que acompañaban a la partitura se indicaba que había que interpretarla in a tragic manner. Aunque la primera grabación de "Chlo-e" la realizó la All-Star Orchestra del sello Victor, no se convirtió en un tema popular hasta que Paul Whiteman la dotó de unos arrreglos más sofisticados y acordes con el gusto de la época. Benny Goodman, Art Tatum (a piano solo), Tommy Dorsey, Don Byas, Shelly Manne, entre otros, la han grabado. Louis Armstrong lo hizo en 1959. La Duke Ellington's Famous Orchestra la grabó en 1940, cambiando la estructura del tema y convirtiéndola en un clásico. Y suena así:




En la historia, el amor y la enfermedad están contados desde un punto de vista surreal, con detalles fantásticos que están bien llevados a la pantalla. Como en el libro, en la película se hace difícil seguir esta historia en medio de la abundancia de diálogos, sus puestas en escena extravagantes y sus desvaríos patafísicos. Vale la pena verla o leerla de cualquier modo. Lo más inolvidable para mí, sin embargo, es ese gran invento del protagonista, Colin, un piano que elabora cócteles con sólo pulsar las teclas apropiadas. Lo ha llamado pianococktail:

  —A partir de "Black and Tan Fantasy" he conseguido una mezcla verdaderamente prodigiosa. 
  —¿En qué principio te basas? —preguntó Chick. 
  —A cada nota —dijo Colin — hago corresponder un alcohol, un licor o bien un aroma. El pedal corresponde al huevo batido y la sordina al hielo. Para el agua de Seltz hace falta un trino en el registro agudo. Las cantidades están en proporción directa a la duración: a la semifusa equivale un dieciseisavo de unidad, a la negra la unidad, y a la redonda cuatro unidades. Cuando se toca una canción lenta, se activa un sistema de registro para que no aumenten las medidas —lo que daría un cóctel demasiado abundante—, aunque sí el contenido de alcohol. Y además se puede, si se quiere, según la duración de la canción, hacer variar el valor de la unidad, reduciéndolo por ejemplo a una centésima parte, para obtener una bebida en la que se tengan en cuenta todas las armonías mediante una regulación lateral. 
  —Es bastante complicado, ¿eh? —dijo Chick. 
  —El conjunto funciona a base de contactos eléctricos y relés. No te doy detalles, tú entiendes de eso. Y además el piano funciona de verdad. 
  —¡Fantástico! —dijo Chick. 
  [...]
  —Tengo un cierto temor —dijo Colin—. Ha habido un momento en que has dado una nota falsa. Por suerte, estaba en la armonía. 
  —¿Pero este cacharro tiene en cuenta la armonía? —dijo Chick. 
  —No del todo —dijo Colin—. Sería demasiado complicado. Tiene unas pocas limitaciones. Anda, bebe, y vamos a la mesa.
 Se nos olvidaba, el trailer de La espuma de los días, con Audrey Tatou y Romain Duris:




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